BG en su despacho oficial del palacio del Elíseo, febrero 2028. Foto Joel Saget / AFP – Le Monde, Benjamin Griveaux, une campagne en forme de chemin de croix.
Emmanuel Macron no es responsable de las aventuras y tribulaciones eróticas de sus más íntimos colaboradores …
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… pero… las fotos y vídeos sexuales que han provocado la renuncia de Benjamin Griveaux (42 años) a la candidatura a la alcaldía de París “destiñen” peligrosamente por los pasillos más oscuros del palacio del Elíseo.
Antiguo socialista reformista pálido, Griveaux fue uno de los primeros y más activos militantes de “La República En Marcha” (LREM), el minúsculo partido con el que Macron conquistó la presidencia de la República, el mes de mayo de 2017.
Durante aquella campaña triunfal, Griveaux fue portavoz oficial del candidato. Elegido presidente, Macron lo nombró portavoz del Gobierno. Durante los años cruciales de la conquista y consolidación del poder presidencial, Griveaux fue uno de los colaboradores más próximos al presidente de la República.
Como recompensa final a esa carrera política, a la sombra del jefe del Estado, Griveaux fue nombrado candidato oficial de LREM a la alcaldía de París, la última joya de la corona republicana que todavía escapa al poder “absoluto” de Macron, jefe de Estado mayor de los Ejércitos, con una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.
La batalla de París parecía “ganada”, hasta que… los sondeos que comenzaron a caer han culminado con una catástrofe: Griveaux anunció su renuncia, tras la difusión de fotos, textos y vídeos de carácter “altamente sexual”, en solitario y en “alegre compañía” (femenina).
Griveaux comenzó presentándose como víctima de una campaña “odiosa”, haciendo esta declaración en un tono solemne: “No deseo exponer a mi familia y mi vida íntima a una vida pública donde todo está permitido. Es demasiado. Mi decisión me cuesta muy caro. Pero mis prioridades son muy claras: lo primero es la familia. Soy víctima de ataques despreciables, infames”.
No sin profunda hipocresía, la clase política puso el grito en el cielo, denunciando las prácticas de la “porno venganza”: la difusión de imágenes pornográficas, con el fin de “dañar” la reputación de una persona. Sin embargo, analistas y abogados se apresuraron a “matizar” el caso. Arnaud Benedetti, profesor en la Universidad de París – Sorbonne declaró muy pronto: “El primer adversario de Griveaux es el mismo Griveaux. Su dimisión tiene algo de “confesión”. Tenía dos soluciones: la renuncia o la contrición, a la americana. Ha elegido una vía intermedia, muy difícil de aguantar”. Esa es la opinión de los abogados del propio Griveaux: no tienen claro a quién “atacar” o “perseguir”, ya que existen varias personalidades que “reivindican” la difusión de las imágenes y vídeos comprometedores.
La carrera política de Griveaux está evidentemente arruinada. El partido de Macron, LREM, debe buscar un “sustituto” en las peores y más calamitosas condiciones, cuando el porno escándalo destiñe peligrosamente por los pasillos de la residencia del jefe del Estado, el palacio del Elíseo.
Emmanuel Macron no tiene literalmente nada que ver con las tribulaciones carnales de su ex portavoz y confidente, padre de tres hijos, con una esposa joven, bella, famosa, ligada a una familia importante, Julia Minkowski, víctima de los vagabundeos aparentes de su esposo, antiguo colaborador íntimo de otro político célebre muy aficionado a los prostíbulos, Dominique Strauss-Kahn.
Durante meses y meses, Griveaux hizo campaña como padre ejemplar, aficionado al tenis, miembro una familia muy “izquierda caviar”, casado con una señora con un apellido ilustre. La revelación de intimidades entre “porno soft” y “porno sucio”, hunde al personaje en un pozo de oscura podredumbre. Más allá de esa peripecia personal, a nadie se le escapa su intimidad con el presidente Macron, en el Elíseo.
Macron no es responsable de las miserias de sus colaboradores, sin duda. Pero, en el imaginario nacional, la más alta política tienen muchas y profundas relaciones con la vida erótica de grandes personajes. En el Elíseo, Napoleón III traicionaba de mala manera a la emperatriz Eugenia de Montijo, granadina de nacimiento. En el Elíseo, el presidente Félix Faure murió cuando una de sus amantes le hacía una felación. En el Elíseo, Mitterrand instaló a su esposa oficial y a su amantes en dos edificios contiguos. En el Elíseo, Chirac condecoró a varias amantes. En el Sarkozy y Hollande entraron y salieron del Elíseo con distintas mujeres…
En ese marco, Emmanuel Macron escapa a esa historia rosa carnal. Pero su antiguo portavoz oficial trabó muchas de sus relaciones íntimas cuando entraba en el Elíseo con la familiaridad de los consejeros particulares del jefe del Estado. Familiaridad que “destiñe” sobre las leyendas rosa pasión del palacio del Elíseo.
Retrato improvisado de Benjamin Griveaux candidato de Macron a la alcaldía de París.
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jose says
No se puede predicar lo contrario que se hace. No se puede ser rico y predicar la austeridad. No se puede ser libertino y predicar la castidad. Es fácil predicar y difícil dar pan. Sin hipocresía no existiría la política religion cine literatura…seriamos irónicos cínicos cáusticos escépticos y no podríamos convivir con nuestros semejantes. Verdad y mentira tienen el mismo valor si se consigue lo que se desea. Si uno o su institución tiene poder y riqueza pueden usar la verdad y la falsedad indistintamente. Esto ha ocurrido hasta ahora y ahora con los medios de incomunicación todos podemos jugar con las imágenes lenguaje representaciones …no solo en carnaval sino todo el año y podemos leer gratis la vida de los Doce Césares. Nihil novum sub sole.
JP Quiñonero says
José,
Sí… de vuelta a París, tras un viaje de ida y vuelta en avión y coche… el escándalo sigue dando mucho de sí, por su miseria…
Qué decir… que cada palo aguante su vela, vaya…
Q.-
Fina says
Efectivamente, Josep, «Nada nuevo bajo el sol».
El que fue mi esposo, un hombre muy práctico y materialista ya lo decía: «Lo que mueve el mundo es el dinero y el sexo». Otros, más idealistas, soñamos con distinguir la verdad de la falsedad…
Bona nit!