Retrato de Anselmo Miguel Nieto.
Qué mujer…
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Carmen Baroja y Nessi… en su día (1998), la publicación de sus memorias, Recuerdos de una mujer de la generación del 98, la legendaria edición de Amparo Hurtado, con prólogo y notas sencillamente capitales, nos descubrió un capítulo entero mal explorado y estudiado de la historia de nuestras culturas.
El talento, sensibilidad, precisión y rigor crítico de Amparo Hurtado comenzó por descubrir y publicar las memorias y diarios íntimos de una señora de imprescindible rescate. A partir de aquel trabajo y edición comenzó el inconcluso estudio de su obra, en el marco de la saga familiar de los Baroja.
Amparo Hurtado publica ahora un nuevo ensayo, Hermana querida. Arreba maitea, en la colección Baroja & Yo, IPSO Baroja & Yo, que anima con mucho brío y sensibilidad Joaquín Ciáurriz Labiano.
La biógrafa y editora de Carmen Baroja y Nessi cuenta por lo menudo la historia de su descubrimiento de una obra definitivamente instalada en el panteón de la singularidad familiar. Como dudarlo, la hermana de don Pío, madre de don Julio y Pío Caro Baroja, tiene todas las virtudes barojianas, sensibles, ariscas e implacables. Pero Amparo Hurtado -apellido barojiano, una carta de presentación que tiene su importancia- explora y pone en perspectiva la vida y la obra de la Carmen barojiana en el horizonte más vasto de las metamorfosis del puesto de la mujer en la historia de nuestra cultura contemporánea.
Si las relaciones y juicios de Carmen Baroja sobre los personajes de su tiempo -de su hermano Pío a Ortega, entre muchos otros- son materia del más fino análisis, la historia de su vocación íntima, sus trabajos personales, su participación en la fundación del legendario Lyceum Club Femenino, sus relaciones amistosas con otras mujeres, como Zenobia Camprubí, Elena Fortún, Concha Méndez, María Teresa León o Victoria Kent, nos invitan a descubrir la historia mal conocida del feminismo español.
“Las mujeres del 98 fueron las primeras feministas”, recuerda con frecuencia Amparo Hurtado. Evidencia mal conocida: hasta ayer mismo, el 98 ¡era cosa de hombres..! Incluso si Rosalía -algo más joven- aparecía con frecuencia en muchos análisis y panorámicas. Evidencia mal explorada: el trabajo sensible y muy prolongado en el tiempo de Amparo Hurtado, consagrada al rescate de su heroína, pone de manifiesto los obstáculos de la más diversa naturaleza que nos han impedido comprender una realidad que tiene algo de patético y heroico.
A través de Amparo Hurtado, la saga de los Baroja sigue enriqueciéndose con matices preciosos, sin perder su lozanía feroz, con frecuencia. La hermana querida de don Pío, arriba maitea, en su eusquera coloquial, nos ayuda a comprender el puesto central de las mujeres del 98, entre Rosalía y las mujeres que llegaban, de Rosa Chacel a María Zambrano, entre otras. Pero esa es ya otra historia.
Baroja, Laura, el amor y otras crisis.
Quiño,
¡Cuántas mujeres admirables por conocer…!
¡Tanto que aprender! Me temo que una vida no es suficiente…
Por lo menos, intentaré saber algo más de las Lauras que mencionas. Gracias por tus siempre enriquecedoras aportaciones.
Tengo que dedicar mas tiempo a la lectura…De hecho es lo que pienso hacer cuando ya no pueda bailar… 😃
Leer, pintar…y amar, si es posible, hasta el último instante.
Fina,
«Tres cosas hay en la vida… salud, dinero y amor…».
Godard agregaba: «En el fondo, solo se trata de amar o morir».
Luego, bueno, queda, la paella, el cava, el agua mineral con gas, el café con un trozo de chocolate, los bailables de Astaire con algunas señoras, el violín de Lucia Micarelli, la prosa de Stevenson, las Memorias de un hombre de acción de Baroja, etcétera.
Q.-
PS. Las Memorias de Carmen Baroja son algo francamente potable, y el ensayo de Amparto Hurtado también, oye.
Si, Quiño, sí,
Hay que estar agradecido a la vida cuando se tienen estas tres cosas…
Bona nit!
Amén, Fina, te deseo lo mejor…
Q.-
Yo también, Quiño,
Te deseo que tengas esas «tres cosas» en abundancia…
Bona nit!