Madrid, Atocha, 20 diciembre 2017. Foto JPQ.
¿Cataluña? ¿Murcia? ¿Financiación autonómica? ¿Corrupción? ¿“Nueva política”? Etcétera…
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¿Alguien es capaz de hablar de algo con alguien?
Actualidad vertiginosa de la legendaria fábula de Mateo Alemán, alumbrando las flores carnívoras que devoran desde hace siglos la morada íntima de los españoles, De la inexistencia de España:
“Todo anda revuelto, todo apriesa, todo enmarañado. No hallarás hombre con hombre; todos vivimos en acechanzas los unos de los otros, como el gato para el ratón o la araña para la culebra, que, hallándola descuidada, se deja colgar de un hilo y, asiéndola por la cerviz, la aprieta fuertemente, no apartándose della hasta que con su ponzoña la mata…” Guzman de Alfarache (I, II, cap. IV. 1599).
Arañas maquilladas con publicidad fluorescente:
¿Hacia donde va Caína? (y 3) Cuando oyen hablar de la economía del conocimiento sacan la pistola.
¿Hacia donde va Caína? (1) Un Estado frágil en lo interior y periférico en lo exterior.
En el viejo INFORMACIONES solíamos hacer una gracieta con el título de dos obras memorables de Juan Benet: “Volverás a Región. Pero nunca llegarás a nada”…
Volverás a Caína, pero Nunca llegarás a Nada, 5.
Volverás a Caína, pero Nunca llegarás a Nada, 4.
Volverás a Caína, pero Nunca Llegarás a Nada, 3.
Quiño, nombras a uno de mis preferidos…Y ya mañana es Viernes de Dolores. Yo también soy un converso, como Mateo Alemán, de la Semana Santa de Sevilla, verdaderamente ni ojo vio, ni oído oyó…
El abuelo de Mateo Alemán fue muerto por la Inquisición, su padre médico de la cárcel de Sevilla. Llegó a ser Hermano Mayor de la Hermandad del Silencio, una de las más señeras de la Semana Santa, en la madrugada del Viernes Santo.
Murió en Méjico, sus últimas palabras fueron ¿dónde está Dios?
Pablo,
Todos tus matices aportan mucho, oye. Y la pregunta final, que no conocía, puede compararse a algunos versos del Fausto de Goethe, vaya.
En materia de procesiones… Sevilla y mi pueblo (Totana) tiene tradiciones distintas, me temo.
Ahora que no nos oye nadie… de niño, pertenecí a la cofradía totanera de Jesús con la Cruz a cuestas. En un ataque de misticismo etílico, en una ocasión, los costaleros que tiraban del paso se obstinaron en que debían meter a Jesús, su cruz y el paso entero en una taberna muy concurrida. Intervino la Guardia Civil. Hubo una suerte de motín… las señoras y señoritas se pusieron a gritar, apoyando a los costaleros e insultando a los guardiciviles, que terminaron poniendo orden, más o menos… al día siguiente, el diario La Verdad (versión murciana del ABC) publicó un editorial dirigido expresamente al Vaticano, pidiendo la e x c o m u n i ó n de los cofrades del paso de Jesús con la Cruz a cuestas, entre los que me encontraba.
Mi abuela Encarna se persignó temiendo, con razón, por mi incierta suerte…
Q.-
Jajajaja, a mí me parecía intrascendente. Todos los años volvía en Semana Santa a mi pueblo, de la campiña sur extremeña, Campillo de Llerena, el único que tiene en España, creo, un cementerio de italianos de la Guerra Civil. Hay otro de alemanes en Yuste.
Pero un amigo, muy macareno, me mostró su extrañeza que siendo, entonces, estudiante de medicina, la Facultad está cerca de la Basílica de la Macarena, no fuera yo de la Hermandad, ni me encomendara a a Ella.
Así hice de su mano. Aquel primer año alquilé un traje, hay algunos disponibles en la propia hermandad, y me compré mi capirote.
No habían transcurrido unos metros, que me acordaba de la madre de todos los sevillanos, en la calle Feria ya no sabía como colocarme el capirote…Y me quedaban más de doce horas. La línea recta entre dos puntos no existía, y daba la cofradía quiebras y requiebros para avanzar apenas unos metros.
Llegamos a la Catedral, fundamento de la Estación de Penitencia, en torno a las cinco de la madrugada, la salida fue a las doce. Pero aguanté, como en todo el recorrido, sin salirme de mi sitio para nada.
Vinieron horas de agotamiento por calles tortuosas, donde espectadores gratuitos te soplaban las velas, o te hacían comentarios jocosos, a mí que soy de al lado de Puerto Hurraco.
Hubo un momento que quedábamos unos pocos valientes, diezmada la cofradía. Recordaba los versos de Manuel Machado en el destierro del Cid. Y al pronto volvieron a llenarse las filas, y a engordar el «cuerpo» de nazarenos.
Llegué a la Basílica de nuevo, entré de los primeros. Dependiendo de la antigüedad en la Hermandad ocupas un sitio más cercano o alejado de la Virgen. Eran cerca de las dos de la tarde, me quité el capirote en el atrio, estaba chorreando, y agotado ¡vaya disfrute, dije para mis adentros!
Me dispuse a abandonar el templo, y alguien anónimo, siempre ocurre en nuestras vidas, me preguntó si no iba a esperar a que llegara la Virgen.
Me quedaban dos horas de viaje para volver a mi pueblo, pero más por la educación recibida de ser cortés que por interés, esperé a la entrada de la Macarena.
Y Dios obró en mí el milagro, como con San Pablo. Llegaba Ella con los sones de la marcha «Coronación de la Macarena» y tuve de nuevo que colocarme el capirote, para que no me vieran llorar, y hasta ahora.
PD
El entrar aquí, Juan Pedro, en la trastienda, supone un esfuerzo extra, que transciende del propio Twitter. Y bien parece que estemos ahora en Casa Ricardo, detrás del Gran Poder, en el barrio de San Lorenzo, tomando una la manzanilla bien fría, Aurora, con unas croquetas de la casa, porque te aseguro que si París bien vale una misa, merece Sevilla una salve.
Pablo,
Ala…
Bueno. Tenemos experiencias místicas de distinta naturaleza… en mi pueblo, disfrazarse de nazareno, hasta los 15 años, era un pretexto para coquetear con las chicas… ofreciéndoles caramelos que los tales nazarenos llevábamos en el «buche», repartiendo «gracias» entre las mozas sentadas a lo largo de la carrera…
…
Avanti..!
Q.-