Habituados a confundir Europa con la Unión Europea (UE), no advertimos que el español es una lengua relativamente minoritaria en la nueva geografía de la influencia continental, dominada masivamente por el inglés, cuando el francés pierde terreno y el alemán consolida posiciones indisociables de la economía, la cultura y las ideas que ejercen un atractivo evidente entre las elites.
Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ) subraya con un lacónico “aquí se habla alemán” el ingreso de Bulgaria y Rumanía en la UE. Die Welt insiste en la evidencia: “En Bruselas se habla más alemán”, coincidiendo, como olvidarlo, con la presidencia germana de la Unión. Die Presse estima que el futuro de la UE está hipotecado en lo inmediato a la presidencia alemana. En su blog, Angela Merkel solo cita a Spanien en contadas ocasiones. Nobody is perfect.
Decíamos ayer:
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