Campos Elíseos, 17 noviembre 2018. Foto JPQ.
Resistencia cultural que es una fronda social que tiene muchos rostros y sensibilidades, decía. En este caso, resistencia de la Francia de los pequeños empresarios y las profesiones liberales, que se consideran víctimas de una “fiscalidad confiscatoria”.
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Chalecos amarillos y resistencia cultural contra Macron 1.
La histórica jornada sin precedentes del movimiento de los Chalecos amarillos dio a Emmanuel Macron, ayer sábado, una severa advertencia con flecos dramáticos: un muerto, decenas de heridos, corte de los Campos Elíseo, millares de kilómetros de atascos y bloqueo de carreteras y autopistas, movilizando a centenares de miles de hombres y mujeres protestando contra la presión fiscal, la subida de los carburantes y la carestía de la vida.
Se trataba de una novedad excepcional: un movimiento espontáneo, forjado a través de las redes sociales, al margen de los sindicatos y los partidos políticos tradicionales, “apoyado” verbalmente, en distinta medida, por la extrema derecha, la extrema izquierda, el PS y Los Republicanos (LR, derecha tradicional).
Hacia el alba del sábado, prensa escrita, radio y tv, se preguntaban al unísono ¿cuál será la movilización de un movimiento sin precedentes inmediatos, en Francia? Doce o catorce horas más tarde, el balance parecía razonablemente espectacular.
Varios centenares de miles de franceses de la más diversa condición participaron activamente en más de dos mil acciones de protesta, bloqueo de carreteras y autopistas, marchas “caracol” perturbando el tráfico en toda Francia.
El carácter “desorganizado” fue una evidencia nacional, con un costo dramático: un muerto y decenas de heridos, víctimas de accidentes provocados por la tensión y enfrentamientos entre chalecos amarillos, fuerzas del orden y ciudadanos hostiles al movimiento de protesta contra la presión fiscal, la subida del precio de los carburantes y el costo de la vida.
Culminando un rosario de acciones desperdigadas por toda Francia, varias decenas de millares de chalecos amarillos consiguieron cortar el tráfico, durante varias horas, en los Campos Elíseos, la avenida más famosa y emblemática de París y de Francia.
Entre la una y las cuatro de la tarde, motoristas, automovilistas y manifestantes con chalecos amarillos y banderas de Francia terminaron consumando el corte de los Campos Elíseos, tras varias tentativas fallidas, desde las seis de la mañana de ayer.
El ministerio del Interior había desplegado varias decenas de camionetas de Compañías Republicanas de Seguridad (CRS, anti disturbios), entre la Plaza de la Concordia y el Arco del Triunfo, ocupando el “corazón” de los Campos Elíseos, a pocos centenares de metros del Palacio del Elíseo, la residencia oficial del jefe del Estado.
Jugando al “ratón y el gato” con los antidisturbios, motoristas y manifestantes terminaron por cortar el tráfico de la gran avenida nacional. Entre los manifestantes que consiguieron ese corte simbólico, con pocos precedentes recientes, había hombres y mujeres de muy diversa condición: jubilatas conservadores que protestaban por la presión fiscal, obreros de los suburbios que denunciaban la precariedad social, funcionarios que temen por sus puestos de trabajo, pequeños empresarios inquietos por sus pensiones, agricultores de la periferia suburbana que viven mal o muy mal la subida del precio de los carburantes.
Esa diversidad social “ilumina” con precisión relativa el carácter heteróclito del movimiento de los chalecos amarillos, apoyado con prudencia por la extrema derecha (Marine Le Pen), la extrema izquierda (Jean-Luc Mélenchon), la izquierda socialista y la derecha tradicional. Hasta hoy, han sido vanos los intentos de recuperación política del movimiento.
La diversidad de acciones, en toda Francia, en la capital, en todas las grandes ciudades de provincias y en muchos y diminutos pueblos confirmó que se trata de una fronda social profunda e imprevisible.
En su origen último, el movimiento de los chalecos amarillos comenzó siendo una protesta de la Francia “periférica” (agrícola, suburbana) que sufre de manera muy particular la subida del precio de los carburantes. Sin embargo, según los sondeos, 3 de cada 4 franceses dicen apoyar esa fronda social de cierto calado, confirmando que Emmanuel Macron debe hacer frente a ola de descontento profundo.
Muchos de sus electores acomodados, participaron ayer en numerosas acciones callejeras, para protestar contra la presión fiscal.
Muchos electores que votaron y quizá sigan votando a la derecha y la extrema derecha tienen otros motivos de queja y protesta: contra el “laxismo” ante la inmigración, contra la subida del precio de los carburantes, contra el incremento real o presumido de las violencias multiculturales y suburbanas.
Muchos electores de izquierda o extrema izquierda participaron ayer en manifas y bloqueos para protestar contra el costo de la vida, estimando que Macron es el “presidente de los ricos”, cuya fiscalidad “complica” los fines de mes para quienes viven en la periferia suburbana de las grandes ciudades.
