Rue Dauphine, 23 junio 2007. Foto JPQ
Vagabundeo sin rumbo. ¿Un rostro?, ¿una calle?, ¿la fría tarde con aguacero de primeros de junio?, ¿esa ventana..? me recuerdan a Cavafis…
…
UNA NOCHE
(1915)Era pobre y sórdida la alcoba,
escondida encima de la equívoca taberna.
Desde la ventana se veía el callejón
sucio y estrecho. De abajo
subían las voces de unos obreros
que jugando a las cartas mataban el tiempo.Y allí, en una cama mísera y vulgar
poseí el cuerpo del amor, poseí los labios
sensuales y sonrosados por el vino-
sonrosados de tanto vino que incluso ahora,
cuando escribo, después de tantos años,
en mi casa solitaria, vuelvo a embriagarme.
Traducción de Pedro Bádenas de la Peña.
Luis Rivera says
¿Y porqueé no aquel de…?
EL SOL DE LA TARDE (1919)
Que bien conozco este cuarto,
este y el contiguo están ahora alquilados
para oficinas comerciales. Toda la casa se conmvirtió
en despàchos de corredores…
(Trad. Pedro Bárdenas. Edición Alianza Tres)
JP Quiñonero says
Luis,
En realidad, ese poema también encajaría.
Dicho esto… en mi caso, todo era y es algo mucho más íntimo, que me remite a mis primeras lecturas de Cavafis (primero traducido por MYourcenar; luego, las primeras traducciones de Joan Ferraté, una veintena de poemas ilustrados con muy bellas fotos de Colita, editado por Esther Tusquets). Mi primer libro de Cafavis (Ferraté) se perdió en alguna mudanza. Luego, a través de muchas otras traducciones (que compartimos, en ese caso), siempre he vuelto a los mismos poemas y las mismas calles. Pero me queda el recuerdo de aquella lejana lectura, un lejano viaje a París (rue Dauphine, en efecto) y otro poema del mismo año (1915) traducido por el mismo Ferraté, al catalán…
JURA
Jura a cada moment de començar
una vida més bona. Però quan ve la nit amb els propis consells,
amb els seus compromisos i amb les seves promeses;
però quan ve la nit amb la pròpia força,
la del cos que desitja i busca, torna a anar,
perdut, darrera del mateix delit fatal.
Luis Rivera says
Es que pienso, Quiñonero, que Cavafis no tiene otra lectura que no sea íntima, personal. Todo Cavafis turba hasta esa «oscura raiz del grito» que uno reconoce. Hay otros poetas, Rilke, mismo, al que lees con una pasión fría sabiendo que toda traducción te lo distancia, pero a Cavafis no, siempre te llega como una cuestión personal, un recuerdo salido del fondo del alma. Me pasa igual con Pavese. Todo es reconocer, o reconocerse.
Claro.
Me he limitado a buscar un recuerdo del cuarto de Cavafis según mi propia mitología.
JP Quiñonero says
Luis,
Totalmente de acuerdo. Quizá no haya nada más universal que los sentimientos íntimos. Lo más profundo es la piel, decía Artaud (más o menos),
Q.-