El “realismo sucio” neoyorquino, el nuevo pop chino, la nueva poesía guatemalteca, la metanovela, son cosas evidentemente más divertidas y apasionantes que la cazalla y triste realidad del Esperpento matinal, bien necesitado de maquillaje futbolístico y fina retórica parda para ocultar el chapapote de su amarga tristeza sin gracia.
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No me atreveré a comentar ni apostillar los titulares de ABC, El País y La Vanguardia:
● “El paro se endurece”.
● “Un tercio de las importaciones de Madrid, atascadas en Valencia”.
● “Interior impone mano dura para atajar los efectos de la huelga”.
● “El malestar llega al taxi, que parará el viernes”.
● “21 heridos en enfrentamientos entre policías y agricultores en Almería”.
● “Los mercados centrales sufren desabastecimiento de fruta y pescado”.
● “Casi todos los puertos catalanes, parados”.
● “El petróleo arruina la previsión de inflación de Solbes”.
● “El paro de los transportistas acentúa el frenazo en seco de la economía española”.
● “Un gobierno sin voz. Hasta que habló Rubalcaba”.
● “Zapatero ya ve «dificultades objetivas» y convoca a los agentes sociales el día 18”.
● “¡No pasarán..!”.
● “¡Arriba España..!”.
● “¡Arriba..!”
Etc…
Yo creo que al grito de «¡Arriba España!» alguien debería responder con igual entusiasmo: «¡Los Pirineos y Francia!» No sé si es nueva la ocurrencia, pero me he reído un poco con la tontá.
En la Cope a Rubalcaba lo llaman Rubalcabra.
La verdad es que estos días, viendo titulares en televisión o leyendo prensa, todo distraidamente, he tenido la impresión de estar ante una película de eas que en los primeros minutos y a base de lo mismo te anuncian una catástrofe, que es aquella en la que el héroe y la héroa (nuevo léxico políticamente correcto, porque me parece que heroína suena afeminado y concuerda con droga dura), pues digo que el héroe y la héroe triunfarán y se darán (sigo usando el nuevo lenguaje) un revolcón (esta expresión si que me gusta, la verdad: la encuentro acertada y ocurrente.
(me he dejado parte del comentario)
Y es que tengo la impresión de que vivimos la realidad como una película. Ficción en la que somos ajenos gracias a que los medios hacen de distanciador. Claro que descendemos a la realidad cuando recorremos tres gasolineras (en una zona de montaña) para encontrar gasoil o cuando en el supermercado la cajera te cuenta que una buena señora acaba de comprar cincuenta kilos de arroz.
Pienso también, dentro del tono ligero de este comentario, que no seríamos capaces de comprender la vida como un todo si el rayo repentinamente no nos sacudiera. El aforismo de Heráclito se cumple. Tal vez, Q, debiéramos extraer de esta realidad que nos envuelve una significación más profunda.
Luis,
En tiempos de Franco, estaba clara la diferencia entre la realidad del NO-DO y la realidad de la calle.
Ahora… la realidad de los periódicos Se Ajusta Muy Mucho Más -faltaba más- a la realidad callejera. Pero, para mi sensibilidad, todavía hay una cierta distancia y Maquillaje periodístico,
Q.-
Está claro, Q. La intención. toda portada, por empezar por la primera página, es intención.
Luis,
Evidente. Lo de la ideología complica toomuch la cosa. Un buen experto en marketing y publicidad puede hacer los análisis más finos y exactos,
Q.-
Una frase de Warhol en sus años buenos: «Nos habíamos criado leyendo cómics y cuando crecimos y salimos a la calle resultó que el mundo era un cómic»…
Mercè,
Es cierto. Cuando se tomaba tres copas o dos canutos perfumados a la afgana, W. era capaz de decir cosas potables,
Q.-
Bueno… se puede seguir haciéndolo…
Mercè,
Por favor: invitaciones al libertinaje… ¡Qué pesará el Gran Timonel..!
Q.-
Qué pesará? Nada… es polvo y nada más, ni siquiera polvo enamorado… Ni siquiera piensa…
Mercè,
Quizá, quizá… la sombra de otros Timoneles quizá esté bien presente, aquí o a allá..
Q.-