“… todo el saber alquímico de la cocina mediterránea”, decía ayer Gatopardo.
[ .. ] “La cocina española, árabe, judía, arábigo-andaluza, de los siglos XI al XIII, nos permite rastrear algunas de las huellas más internacionales y modernas de nuestra cultura…” [ .. ]
[ .. ] “Lo que más tarde será España, y es ya cuna y crisol donde se confunden de modo nutricio las culturas de Oriente y Occidente, también aporta a la historia de nuestra civilización una Dietética, que parte de Aristóteles; una Gastronomía, muy anterior a los primeros tratados escritos en francés; un Arte de vivir y unas Artes de la cocina, la urbanidad, la mesa y el mantel, muy anteriores al nacimiento de la lírica y la urbanidad provenzal” [ .. ] La cuisine andalouse, un art de vivre, ABC, 29 diciembre 1990.
- Gastronomía en este Infierno.
Jordi says
Caramba! Para cuando «De la inexistencia de la cocina espanyola», pues? 😉 Totalmente de acuerdo en la integracion de la cocina dentro la cultura. En que estaria yo pensando? El viernes vimos «Julie & Julia» y me parecio de una amabilidad simpatiquisima ver como algo que empezo, en su momento, como el arte de la necesidad se puede llegar a convertir en el hilo que de proposito a una persona perdida en su propio ser.
maty says
En cosas del buen comer, Quiñonero tuvo como maestro a Feliciano Fidalgo, su predecesor en la correspondería parisina de ABC.
En su libro autobiográfico Retrato del artista en el destierro (cuya lectura recomiendo, por su excelente prosa), escribe al respecto.
JP Quiñonero says
Jordi, Maty…
Jordi,
Nada como el pan con aceite, el pan con queso o jamón, y un vaso de vino de la tierra…
Maty,
Buena prosa de voy yo a dar a ti… Feliciano no fue jamás corresponsal de ABC. Fue mi maestro en muchas otras cosas, confesables y menos confesables. Pero el hambre la compartíamos a partes alícuotas. Dicho eso, es cierto: Feliciano me descubrió al carácter pantagruélico y más que viril de ciertos platos / productos de la cocina castellano/leonesa, comenzando por el Botillo de El Bierzo o la cecina de León. Palabras mayores de insondable eficacia en materia de seducción,
Q.-
maty says
Perdón por la confusión. Tal vez la culpa es tuya, por no dejarlo claro en el libro 😛
MMarie says
Qué delicia, Mr Q.
Carmen says
Recuerdo oír hablar de Feliciano, siempre con entusiasmo, a su gran amiga Maribel Pérez-Alfaro (¿qué habrá sido de aquella mujer tan valiente?). Un día me lo presentó en la cafetería París, en León. Me viene a la memoria una bufanda y un abrigo de dandy, para aquellos lugares provincianos, una cordialidad franca, una gran sonrisa cálida. Ya ves, las vueltas que da la vida.
JP Quiñonero says
Mme Marie, Carmen…
Mme Marie,
Mis respetos.
Carmen,
Si… Feliciano era un personaje euforizante, con muchos rasgos de genio. Intentaron hacerle la puñeta, sacándolo de París, por celos a los más altos niveles de la jerarquía: y él transformó aquel navajazo en otro triunfo personal. Al final, estaba amargado. La última vez que hablamos, por teléfono, rompió a llorar: «Dile a Mercedes que ella y vosotros sois mi familia. Volveré a largarme de este país. Ya me buscaréis donde recaer…«. Era algo entre mi padre, mi hermano mayor, mi colega, mi iniciador e muchos mundos. Me negué a participar en un «homenaje» que le dieron a mayor gloria de quienes lo apuñalaron,
Q.-
maty says
La puñalada… debió ser de Juan Luis Cebrián y compañía, pues trabaja en PRISA, digo.
EL PAÍS Muere Feliciano Fidalgo, uno de los grandes talentos del periodismo actual Jesús Rodríguez
Siendo comunista acérrimo, le perdonaba a Quiñonero que pusiera a caer de un burro a Carrillo, por aquello de no anteponer la ideología a la amistad.
