¿Cómo tratar y negociar con un Estado que se sirve de las tácticas del terrorismo irregular para intentar conseguir objetivos políticos y diplomáticos de tortuoso alcance…?
¿Qué margen de maniobra tendría España si varios soldados españoles fuesen secuestrados en el sur del Líbano o Afganistán, hoy; o en las inmediaciones de las Canarias o el Mediterráneo occidental, mañana, como consecuencia de una convulsión política nada descartable?
El terrorismo de Estado convencional (inspirado o no en el Terror parisino de 1793, matriz del terrorismo ideológico estatal, contemporáneo), clásico, tenía la ventaja de su racionalidad relativa. El terrorismo irregular (perpetrado por grupúsculos nihilistas, desalmados, mesiánicos, etc.) tiene el inconveniente operacional de su carácter mucho más irracional e imprevisible.
La crisis en curso, entre Teherán y Londres, subraya los riesgos y emergencia de nuevos escenarios de crisis por venir. ¿Será más previsible y racional la gran potencia iraní, una vez que controle todos los elementos de la producción de armas nucleares? Teherán ya posee misiles de medio y largo alcance, que le permiten proyectar su sable atómico hasta las inmediaciones de media Europa.
Las armas nucleares francesas e inglesas se perciben sencillamente inútiles como instrumentos de disuasión, cuando la potencia adversa es capaz de comenzar la escalada con acciones del más rudimentario terrorismo irregular: el secuestro de militares o civiles. Las presiones comerciales tienen una eficacia relativa en crisis de ese tipo. Y solo son eficaces a medio plazo, si son aplicadas de manera colectiva, entre grandes grupos de aliados.
Se trata de dilemas atroces, para quienes poseen la energía y los recursos imprescindibles para afrontar tales desafíos. En el caso español, la presencia de soldados nacionales en escenarios de crisis (Líbano, Afganistán) coincide con el azote de inquietantes tormentas de basura ideológica, desarmando a la sociedad civil contra la evidencia de las amenazas que nos acechan.
lola says
Impecable. El caso español, en este contexto sobre todo, no sólo duele, tiene algo de irresponsabilidad suicida. Y estamos en la frontera de Europa, a punto para jugar a ser la Polonia (alguien me decía) del siglo XXI. En fin, felices vacaciones de Semana Santa, JP.
Lola
JP Quiñonero says
Lola,
Que te voy a contar… ¡con lo que a mi me gustan Suiza y Andorra..!
También yo te deseo lo mejor para ti y los tuyos. No tengo vacances: estoy al yugo electoral francés. Un horror,
Q.-