La gran cultura española dejó sentada la radiografía canónica de las tiranías caribeñas y tropicales, pasadas, presentes y por venir. Pero la diplomacia española permanece inmóvil e inaudible ante el espectáculo trágico de la destrucción del tejido social de un “pueblo hermano”, a través de los estragos devastadores del populismo revolucionario.
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Las decimosegundas elecciones celebradas en Venezuela, desde 1998, ilustran de manera ejemplar los mecanismos caudillistas de conquista y conservación del poder absoluto, socavando todos los cimientos de la vida pública, cultural y moral de un pueblo, a través de la más pavorosa demagogia populista de un personaje de esperpento, el presidente Hugo Chávez, émulo aventajado del Tirano Banderas de don Ramón María del Valle Inclán.
El penoso espectáculo de la fallida operación de venta de armas españolas a Chávez, orquestada por el presidente Zapatero y su ex ministro de la defensa, José Bono, ilustró, en su día, los mecanismos del poder supremo venezolano, dilapidando la riqueza nacional, embarcándose en las más grotescas aventuras militaristas, coqueteando con los ayatolás iraníes y el presidente Putin, destruyendo los cimientos de sucesivos procesos de integración política sur americana, aliándose con otro personaje de parque jurásico, apoyado veladamente por un gobierno español pronto abandonado a una suerte circense…
El ominoso silencio español ante la deriva caudillista del presidente Chávez reduce si no margina la influencia española en las Américas. La España de la transición fue un modelo en el que se inspiraron una o dos generaciones de políticos americanos. Cada cual a su manera, Suárez, González y Aznar, ejercieron y quizá continúan ejerciendo una cierta influencia moral, cultural y política.
Los virajes y coqueteos del presidente Zapatero, el ominoso silencio de los intelectuales, el insignificante silencio diplomático, dejan al pueblo venezolano ayuno de un apoyo moral indispensable para poder escapar al temible yugo de las nuevas formas de tiranía populista.
- Américas en este Infierno.
J. Moreno says
La esquizofrenia es necesaria para muchas de las relaciones humanas, sin ella no sería posible la convivencia y el respeto hacia los demás.
Hoy mi prudencia me dice no opinar.
Hoy hace un día espléndido de primavera en el Baix Llobregat.
maty says
Lo triste es que siempre haya gente que anteponga su sectarismo -el que sea- a los derechos civiles, respaldando a quienes se saltan la legalidad respaldada por los jueces. Las formas en democracia es algo fundamental.
PD 24/7 Hugo Chávez expulsa de Venezuela a Luis Herrero, ex periodista de la COPE y eurodiputado del PP
-> EL MUNDO ’20 policías le cogieron en volandas como en un secuestro’
Tal es el funcionamiento del «Estado de Derecho» en Venezuela.
En fin, es lo que hay.
JP Quiñonero says
J.Moreno, Maty,
… J.Moreno,
En París, sol y frrrriiiiiiiiiooooooooooooo.
… Maty,
En Caracas… vaya usted a saber,
Q.-
Dani says
Don JPQ,
…esta frase suya: ‘Las decimosegundas elecciones celebradas en Venezuela, desde 1998, ilustran de manera ejemplar los mecanismos caudillistas de conquista y conservación del poder absoluto, socavando todos los cimientos de la vida pública, cultural y moral de un pueblo, a través de la más pavorosa demagogia populista de un personaje de esperpento, el presidente Hugo Chávez, émulo aventajado del Tirano Banderas de don Ramón María del Valle Inclán.’ En España se han celebrado el mismo número de elecciones desde 1998, entre generales, autonómicas, municipales y algún que otro referendo (para la fracasada Carta Europea y el polémico Estatuto de Autonomía de Cataluña).
JP Quiñonero says
Don Dani,
No te entiendo muy bien… a mi modo de ver, saltan a la vista las diferencias entre las elecciones españolas y las elecciones venezolanas, a estudiar, para mi sensibilidad, como mecanismos de destrucción de los principios básicos donde se fundan la libertad y la vida cívica,
Q.-
Dani says
Don JPQ,
…no seré yo quien defienda al ‘gorila rojo’ y sus métodos y posiciones ideológicas, si las tuviere, pero cargar la fuerza de la frase en la fecha, 1998, para constatar que desde entonces se han celebrado 12 elecciones en Venezuela resta peso a lo que de verdad debería importar, que como bien señala es la ‘libertad y la vida cívica’ de los venezolanos. De ahí mi comparación con las elecciones celebradas en España, desde 1998: el mismo número que en Venezuela.
Un abrazo.
JP Quiñonero says
Don Dani,
Bueno, hombre, no se diga más, digo yo,
Q.-
PiensoLuegoPiensoLuegoExisto says
El gobierno de Chávez es indefendible desde cualquier punto de vista.
Alguien que se llena la boca con el ‘anticapitalismo imperialista’ y aloja las página oficiales de Venezuela en EEUU, no merece el menor respeto.
Pero bueno, es discurso de izquierda. Nunca han dado un argumento válido (o lógico siquiera) para nada. Y la historia se ha encargado de demostrarlo.
Saludos
PLPLE
Antonio Rubio Plo says
Juan Pedro. ¿ No crees que el régimen será más duro de pelar? Aquí no va a haber multitudes derribando una colosal estatua de Lenin y el dictador huyendo del país en su avión privado. Es inconcebible, hoy por hoy, en un país hispano. Creo que hay algo menos de la mitad de Venezuela prisionera de una red clientelar y un ejército con mandos SA como en China o en Egipto. El cambio solo puede venir del interior del régimen.
JP Quiñonero says
Antonio,
Creo que ves la situación con meridiana claridad. En mi caso, siempre tengo la tentación de utilizar el prisma cultural / literario… lo que yo veo es una suerte de guerra civil esperpéntica… de ahí la actualidad «eterna» de Tirano Banderas, el arquetipo de todos los tiranos caribeñotropicales, claro.
Luego, en el terreno estrictamente político, social, incluso militar, tu reflexión me parece diáfana… de ahí el «retomar», ayer, esa vieja entrada… el inmovilismo esperpéntico tiene raíces muy «carpetovetónicas», ay, me temo…
Q.-