Saint-Sulpice, 18 mayo 2009. Foto JPQ.
¿Dónde comienza y donde termina el “derecho a importunar” de los hombres … en unas sociedades donde el porno soft forma parte del paisaje urbano y el mercantilismo publicitario…?
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Catherine Deneuve y un centenar de mujeres, artistas, periodistas, editoras, actrices, como Catherine Millet e Ingrid Caven, entre otras, han publicado un manifiesto defendiendo el “derecho a importunar” de los hombres, denunciando la “campaña internacional de delaciones” contra “hombres – cerdos”, tras el estallido del escándalo Weinstein.
El manifiesto publicado por el vespertino Le Monde comienza con esta frase: “La violación es un crimen. Pero el ligue insistente o desafortunado no es un delito, ni la galantería es una agresión machista”.
A partir de ahí, Deneuve y sus colegas, afirman: “Tras el escándalo Weinstein, se ha producido una legítima toma de conciencia de las violencias sexuales consumadas contra las mujeres, en un marco profesional, cuando algunos hombres abusan de su poder. Se trataba de una toma de conciencia muy necesaria”.
Sin embargo, continúa el manifiesto, “esa liberación de la palabra se ha convertido en algo muy contrario, ya que a través de la prensa y las redes sociales se ha puesto en marcha una campaña de delaciones y acusaciones públicas, sin que se deje a los acusados la posibilidad de responder, puestos en el mismo plan que agresores sexuales convictos y confesos”.
“Esa fiebre para enviar a los cerdos al matadero no ayuda en absoluto a las mujeres a defender su libertad”, continúa el manifiesto, agregando: “Esa fiebre solo sirve, en realidad, a los enemigos de la libertad sexual, a los extremistas religiosos, a los reaccionarios más peligrosos, arrastrándonos a una ola “purificadora” que parece no tener límite”.
A juicio de Catherine Deneuve y sus colegas, la campaña “denuncia a tu cerdo” también ha comenzado a “coquetear” con los comportamientos y el “clima” de “una sociedad totalitaria”, por estas razones: “Aquí se censura un desnudo de Egon Schiele, allí se prohíbe un cuadro de Balthus, con el pretexto que es una “apología” de la pedofilia… confundiendo a un hombre y su obra, se pide la prohibición de una retrospectiva de Romand Polanski. Una universitaria se atreve a criticar la película “Blow Up” de Michelangelo Antonioni tratándola de misógina e inaceptable. Con esos criterios pudieran censurarse obras de John Ford o Nicolas Poussin”.
“En tanto que mujeres -continúa el manifiesto- no nos reconocemos en ese feminismo que, más allá de los abusos de poder, toma el rostro del odio contra los hombres y la sexualidad. Pensamos que la libertad de decir no a una proposición sexual corre pareja a la libertad de importunar, sin encerrarse en el papel de víctimas [ .. ] Defendemos la libertad de importunar, indispensable a la libertad sexual. Estamos suficientemente advertidas para admitir que la pulsión sexual es ofensiva y salvaje por naturaleza. Pero no confundimos el ligue desagradable o desafortunado con la agresión sexual”.
El manifiesto termina de este modo: “Los accidentes que pueden tocar el cuerpo de una mujer no afectan necesariamente a su dignidad, y no deben convertirla en una víctima perpetua. No somos reducibles a nuestro cuerpo. Nuestra libertad interior es inviolable. Y esa libertad comporta riesgos y responsabilidades”.
El manifiesto publicado por Le Monde se inscribe en el marco de un debate de fondo. El vespertino de referencia ha publicado opiniones de distinta sensibilidad. La escritora Belinda Cannone, por ejemplo, ha publicado una tribuna globalmente favorable al movimiento internacional “denuncia tu cerdo”, desde una óptica del feminismo tradicional, estimando que, a su modo de ver, estamos asistiendo a un “gran movimiento internacional que está llamado a transformar las relaciones entre los sexos”…. Le Monde, 9 enero 2018, “Nous défendons une liberté d’importuner, indispensable à la liberté sexuelle”.
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