“Un asunto feo”, me dice Marcos, con cierto pudor, invitándome a leer: “El asunto de la posible expulsión del militante del BNG Pedro Gómez-Valadés por el único hecho de presidir la Asociación Galega de Amizade con Israel no puede inspirar otra cosa que asco. Mucho, mucho asco…”
“… Porque el problema no es ya que persigan o echen fuera a una persona que no comparte el ideario oficial completo, cosa en sí misma inquietante, sino algo mucho más grave: que haya gente dentro de esa organización política a la que le parezca maligno sentir simpatía e interés por Israel”, escribe Martin Pawley en Libro de Notas, Paso decisivo en el BNG: el «affaire» Gómez-Valadés.
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