Para los que resistimos un tanto estoicamente el carnaval continuo de estupidez puesta en circulación por los grandes mandarines del cotarro (que de música sabrán poco, pero de publicidad, marketing y, sobre todo, de balances positivos de resultados saben hasta arameo), en el mundo del espectáculo en general y en el de la música muy en particular, este tipo de discos/artistas se convierten en oasis cada vez más necesarios.
De estos artistas solo quisiera destacar una cosa: su enorme honestidad puesta al servicio de la trasmisión de algo que para ellos no es privilegio sino regalo.
¡De estos oasis depende cada vez más nuestra supervivencia (nuestra salud mental!
Anonymous says
Para los que resistimos un tanto estoicamente el carnaval continuo de estupidez puesta en circulación por los grandes mandarines del cotarro (que de música sabrán poco, pero de publicidad, marketing y, sobre todo, de balances positivos de resultados saben hasta arameo), en el mundo del espectáculo en general y en el de la música muy en particular, este tipo de discos/artistas se convierten en oasis cada vez más necesarios.
De estos artistas solo quisiera destacar una cosa: su enorme honestidad puesta al servicio de la trasmisión de algo que para ellos no es privilegio sino regalo.
¡De estos oasis depende cada vez más nuestra supervivencia (nuestra salud mental!
k.
Anonymous says
Que así sea, k.
Amén,
J.