Place de la République, 9 marzo 2016. Foto JPQ.
La ruptura de François Hollande con el socialismo y las izquierdas culminó con la aprobación de una desguazada reforma laboral con varios decretazos y el despliegue permanente de antidisturbios, durante seis meses, con el fin de sofocar las protestas callejeras.
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Algunas pistas…
Las chicas, contra Hollande: “La noche es para follar, no para trabajar”.
“Francia peligrosamente débil, víctima del estancamiento económico y la parálisis política”.
Colofón final…
… A veinte días del fin de su mandato presidencial, François Hollande deja como herencia política el hundimiento del PS, la balcanización de las izquierdas y el crecimiento espectacular de las intenciones de voto de
Marine Le Pen, extrema derecha, y Jean-Luc Mélenchon, extrema izquierda.
A seis días de la primera vuelta de la elección presidencial, el próximo domingo, día 23, las estimaciones de voto coinciden de manera casi matemática con el balance político global de la historia del socialismo francés, desde el doble mandato presidencial de François Mitterrand (1981 – 1995).
La extrema derecha de Jean-Marie Le Pen estaba hundida en el pozo negro de la historia, hasta que Mitterrand le facilitó su ingreso en la Asamblea Nacional del Frente Nacional (FN, extrema derecha) con una reforma electoral “a su medida”, consiguiendo entonces (1986) el 9,65 % de los votos. Comenzaba la ascensión de la extrema derecha. En 1995, el fin de la segunda presidencia Mitterrand culminó con otra primicia: los obreros comenzaron entonces a votar a la extrema derecha.
Treinta y dos años más tarde, Marine Le Pen tiene hoy el 24 % de las intenciones de voto, el domingo que viene. La cota electoral más alta de la historia de la extrema derecha. Durante las presidencias de Chirac (1995 – 2007) y Sarkozy (2007 – 2012), el conservadurismo de ambos presidentes fue un freno relativo a la ascensión del FN, que volvió a crecer de manera espectacular durante el mandato presidencial de Hollande.
Marine Le Pen consiguió un 10,4 % de los votos en la presidencial del 2007. Su partido ha crecido de manera muy llamativa durante los años Hollande, consiguiendo el 24,86 % en las europeas del 2014, y el 27,1 % en las regionales de 2015. Dos semanas antes del fin del mandato presidencial de Hollande, la primera vuelta presidencial, puede culminar con un triunfo espectacular de Le Pen.
Durante el último medio siglo, la extrema izquierda francesa vegetó en el limbo de los grupúsculos que conseguían entre el 3 y el 5 % de los votos nacionales, en cualquier elección.
En el terreno político, electoral, el mandato presidencial de Hollande comenzó con la decepción, el desencanto y la división “irreconciliable” de las distintas familias del PS, según la célebre fórmula de Manuel Valls. A veinte días de su salida del Elíseo, Hollande deja como primera herencia política del hundimiento electoral del PS, con un candidato que se cotiza con el peor resultado de su historia, entre el 8 y el 9 %, con una extrema izquierda liderada por Jean-Luc Mélenchon con 19 % de intenciones de voto.
Crónica de la agonía de la presidencia Hollande:
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