LIBERTAD DIGITAL / Ideas Retrato del artista en el destierro Carlos Semprún Maura
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Entonces, ¿cómo se llamaba tu antecesor en el cargo de corresponsal del ABC?
JP Quiñonero says
Maty,
Pensaba no responderte… pero callarme hubiera tenido algo de aceptación de todo eso, que no puedo aceptar.
Carlos también fue amigo mío, pero terminó delirando, quiero decir d e l i r a n d o… no tenía ni idea de quien era Feliciano (todo eso del comunismo era puro delirio: a Feliciano lo quitaron del medio como corresponsal en cuanto comenzó a escribir crónicas contra el gobierno de unión de la izquierda; otra cosa es que, efectivamente, fue muy amigo de Carrillo: y eso nos enfrentó a la primera de cambio con una violencia inaudita. Lo que cuenta Carlos de mi encontronazo con Ramón Chao en un plateau de tv es una versión un pelin delirante: totalmente delirante, más bien. Pero bueno.
…
Mi antecesor como corresponsal de ABC podía ser mi abuelo, o algo así: era Enrique Laborde, un hombre muy fino, de otra época, humorista amigo de Tono,
Q.-
Gatopardo says
Enrique Laborde Vallverdú
Redactor de Sur (1944-1945). Director de Duero (1945-1946). Redactor de Información
(1946-1947). Subdirector de El Correo de Mallorca (1947-1948). Redactor de El Heraldo de
Aragón (1948). Redactor de la Agencia EFE (1960) y corresponsal en París (1964).
Redactor de La Vanguardia (1967). Corresponsal de la agencia Pyresa en París (1970-1976).
Y algo más: junto a Álvaro de Laiglesia, Evaristo Acevedo, Federico Muelas, Alfredo Marqueríe, Juan Pérez Creus, Antonio de Obregón, Federico Galindo, Antonio Mingote, Enrique Herreros, Francisco Vighi, Enrique Durán, José López Rubio, Tono, Alfonso Paso, Chumy Chumez, Lorenzo Goñi, Rafael Castellano, Jorge Llopis y Rafael Munoa, fundó la Academia del Humor, continuadora de la “Legión de Humor”(castigat rindendo mores)
Del ABC, 28 setiembre de 2002: Necrológica. Enrique Laborde Vallverdú
«El pasado 13 de septiembre falleció en Madrid el periodista y escritor Enrique Laborde, que desarrolló una extensa carrera profesional en
diversos medios y culminó su trayectoria periodística como corresponsal en Londres y París de las agencias EFE y Pyresa y de los periódicos
La Vanguardia y ABC.
Enrique Laborde Vallverdú había nacido en Linares (Jaén) en 1918 y se graduó en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid en 1946. A lo largo de su carrera trabajó como redactor de los diarios «Sur» de Málaga, «Información» de Alicante, y el
«Heraldo de Aragón». Fue director de «Duero» y subdirector de «El Correo de Mallorca». Redactor de la Agencia EFE desde 1960, fue nombrado corresponsal en París en 1964 y, posteriormente fue corresponsal de «La Vanguardia» en Londres.
Sus últimos años profesionales transcurrieron como corresponsal de la agencia Pyresa y del diario ABC en París.
Periodista de honda cultura y amplísimos recursos literarios, era también un escritor de corte ramoniano que cultivaba el humor y miraba
la vida con permanente curiosidad.
Fruto de su vocación literaria fueron algunos libros singulares, como «Viaje al calor» e «Historia de bichos». Dotado de una asombrosa
capacidad de trabajo, Enrique Laborde fue un corresponsal minucioso y preciso cuyas crónicas
—traspasadas por un fino sentido del humor y por una vibrante calidad periodística— se difundieron
por buena parte de la prensa española en los años previos a la Transición.
Deja viuda —Aurelia Martínez Aracil, a la que él llamaba siempre «Micheline»—, y un recuerdo
imperecedero entre sus numerosos
amigos y colegas.»
En el Archivo Linz hay varios artículos suyos.
JP Quiñonero says
Gatopardo,
Si. Ese era Enrique. La vida también le dio muchos palos. Pero eso no se percibe en las necrológicas, qué quieres. Su mejor amigo último, en París, quizá fue Jorge Collar,
Q.-