Mitterrand ministro de Sarkozy. Madre del Señor…
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ADMIRADOR DE SARA MONTIEL Y GRACE KELLY
Sin embargo, admiraba y respetaba a Frédéric Mitterrand mucho antes que Nicolas Sarkozy lo nombrase ministro de cultura, con una jugada política bizantina, no exenta de cierta belleza cínica.
Lo descubrí hace siglos, literalmente, cuando nos invitó a cenar a una famosa brasserie de la plaza de la Bastille, para hablarnos de ¡Sara Montiel…! En aquella famosa brasserie se reunía, por aquellos años, gente muy próxima a ETA que servía de enlace con gente próxima a François Mitterrand, justamente. Correré un tupido velo.
Frédéric Mitterrand nos habló de Sara Montiel con una sabiduría y un respeto inmensos. Tantos años más tarde, volvimos a coincidir en el Meurice y en Monte Carlo, con motivo de la presentación de una gran exposición consagrada a Grace Kelly, comisariada por él, Grace Kelly, una mujer libre y Grace, hadas, brujas, seducción, muerte y encantamientos.
Hace dos años, su libro Le Festival de Cannes me pareció una obra muy bella: un relato autobiográfico, una melancólica balada, recordando sus pasiones cinematográficas, sus pasiones homosexuales, sus desencuentros artísticos, estéticos y humanos. Una obra de rara elegancia, muy fuera de lo común.
Crítico de cine, cronista de las más altas sociedades de diversos pasados de leyenda, empresario arruinado, presentador de tv, hombre de mundo, paradójicamente solitario y una brizna atormentado, Frédéric Mitterrand nunca se entendió completamente con su tío, el presidente socialista. Sarkozy ha tenido la excelente idea -para él- de nombrarlo ministro de la cultura. No sé si es un cargo a la altura de su atormentada sensibilidad.
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