Ciento setenta y ocho padres y madres de alumnos y ex-alumnos de las Aulas de Lengua y Cultura de la Agrupación de París, miembros de la A.P.F.E.R.F. (Asociación de padres de familias españolas residentes en Francia), dirigen una carta abierta a Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo, Ministra de Educación y Ciencia, para denunciar «el desbarajuste que, por segundo año consecutivo, caracteriza el comienzo de curso en la región parisina, y que está teniendo como principal resultado el de cerrar el acceso a estas clases a los menos privilegiados«.
Esta es la carta :
Excma. Sra. Ministra,
Ante la ausencia de respuesta concreta a las dos cartas de nuestros representantes dirigidas a las sucesivas titulares del Ministerio de Educación y Ciencia, enviadas respectivamente el 18 de Mayo y el 1 de Julio pasados, en las que denunciábamos las graves disfunciones en la organización de las Aulas de Lengua y Cultura de la Agrupación de París sufridas desde el comienzo del curso académico 2005-2006 y pedíamos una moratoria al proyecto de concentración que la Consejería de Educación en Francia proyectaba aplicar en París intramuros a partir de Septiembre 2006, hemos decidido comunicarle nuestra preocupación, tristeza y desolación ante el caótico comienzo del curso 2006-2007 en forma de carta abierta. No podemos comprender la incuria de los responsables en Francia hacia este programa oficial de la Acción educativa española en el exterior, que permite a nuestros hijos recibir en horario extraescolar tres horas semanales de clases complementarias de lengua y cultura españolas impartidas por profesores del Ministerio de Educación y Ciencia y, si las aprovechan bien, obtener un título y convertirse en ciudadanos europeos bilingües y biculturales.
En efecto, se están realizando nuestros peores temores sobre los efectos de la concentración para la que le pedíamos una moratoria, pues la veíamos imposible de organizar correctamente con los medios disponibles en los plazos anunciados e innecesaria para alcanzar el objetivo anunciado de mejorar la calidad de la enseñanza impartida mediante la constitución de grupos homogéneos. Pero de nada han servido ni la proposición de pautas de actuación alternativas ni la expresión por diversos cauces oficiales de la oposición no sólo de la mayoría de los padres afectados sino también de las principales federaciones de asociaciones de emigrantes españoles.
Esta concentración en cinco lugares -cuatro según la lista oficial- de los diez que funcionaban el curso pasado en París, deja, sin razón alguna que lo justifique, extensas zonas de París sin servicio educativo, y reserva la tarde de los miércoles –único momento, junto con la tarde del sábado, en que todos los alumnos del sistema escolar francés están libres- a las clases en el Colegio Español de la rue de la Pompe, en el que ya se imparten enseñanzas regladas del sistema educativo español. De este modo, los niños españoles bien comunicados con el barrio en el que se encuentra la Embajada española en París pueden optar –según su conveniencia- entre el sistema educativo español o el sistema educativo francés con clases complementarias de español ofrecidas en horarios perfectamente compatibles. La posibilidad para los demás de recibir clases complementarias se convierte en una carrera de obstáculos.
Por otro lado, los hechos están desmintiendo que la causa de la concentración haya sido la constitución de grupos homogéneos :
– los dos únicos lugares en París que, desde hace ya muchos años, contaban con tres grupos homogéneos, Grenelle y Henri-Bergson, han desaparecido inexplicablemente. Las clases que se impartían en la escuela de Grenelle se volatilizan, y las del liceo Henri-Bergson, –que tenían lugar los miércoles y los viernes por la tarde desde hace más de treinta años y en las que había este curso más de cincuenta alumnos inscritos procedentes de todos los barios populares del Este de París y del extrarradio adyacente- se transladan los sábados por la tarde –en invierno, de noche- a un centro situado en el extremo norte del mismo distrito, en una zona con problemas de inseguridad ciudadana, en la que el pasado 7 de Septiembre, y antes también en Febrero de este año, se dispararon tiros contra la ventana de una escuela elemental, sucesos que tuvieron una amplia resonancia en la prensa de ámbito nacional, audiovisual y escrita ;
– si contamos el número de grupos que funcionaban en París el curso pasado y el que ha comenzado a funcionar en este, observamos que se han suprimido cuatro de ellos, en violación flagrante de la normativa, pues en cada uno de los grupos de París se habían inscrito durante el plazo de matrícula un número superior al mínimo establecido de doce niños para mantenerla abierta. Con el grupo de Levallois-Perret –situado en el extrarradio adyacente- son cinco los grupos con alumnado suficiente que desaparecen en el llamado durante el curso 2005-2006 « Bloque de París ». Basta con que se supriman dos grupos más en el extrarradio para que se pueda eliminar un profesor. Y justamente, varios grupos del extrarradio no han comenzado aún a funcionar, por dificultades administrativas o derivadas de la incompatibilidad de los nuevos horarios con las posibilidades de los niños que acuden.
