Madrid, invierno 1933. En primer término (de izquierda a derecha) Pedro Salinas, Ignacio Sánchez Mejías y Jorge Guillén. Detrás, Antonio Marichalar, José Bergamín, Corpus Barga, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca y Dámaso Alonso.
¡Qué personaje, periodista, escritor, poeta, narrador, prosista y memorialista fue Corpus Barga..!
Como periodista, entre los más grandes del siglo XX, Corpus Barga, pseudónimo de Andrés García de la Barga y Gómez de la Serna, fue un testigo excepcional de páginas capitales de nuestra historia. Sus memorias, Los pasos contados (1963-1973), son un monumento de la prosa castellana de su tiempo. La reedición de La vida rota (Renacimiento), con un prólogo importante y esclarecedor de Arturo Ramoneda, es un acontecimiento muy feliz, que nos recuerda la importancia emblemática de sus narraciones: un relato vibrante y luminoso sobre la España y Andalucía caciquil de su Benalmena / Belalcázar familiar.
El Juan Ramón Jiménez de Españoles de tres mundos resumía mucho mejor que yo el alcance de la obra de Corpus Barga: “Directo, con la distancia menor y rápida. Su escritura tiene el vuelo de rectas y ángulos de una libélula… Parece que escribe con sarmientos, con yerbas, con agua, con hormigas, con escoria, con rocío. En ningún escritor español encuentro correspondencia como la suya a la estética jeneral de nuestro tiempo. Sin alarde ni manifiesto es un cubista verdadero y lejítimo.”
A vuelapluma, dos o tres testimonios íntimos:
¿Fue Corpus Barga el autor de la última foto de don Antonio Machado..?
Ver: AbelMartín, Julio Montes Santiago, Las enfermedades y agonía de Antonio Machado. Sobre ese drama, me sigue pareciendo indispensable un texto de mi viejo maestro Pablo Corbalán, El largo éxodo y la muerte de Antonio Machado. Una temporada en el Infierno, Antonio Machado y el patrimonio nacional francés.
Corresponsal en París, Corpus Barga fue el único (¿?) periodista que reseñó la legendaria exposición de tres pintores murcianos, mis paisanos Ramón Gaya, Pedro Flores y Luis Garay. “Corpus Barga y los tres murcianos”: “Siguen caminos diferentes. Gaya parece buscar más la línea; Flores, el cuerpo; Garay, el paisaje. Ninguno de estos tres caminos lleva a Roma, a la pintura académica italiana, si no es acaso el de Flores, a través de Picasso. Pero los tres caminos concurren en la busca de un nuevo orden en la pintura que tantos pintores, y no pocos españoles en París, buscan cada vez con más empeño. Los tres murcianos se han puesto a caminar en el centro de la pintura de París. Están centrado. La galería de los Cuatro Caminos no puede ser más céntrica: está en la Magdalena. La exposición de los tres ha sido muy notable y ha tenido mucho éxito. ¿Cual de los tres encontrará primero el cuarto camino de su galería y de París?”
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