Rue Guynemer, 28 junio 2007. Foto by JPQ
Las ancianas que pasean con sus nietos por los jardines del Luxemburgo pueden contemplar una pintada de su juventud (Mayo 68), maquillada con profunda ignorancia de la lengua, convertida en publicidad “artística”: “Prenez vos désirs pour des réalités” (Tome sus deseos por realidades).
En verdad, la pintada original decía: “Je prends mes désirs pour des réalités car je crois en la réalité de mes désirs.” [Mai 1968] Dicho de otro modo: creo en la realidad de mis deseos… Confesión adolescente que tiene algo de revelación angelical. Apoyándose en la literatura subversiva de la época (Reich, Marcuse, etc.), la gente joven proclamaba el imperio del deseo, pronto manipulado con eficacia a través de la publicidad industrial. De hecho, cuando alguien afirma… “Vous prenez vos désirs pour des réalités”, está diciendo: Usted confunde sus deseos con la realidad. Es decir: el triunfo definitivo de la “realidad” contra el “deseo”.
Cuarenta años más tarde, un o una joven presuntamente avispados se sirven de la confusión de la lengua manipulada con luminosa zafiedad para intentar vender una ¿exposición? sobre la “liberación” de la mujer. “Que país”, decía un viejo colega que se suicidó tirándose al metro, en París, precisamente, años antes de aquella algarabía.
Luis Rivera says
Toda frase se manipula: o por deformación o por extraerla de contexto. Es una simplificación absoluta que viene a cuento del tratar de acomodar lo dicho y emitido a la incapacidad para recibir y entender. Después llega la adaptación. Los discursos políticos acaban en los titulares de prensa convertidos en cuatro palabras retorcidas y deformadas en la pura intención de quien los ha pronunciado. La interpretación acaba dependiendo siempre, en estas repèticiones, de dos cosas: la mala intención y la poca inteligencia.
JP Quiñonero says
Luis,
En este caso que prima la ignorancia monda y lironda, pero nunca se sabe, Luis.
Sobre el fondo llevas razón, claro: la historia la cuenta el que la manipula el último,
Q.-
Luis Rivera says
Con un añadido, querido amigo Quiñonero: que la frase sintetizada se convierte en doctrina y la sociedad (no vamos a llamarla amsa) la adopta como tal. Así la Rewpública era benéfica, los americanos son malos, el 68 fué una indecencia y París no valía una misa, ¿o si la valía? ¿Cómo mantenerse al margen de una manipulación que procede de la mala intención o de la ignorancia? ¿Cómo sobrevivir a una opinión generalizada que sienta cátedra? La otra noche, no hace más de dos o tres, en un programa del corazón, una periodista citaba a un personaje desgraciadamente popular (por su vida desgraciada) como su «idiota preferida». ¡Que hermosa ocurrencia! ¡Que opinión fundada!
Un abrazo.