En resumen, los padres y madres de alumnos no vemos por ninguna parte el aumento de calidad, alegado como pretexto por la Consejería de Educación en Francia, sino la aplicación solapada de una política inconfesable e inconfesada de reducción de efectivos, consistente en multiplicar los obstáculos para que los niños puedan asistir a las clases, obstáculos que van desde el aumento de las distancias a recorrer –que obligan a utilizar el transporte público y a ir acompañados a muchos niños que iban solos y a pie- hasta –lo que debería dar vergüenza a nuestra representación diplomática- la intimidación, transladando un aula modélica por su funcionamiento a una zona insegura a las horas de mayor peligro, el sábado por la tarde/noche. Otros factores refuerzan nuestra impresión : por segundo año consecutivo sufrimos un comienzo de curso caótico, con clases cerradas sin profesor y sin nadie que venga a dar una explicación –con la consiguiente humillación y transtornos para los afectados y la consiguiente imagen bochornosa del funcionamiento de la Administración española ante los interlocutores franceses de los centros de acogida- y también con niños nuevos que han enviado sus inscripciones a la sede de la Agrupación en París, que no han recibido respuesta y se han enterado de que las clases comienzan por los medios más variopintos, lo que nos hace pensar que hay alumnos inscritos que no llegan a enterarse. Y, para coronarlo todo, al nuevo cambio generalizado de profesores y horarios para los alumnos se une una mudanza generalizada de locales en un ambiente de desorganización total, pues no se han reservado locales suficientes en los centros de acogida.
En todo esto, lo más difícil de soportar es el cinismo de la Administración española, que no sólo utiliza métodos inicuos para reducir la oferta educativa, cuando sabe que estas clases llegan en la actualidad a menos de un tercio de su alumnado potencial en Francia, sino que no duda en simultanear actos repetidos de desprecio hacia los alumnos, sus padres, y las instituciones de acogida con un discurso de voluntad de mejora de la calidad de la enseñanza, todo ello en el momento en que el actual artículo 24 del futuro Estatuto de los ciudadanos españoles en el exterior declara que « el Estado arbitrará los mecanismos necesarios para facilitar a los descendientes de españoles residentes en el exterior el conocimiento de las lenguas y cultura españolas ». ¿No implica esto sostener, desarrollar y ampliar el alcance de los mecanismos ya existentes ?
Los padres y madres de alumnos reales y potenciales de la Agrupación de París continuaremos nuestra lucha por todos los medios a nuestro alcance hasta que todos los niños para los que se han creado estas clases complementarias reciban regularmente información sobre éstas, dispongan de una oferta razonable en distancias y horarios y comiencen efectivamente las clases cada año en el lugar y el día que se les ha comunicado previamente.
Carmen Blanco, representante del aula Buffault durante el curso 2005-2006, Javier Oliver, representante del aula Henri-Bergson durante el curso 2005-2006, y 176 firmas más.
París, Septiembre de 2006
Hola a todos:
SI al Gobierno no le preocupa la enseñanza en España, con los demoledores resultados del ultimo Informe PISA, la violencia en los centros (tanto hacia los compañeros como hacia los docentes), la pasividad de los alumnos, la falta de interes, etc. ¿como se van a preocupar de lo que pasa en Paris? 180 firmas en Paris no creo que electoralmente sean muy importantes para los pedagogos de cabecera de la Ministra.
Saludos a todos.
El problema no es del ministerio (en general) sino de la sociedad española, de los votantes, que miran para otro lado en éste y otros tantos temas cuando hacen ejercicio de su derecho, que no obligación, al voto.
Al final es como siempre, INCAPACIDAD, de gobernantes y gobernados, independientemente de la ideología de turno.
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Al utilizar el tag blockquote para la cita, no parece necesario el uso de em para poner la carta íntegramente en cursiva.
Mi apoyo completo a las familias, es deplorable que lleven dos años asi. No pensaba que el mal funcionamiento de este «gobierno» se notara hasta en el extranjero. Quizas hay que ir a estudiar Español en buenas condiciones a paises como Bolivia , Cuba o Venezuela que son los nuevos socios del «Gobierno» Español.
No es cuestión de gobiernos, pues todos eran, son y serán iguales.
¿Cómo se come eso de que en determinados países, muchos, coexistan Instituto Cervantes, Agregaduría de Educación y Agregaduría Cultural? ¿Puede alguien explicarme este desbarajuste? Y lo peor de todo no es que coexistan sino que en la mayor parte de los casos están los tres hermanitos a puñaladas, haciéndose la vida imposible unos a otros o, cuando menos, ignorándose o entorpeciendo la labor del otro. España jamás ha tenido una política cultural en el exterior elaborada por gente con dos dedos de frente. Eso sí, mucha estadística y numerito y exposiciones vacías y conciertos para sonajero, pandereta y coro de roncantes en do mayor. Un asco, vamos.
Y a chupar todos, he dicho todos, del bote.