AMCh, Homenaje a Salzillo, 2007. O/l,
La obra de Ángel Mateo Charris me ayuda a explorar los problemas del artista contemporáneo, navegando por las oscuras aguas del océano de nuestras incertidumbres.
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Su reciente Homenaje a Salzillo forma parte de un gran homenaje celebrado en su tierra y la mía al gran maestro murciano, con motivo de su CCC Aniversario, en el que han participado [Sala Verónicas, Salzillo 21] José Manuel Ballester, Daría von Berner, Daniel Canogar, Ángel Mateo Charris, Jorge Fin, Miguel Fructuoso, Jorge Galindo, Pablo Genovés, Pierre Gannord, Miki Leal, Alicia Martín, Ana Martínez, Enrique Marty, Nico Munuera, Sonia Navarro, Pedro Ortuño, Concha Pérez, Javier Pividal, Lidó Rico, Carlos Schwartz y Gonzalo Sucre…
En esa obra de AMCh está presente el respeto inmenso por el gigantismo de Salzillo, y la laboriosa situación de una obra en marcha y en estado de sitio y construcción permanente, indisociable de una ya larga estela de otras reflexiones sobre los artistas nacionalistas, la situación del artista amenazado, el homenaje a los grandes maestros, la rueda de la fortuna de las artes y vanguardias difuntas, la soledad del artista adolescente a finales del siglo XX, la perplejidad ante la revolución ¿pendiente? ¿difunta..?
Leyendo la obra escrita de AMCh, Textos por catálogo. El arte y todo lo demás (Ed. Ayuntamiento de Cartagena) advierto que, en definitiva, la semilla última de su obra (como ocurre en el caso de Ramón Gaya) quizá floreció contemplando los paisajes y la luz de su tierra, que es la tierra donde yo nací. Nuestro desarraigo habla de las amenazas de desertización que se ciernen sobre las almas y la tierra donde nuestras raíces están amenazadas de muerte.
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