Time,28febtrero2005,Europe’s identity crisis.
A la tercera o cuarta botella de cava, mi vecino de Caldetes, Narcis P*, comenta como crece la hostilidad contra la inmigración norteafricana en el Maresme catalán.
Hace apenas diez días, el presidente de la Caixa nos comentaba a un grupo de comensales la dimensión más que positiva de la inmigración, fuente de ingresos para la seguridad social del Estado y sostén nada desdeñable para el sector de la construcción.
Por su parte, Bernard Lewis repite en la prensa alemana su ya clásica y muy polémica convicción de gran orientalista: Europa será islámica a finales de siglo (Die Welt, 27.02.05, «Europa wird am Ende des Jahrhunderts islamisch sein»).
La edición europea de Time (28.02.05) insiste en la crisis de identidad cultural de Europa, avanzando una serie de datos, referencias y debates sobre la no integración de los musulmanes europeos en la vieja Europa, donde continúan instalándose nuevas generaciones de creyentes islámicos, convencidos que su fe es la estrella que guía el destino de las civilizaciones.
Los lectores de Corman Mc Carthy recordarán (Blood Meridian) como concluye en el New México de finales del XIX el mestizaje de culturas, que Martín Scorsese cuenta a su manera en Gangs of New York, en busca de las raíces ensangrentadas de la gran metrópoli neoyorquina. Poco antes de morir, Raymond Aron afirmaba que, en verdad, Europa intenta salir de la historia cuando otros pueblos piafan por entrar por la puerta trágica del derramamiento de sangre.
¿Qué dice el proyecto de Tratado constitucional europeo de tales problemas de identidad cultural?