Le Monde 2 publica un análisis / comentario devastador sobre gastronomía molecular, gastronomía tecnoemocional y otras mandangas, en la frontera del fraude, la trampa, lo publicitario y el comercio crapuloso con productos químicos y almas muertas.
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-“¿Es nociva la química de las cocinas molecular y tecnoemocional?”.
-“En marzo, el mejor restaurante del mundo tuvo que cerrar por razones sanitarias”.
-“A grandes dosis, algunas sustancias utilizadas por la gastronomía molecular y tecnoemocional son laxativos reconocidos, que pueden provocar quemaduras de estómago”.
-“Todo el hotel sabía que la señora de la 115 estaba enferma. No me extraña, estando en El Bulli. Es muy frecuente”.
-“La cocina molecular y tecnoemocional es una vitrina de la industria química, que se paga una imagen gastronómica a través de los cocineros de renombre”.
-“Los productos esenciales del Muelle de aceite de oliva de Ferran Adrià son los aditivos químicos E953, E 473 y E 475. ¿No sería honesto decirlo en la carta…? [LeMonde 2. 2 mayo 2009. JP Géné, Trop de chimie nuit-elle à la gastronomie?].
Mi modesta experiencia personal es igualmente penosa: Adrià, huevos en gelatina y decadencia.
- Gastronomía en este Infierno.
Lauro says
Q.,
Siempre se ha dicho: donde se ponga un cacho de buen pan con aceite de oliva y sal por la mañana, o un gazpacho y un plato de chicharos al mediodía, o un poco de ‘pescaíto frito’ antes de acostarse… Buenos días.
JP Quiñonero says
Lauro,
Compartir el pan y el vino, en una mesa puesta con amor o amistad, puede ser algo sagrado, indisociable del Banquete y la Cena, si,
Q.-