¿Cuál es el futuro del movimiento de los chalecos amarillos? Nadie lo sabe. Esa fronda social contra Macron también ilumina la gravísima crisis de identidad de los sindicatos y partidos políticos tradicionales.
José says
Con chalecos amarillos y gorros frigios una marea se extendera por Europa y otras partes. La contrarrevolucion neoliberal del Robin Hood de robar a los que tenian algo para darselo a los que lo querían todo. La manzana mordida del nuevo Robin no es para salvar a los excluidos es para poderlos explotar hasta extenuarlos. Los chicos y chicas de Trilateral Bildelberg Davos BM… estan espantados por lo que puede pasar. Todo empezo cuando America quito el siete por ciento de tope y se quedo sin tope para los prestamos pasarlo era usura y la gente se endeudo. Aqui en España fue F. G. En Roma cambiaron el Padre Nuestro donde ponia Deudas ahora dicen Ofensas. Inglaterra se quedo sin sociedad y se vendieron las plazas las calles y todo lo publico acabaron con los sindicatos y los individuos se podian dedicar a lo que antes hacian en las colonias ahora la colonia era la propia metropolis. Explotar todo hasta que explote todo. Francia rezagada no esta por la labor. La guillotina hoy se ha democratizado. Hoy no es de nadie en concreto es de todos. De lacitos a chalecos este es el verdadero proceso que querian evitar. Viva Francia.
JP Quiñonero says
José,
Qué decir… la tal marea que continúa creciendo por Europa es más bien una marea negra y parda… algo hay de todo eso en la fronda francesa, que es muy diversa y de difícil clasificación. No es un azar que el movimiento de los chalecos amarillos esté apoyado moralmente por la extrema derecha (Le Pen), la extrema izquierda (Mélenchon), el Partido Socialista y la derecha tradicional… está clara la fronda: no está claro hacia donde va ni qué se puede esperar de ella. Aron decía que los hombres hacen la historia; pero no saben la historia que hacen… en esas estamos,
Q.-
Flâneur says
Quiño : De un libro que no sé si conoces , El populacho de Paris , de Luc Sante , aporto ( en plan cultureta) esta frase de Walter Benjamin :
París representa en el orden social lo que el Vesubio en el orden natural: un macizo peligroso y amenazante, un hervidero siempre activo para la revolución. Pero igual que las faldas del Vesubio se han convertido en estupendos terrenos de cultivo gracias a las capas de lava que las recubren, la lava de las revoluciones también ofrece un terreno extraordinariamente fértil para el florecimiento de las artes, las celebraciones y la moda.
JP Quiñonero says
Flâneur,
Ah, qué agradable sorpresa.
No conozco el libro Luc Sante. Y tampoco conocía la cifra de Benjamin, siempre visionario, claro.
En su día, un amigo me decía, en esa «línea», que los franceses habían hecho su Mayo 68 para escribir y vender muchos libros al respecto. La fronda de los chalecos amarillos es algo inédito… nadie sabe si es el principio de algo nuevo (¿?) o un movimiento de cortos vuelos…
Temo, en cualquier caso, que los franceses, en general, y los parisinos, en particular, estén una miqueta angustiados ante una realidad que contemplan con inquietud… a ver…
Q.-
PS. Se agradece la cita, oye.
Flâneur says
Aquí dejo este enlace , que lo disfrutes . Me hace gracia porque nos mencionan a nosotros, los flâneurs. Me parece que te va a gustar , intuyendo cual es el aire que necesitas respirar.
https://www.librosdelko.com/products/el-populacho-de-paris
JP Quiñonero says
Flâneur,
Uauuuuuu… qué maravilla…
Descubrimiento del libro, que no conocía y me apresuro a comprar, claro.
Descubrimiento del autor, francamente prometedor. Tras una brevísima búsqueda, descubro una entrevista francamente potable. Habla de París con amor y sabiduría, cosa nada frecuente.
Graciassssss…
Efectivamente, ese aire respiro desde siempre. Y es muy agradable sentirse acompañado y compartir descubrimientos no solo callejeros…
Avanti..!
Q.-
PS. Colossally Sordid: An Interview with Luc Sante.
Fina says
Quiño,
A pesar de los pesares…da gusto verte pasear acompañado de seres afines, respirando aires queridos…
JP Quiñonero says
Fina,
Bueno… en realidad, mi vagabundeo era una miqueta interesado: quería ver y fotografiar a los hombres y mujeres que se tiraron a la calle para protestar contra Macron… dicho eso, efectivamente, esa marcha callejera también me va bien y me gusta: la locura humana tiene esas ocurrencias, qué quieres…
Q.-
Fina says
Gracias, Flâneur, por tus aportaciones.
Debe ser muy interesante un libro que «explora las fuerzas ocultas de París y pone a danzar a los espíritus insepultos del populacho…»
Habra que leerlo para revivir y respirar el espíritu de París.