En la historia de Caína hubo muchas elecciones. Y bastantes concluyeron con el amargo rosario de la aurora del desencanto.
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Algún testigo de una de ellas dejó escritos estos recuerdos de pesadilla:
[ .. ] Sin otra herencia moral que la traición, el fratricidio, los escándalos y las disolutas costumbres de la guardia pretoriana del, en otro tiempo, provinciano caudillo de opereta filantrópica, la diminuta corte cesarista quedó disuelta de oficio con la pérdida catastrófica de unas elecciones celebradas sin otra esperanza que un dudoso alivio; si es que podía esperarse alguna conclusión de tan pavorosa tormenta de piedra y granizo, dispersando para siempre los últimos frutos y semillas podridas de aquella maldición… Una primavera atroz. Adagio de otoño. 6. El bosque encantado.
De los Anales de Caína: Escenas de campaña. Bailables interpretados por la orquesta audiovisual del Estado. El gabinete de la bruja audiovisual. La Transición y el mercado del sexo, la política y la corrupción.
Otra Primavera, otras elecciones y vuelta a empezar.
El hombre honesto y simpático de la derecha, mr. R, ha salido al balcón más solo que la una porque aquellos figurantes no eran los barones (salvo el fiel Acebes con el gesto, muy significativo, de la ausencia de corbata). Era previsible. R sabe ahora que la estrategía de acoso y derribo del sector duro está acabada y no puede permitirse el lujo de otro descalabro así que toca renovar a los barones o poner su cabeza encima de la bandeja. Toca ser un partido de centro, tocan caras nuevas y toca saber que hará Gallardón.
El hombre honesto y poco simpático de la izquierda, mr. L, ha tirado la toalla arrollado por el bipartidismo televisivo. Era tambien previsible aunque poco espectacular. Una víctima de las nuevas tendencias del electorado español, que no es militante sino mediatico. Los indecisos deciden, frente al televisor, por quien van a votar en proporción directa al número de minutos que cada candidato consume en la caja tonta.
Se acabó el minifundio político, llegan los terratenientes de la política…se polariza el ambiente, retroceden los partido minoritarios e incluso los nacionalismos (dejando aparte a la burguesia catalana, claro). Todos aceptan la nueva ley no escrita, la única aspiración de esos partidos minifundistas es el pacto con los terratenientes (el «a ver que saco con mis escaños al señorito»). No hay partidos con militancia ni ideologia sino partidos de coña o partidos de oportunidad. Por eso, L. dimite consecuentemente, porque el cambio climático ha destruido su ecosistema. Significativo.
La culpa no la tiene el sistema democrático, como algunos ya se atreven a decir, sino la irrupción de una nueva forma de hacer política sin ideologia: la politica mediatica, la campaña bien diseñada, el marketing en definitiva…sólo hay que saber cuando y como se golpea a la audiencia, nada más. La presa es el votante compulsivo, la educación del votante ha pasado a la historia.
Esto ya no es una democracia divertida sino una democracia previsible y aburrida…como la otros «grandes paises civilizados».
Y sí, yo no he ido a votar…total, ¿para qué?
Cyber,
Votar o no votar… mi hijo mayor (JF, 18 años) estaba encantado, el domingo, porque votó por vez primera… en las municipales francesas. Él mismo me dice lamentar mi «incivismo activo»… lo esencial de este invento de la democracia («el peor sistema, salvo todos los demás..») es que cada cual se mueva con un mínimo de libertad…
Q.-
«grqmàticas de la creacion…», suena bonito, si.
Marie,
El Maestro GSteiner sabe muuuuchooooooooooo… y ese quizá sea su libro Más Indispensable.
Q.-