St.Sulpice, 22 julio 2009. Foto JPQ.
“Para nosotros, la crisis ha sido como un terremoto. Y muchas casas de están viniendo abajo, hundidas”, afirma Stephane Rolland, que lanzó su propia casa de alta costura hace apenas dos años.
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InMemoryoftheLateMr.andMrs. Comfort: A Fable. © 2008 The Richard Avedon Foundation. La moda, parábola de la muerte contemporánea, desde Baudelaire, que fue el primero en glosar su irrupción en los grandes almacenes contemporáneos… Guy Bourdin… arte, publicidad, fotografía, sexo y otros misterios, Avedon, el amor, la gloria, la moda, la muerte y Richard Avedon, un maestro absoluto.
CHUCHERÍAS Y CULTURA
En sus días de más alta gloria, la Chambre Syndicale de la Haute Couture llegó a tener una treintena de miembros. Hoy solo quedan once. Muerto Yves Saint-Laurent (YSL) su marca vive de los despojos. Dior vive bajo perfusión de un gran creador inglés nacido en Gibraltar (John Galiano). Karl Lagerfeld anima su propia marca y Chanel: pero sus negocios esenciales están en otro mundo… los perfumes, los bolsos y otras chucherías femeninas. ¿Cardin? Vive en el limbo. Etc…
Kenzo, en crisis. Christian Lacroix, en bancarrota. Frédéric Mitterrand, ministro de la cultura, espera conseguir un milagro financiero que salve a Lacroix y otros, contra las cuerdas. Cada modisto, cada casa de alta costura es, al mismo tiempo, un archipiélago de pequeñas empresas artesanas, un vivero de grandes artistas de la aguja, la puntilla, el corte, el maquillaje, la fotografía. Las industrias del lujo (200.000 empleos en Europa, 80.000 en Francia) sufrieron el año pasado un retroceso del 2 al 8 por ciento en muy distintos sectores. La alta costura quizá sea el sector amenazado, por razones quizá más culturales que estrictamente económicas.
MÁS SEXY, MÁS BARATO, MÁS CRISIS
“Incluso los mega millonarios y sus novias, esposas y amantes están cada vez menos dispuestos a pagar de 20.000 a 50.000 dólares por un traje de alta costura, cuando pueden vestirse a precio de ganga para estar más sexy”, comenta lacónica Pamela Fiori. Todavía quedan princesas de lejanos reinos árabes, esposas o amantes de nuevos ricachones rusos. Pero el mercado se resiente. Y los nuevos mega ricos no son lo que fueron.
Incluso las más jóvenes y atractivas modelos pagan muy caro la crisis de la alta costura. Anna Chyzh, joven estrella emergente, nacida en Kiev, se lamenta amargamente: “¡Nos pagan la mitad que hace un año! Y la crisis se nota en todas partes, en Nueva York, en Milán, en París”.
VIVIR Y VESTIR CON GRACIA
Los creadores más avispados, Armani, Lagerfeld, Galiano, utilizan los grandes desfiles como nota de glamour publicitario. Vendida la imagen, se reducen los desfiles, se reduce el número de los modelos presentados. Y se gana dinero con el prêt-à-porter, los perfumes y accesorios.
En verdad, la alta costura lleva medio siglo largo en crisis, que ha ido sorteando, con distinta fortuna. Las antiguas casas inmortalizadas por Richard Avedon, entre otros, dejaron paso a los jóvenes lobos de los años sesenta del siglo pasado, YSL, Lagerfeld, etc. La crisis de hoy quizá sea más grave, más honda: quizá estemos asistiendo a una metamorfosis imprevisible del arte de vivir, las gracias del lujo, amenazadas por las nubes tóxicas de unas sociedades en busca de otras nociones sobre el arte de vivir y vestir con gracia.
LeBonMarché, diseñado por Gustav Eiffel, el primero de los grandes almacenes abiertos en París, en 1852. 23 julio 2009. Foto JPQ.
- Moda y Fotografía en este Infierno.
José Julio Perlado says
Muchas gracias, Enrique, por tus palabras. Sea caminando por el teatro en la calle madrileña o por libros y temas, aquí me tienes, en Mi Siglo, intentando comentar algo del mundo.
¡Mi agradecimiento!
Muy cordiales saludos
JJP
Luis Rivera says
¿No será este desvanecerse de las casas de alta costura un epílogo prostiano a un tiempo perdido?
El lujo que radicaba en lo exclusivo viene, creo, a determinarse por el precio en los grandes almacenes o en tiendas que ostentan marca. ¿No es la marca un diálogo entre una identidad de masas y una identidad aspiracional hacia lo elitista? El precio es lo que separa.
JP Quiñonero says
Luis,
Clarísimo, claro, digo yo.
Proust aún podía publicar sus Salones en Le Figaro. Caer de lo único en la marca es una caída en un mundo más gregario. Dior en los grandes almacenes es una minúscula indigencia. Etc…
Q.-
Carmen says
Q., creo que como bien dices se trata de una transformación «en el arte de vivir» porque habiendo más ricos-riquísimos que nunca, no se explica este fenómeno por razones económicas. Lo lamentable es la desaparición de unos oficios artesanales herederos de siglos de saber sobre los diferentes tejidos, bordados, puntillas, plumas, lentejuelas, etc. Pero cuando ves en ciertas revistas las espantosas casas de esos multimillonarios,hechas por diseñadores de prêt-à-meubler (en las que nunca faltan los colmillos de elefante, las escaleras sureñas o el sofá de tigre), qué vas a esperar… Ya el provinciano de Rastignac sabía distinguir entre el lujo ostentoso de los banqueros de la Chaussée d’Antin y el lujo sobrio y elegante de la vieja aristocracia del faubourg Saint-Germain.
Por razones similares, desaparecen los sastres y las modistas.
JP Quiñonero says
Carmen,
Uauuuuuuuuuuuu… muy fino lo de Stendhal, que conocía su París. Si, la cuestión de fondo es esa desaparición de oficios y artesanías nobles, en beneficio de… nada. Las señoras de los Salones proustianos tenían muchísimos defectos, claro están. Pero la canalla nuevorica que nos rodea marca un descenso en el peldaño del Mal Gusto,Fiel Reflejo de la Nadería desalmanda, me temo,
Q.-
PS. No debes tomarte muy en serio las cosas de ZP: es ponerte en manos de otra nadería. Hasta ahí podíamos llegar, oye.