La temporada francesa de los premios literarios comienza con un escándalo. La publicación del diario póstumo de un influyente crítico, novelista y consejero editorial, Jacques Brenner, deja al descubierto un paisaje de jurados venales, editores corrompidos, escritores vendidos, prensa comparsa, con pavoroso lujo de detalles. Primeras víctimas colaterales: una jurado expulsada del Femina; otra jurado dimite.
En vida, Jacques Brenner (1922-2001) fue el arquetipo del escritor de éxito local, premiado el mismo por la Academia, consejero en varias de las más grandes editoriales, crítico adulado, influyente jurado así mismo. Publicó media docena de novelas reeditadas sin cesar. Sus críticas en la prensa más influyente se reeditaron incluso en libro de bolsillo. Varios de sus ensayos siguen reeditándose desde hace años.
Dejó inéditos varios volúmenes de Memorias, uno de los cuales, La Cuisine des prix, se pondrá a la venta este mismo 2 de noviembre. Su prepublicación parcial ha caído como una bomba. Escribiendo un diario, informal, sin florituras, Brenner cuenta por lo menudo las trampas, martingalas, corrupciones y venalidades de editores, críticos, jurados y premiados.
Brenner se detiene en particular en los personajes que, desde la oscuridad, trajinan la concesión de premios, desde hace muchos años, para Grasset, Le Seuil, Gallimard y Albin Michel. No se un secreto que esos cuatro editores se reparten desde hace décadas el grueso de los grandes premios millonarios, comenzando por el Goncourt y el Renaudot.
En Francia, los libros tienen una característica particular: se conceden a libros ya publicados, semanas atrás; y los miembros de cada jurado son, al mismo tiempo, escritores, críticos, incluso lectores o consejeros de las mismas editoriales que se disputan el negocio de los grandes premios.
APAÑOS MAFIOSOS
Brenner da todos los nombres y todas las grandes y más bajas maniobras: todos son prácticamente desconocidos, más allá de la liliputiense geografía del distrito VI de París, donde se cruzan las afortunadas y los afortunados. Las anécdotas que cuenta Brenner dan una idea muy gráfica del estado de la corrupción.
El director de la editorial donde él mismo trabaja, a sueldo, le anuncia la llamada de un escritor que está dispuesto a regalarle un perro de raza (a Brenner le encantaban los perros) y se dispone a invitarlo a un restaurante de lujo para conocer sus gustos íntimos. El mismo editor le anuncia que le regalará un coche deportivo de lujo, recordándole, al mismo tiempo, que “no olvides que mi favorito es..”. Otro editor lo llama para anunciarle que fulano ganará tal premio, ya que fulano ha recibido un anticipo de tantos millones que es necesario amortizar. El director administrativo de tal editorial lo llama: andan mal de pasta, y el favor de votar por fulano podría pagarse con la reedición en bolsillo de sus críticas literarias, con un anticipo millonario.
No se cuentan el número de cenas pagadas, viajes pagados, coches ofrecidos, ediciones venales, favores comprados, negocios amañados, celadas concebidas en la oscuridad de los pasillos de las editoriales más respetables. En ocasiones, los apaños rozan lo mafioso. Yves Berger, su editor, le confiesa a Brenner: “Antoine Gallimard me ha llamado. Se ha sellado un acuerdo entre Gallimard y Grasset. Los jurados Gallimard votarán Grasset para el Goncourt, y los jurados Grasset votarán Gallimard para el Renaudot”.
Detrás de tal acuerdo, en la sombra, había en juego ediciones millonarias, jurados venales y centenares de millones de francos, o euros. “Un premio nos sacaría de apuros”, le confiesa a Brenner un editor poco afortunado, pidiendo una limosna.
Brenner murió el 2001. Sus herederos han tardado cinco años en conseguir un editor, JJ Pauvert, dispuesto a publicar sus Memorias. Stéphane Denis, que ha leído el libro, sentencia, como colofón: “No puedo continuar leyendo en la página 749. Este libro es un índice de crímenes, un breviario de la corrupción”.
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Me pregunto que eminente colega, escritor, crítico, lector, etc., será capaz de escribir algo semejante sobre LA CORRUPCIÓN DE LOS PREMIOS Y LA INDUSTRIA DE LA INCULTURA, EN ESPAÑA.
Una cultura confiscada por las mafias.
Joaquin says
Sin ir más lejos, Manuel García Viñó acaba de publicar un disolvente inventario crítico literario en Txalaparte Argitaletxea.
Luis Rivera says
¿Anda muy lejos de esto el Planeta?
maty says
Ay, ay, ay… esto de copiar y pegar desde el Word, con código espúreo, no le sienta bien a WordPress… Que no, utiliza, en todo caso, el WordPad.