En Madrid, nadie desea saber nada del dinero oculto de Yaser Arafat (1929-2004).
En París, Le Nouvel Observateur (Nouvel Obs. www.nouvelobs.com), el semanario de referencia de la izquierda socialista francesa, destaca en su portada un informe de siete páginas consagradas a contar, en detalle, una historia que nunca he visto publicada en ningún periódico español:
—-Centenares de millones de dólares recibidos durante varias décadas de Arabia Saudita, los Emiratos árabes y Europa, desaparecidos sin que nadie sepa como.
—-Cuentas bancarias secretas en bancos suizos y numerosas inversiones en Europa y los EE.UU., sin que nadie sepa quien las controla, ni a quien pertenece una fortuna evaluada en centenares de millones de dólares.
El Nouvel Obs. afirma que la viuda ha “heredado” parte de esa fortuna. Y comenta: “Mientras los palestinos deben sobrevivir con dos dólares por día, en el mejor de los casos, ciertas elites palestinas se han construido grandes mansiones, han acumulado fortunas y han llevado a sus hijos a estudiar a los EE.UU.”
A nadie se le oculta que la ocupación israelí “no facilita” la “claridad contable” de los millones de dólares transferidos por Europa y Arabia Saudita a Arafat. Sin embargo, el Nouvel Obs. subraya que grandes sumas de ese dinero también fueron utilizadas por el líder palestino para financiar (por su cuenta personal) operaciones terroristas de la más diversa especie.
No soy especialista en Oriente Medio. Desconozco las fuentes del Nouvel Obs. Se me escapa el alcance financiero de esa aparente tela de corrupción, abuso de poder, nepotismo y utilización del dinero de los contribuyentes europeos para pagar el trabajo sucio de criminales terroristas. Arafat no se enriqueció personalmente y vivió en trágicas condiciones: tales evidencias tampoco aclaran como desapareció, como se invirtió y a nombre de quien están las cuentas bancarias de una fortuna bien real, utilizada con fines no siempre confesables.
El pueblo palestino votó hace días. Muchos dirigentes palestinos desean conocer el detalle de la fortuna oculta de Arafat. “Las urnas contra el terror”, comentaba hace días Jean Daniel, presidente fundador del Nouvel Obs. ¿Porqué las almas pías españolas no se interesan por un problema que disecciona con tanta claridad una publicación que es la conciencia moral de la izquierda francesa desde hace más de treinta años?