Rue Bonaparte, 3 diciembre 2009. Foto JPQ.
¿Cuáles son las armas estratégicas de Francia para salir de la crisis y suplantar a Alemania como “corazón” o “motor” político, económico y cultural de Europa…? El lecho amoroso. La fecundidad de las francesas.
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ALEMANIA BAJA, FRANCIA SUBE
Jacques Marseille, catedrático de historia de la económica, en la Sorbonne, describe tal proceso de este modo: “Con su fecundidad actual, Francia será dentro de unos años el país más poblado de Europa, rodeado de naciones envejecidas y menos dinámicas”.
-¿Porqué?
-Con una tasa de natalidad más alta que el resto de Europa, Francia podrá consolidar su industria de la construcción, que deberá construir más de 500.000 nuevos pisos, o casas, durante los próximos quince años. Al mismo tiempo, la natalidad permitirá consolidar el sistema de pensiones, alimentando el vivero de la creación de empresas, con nuevos empresarios jóvenes, asegurando el crecimiento del mercado interior, principal fuente de riqueza.
-¿Y Alemania?
-Alemania retrocede. Por vez primera en su historia, está retrocediendo y envejeciendo la población alemana. Ese envejecimiento será el fin de la competitividad alemana. Tras medio siglo de “milagro” económico, Alemania está corriendo el riesgo del declive histórico, como colectividad humana.
EUROPA ENVEJECE
Eurostat, la CIA y el Institut National d’Études Démographiques (INED) confirman los mismos datos demográficos. Francia crece desde hace una larga década, mientras el resto de Europa envejece peligrosamente.
Según las estadísticas comparadas (2008), Francia tiene un índice de fecundidad superior al resto de Europa: cada mujer francesa tiene una media superior a los dos hijos, mientras que la alemana no pasa de 1.37, la española estanca en 1.46, la inglesa alcanza un 1.94, la italiana no va más allá del 1.41. Solo las irlandesas hacían mejor, hace uno o dos años, cuando su indicador de natalidad era del 2.10. Según las estadísticas provisionales, la crisis ataca más duramente en los lechos irlandeses (la fecundidad habría retrocedido a los 2 niños por mujer), mientras que las francesas están rozando los 2.15 hijos…
ESTADO Y FECUNDIDAD
En términos puramente demográficos, el declive de Alemania y la ascensión “imperial” de Francia son una realidad palmaria. Alemania perdió 168.000 habitantes el 2008: la caída más alta de la Unión Europea (UE). Aumenta el número de muertes anuales, decrece el número de nacimientos, cuando en Francia ocurre exactamente lo contrario. En 2008 nacieron 828.404 franceses, uno de las cifras más altas del último siglo.
France Prioux, demógrafa en jefe del INED, subraya un punto estratégico capital: la política demográfica nacional, desde hace décadas, es muy favorable a la fecundidad nacional, por estas razones: “La política de Estado permite a las mujeres tener más hijos, sin dejar de trabajar. Existen muchas ayudas. Italia, España, el Reino Unido, apenas tienen políticas familiares comparables. La política alemana solo favorece a las mujeres que no trabajan. La política familiar francesa favorece la natalidad, y, al mismo tiempo, da un impulso económico a toda la nación”.
EL LECHO, MOTOR ECONÓMICO
Según el Tribunal de cuentas, el conjunto de ayudas directas e indirectas a la familia, las mujeres y la fecundidad nacional ascendió el 2008 a unos 70.000 millones de euros, de un alcance económico palmario: la fecundidad también es un “motor económico” para la nación.
François Héran, autor de un ensayo reputado sobre la natalidad nacional, Figures de la parenté (2009), estima que existe una “excepción francesa”: “Francia es la campeona de Europa en materia de natalidad. Francia asegura, ella sola, tres cuartos del “excedente” natural del continente europeo. A finales de los años 30 del siglo XX, Francia era el país más viejo de Europa. Por entonces, la natalidad nacional no permitía asegurar la renovación de de generaciones. Medio siglo de políticas familiares han contribuido a modificar ese declive histórico. Y Francia lleva camino de convertirse en la primera potencia demográfica de Europa”.
Potencia demográfica que tiene muchos rostros, raíces y semillas. La fecundidad también es un indicador cultural de fondo. Y un motor económico, un factor de cohesión social. Las francesas tienen los hijos más tarde, y, con frecuencia, fuera del matrimonio. Pero su fecundidad es la primera esperanza individual, colectiva y nacional, para combatir la crisis, en el lecho.
- Francia, París y Fotografía en este Infierno.
RueduCloître-ND, 3 diciembre 2009. Foto JPQ.
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