François Mauriac dice que el mejor camino para hablar de los hombres del pasado pasa por nosotros mismos.
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Así, la mejor biografía (Adriano / Yourcenar; Racine / Mauriac, etc.) quizá sea una forma de autobiografía inconfesable. Mauriac escribe: “… l’amour qui a le plus marqué dans sa vie est souvent le seul sur lequel il garde le silence…” Mauriac, homosexual.
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“Decíamos ayer…” 13 abril 2005.
Roma,8abril2005,8.11. Foto JPQ.
!Cuántos años había esperado volver a Roma para visitar la tumba de Santayana, como muestra de respeto y homenaje !!!
La mañana del 08.04.05 amaneció límpida, jubilosa, radiante. Y a las siete y cinco -tras un desayuno colectivista, rodeado de una banda de ruidosos japoneses- ya estaba en el tranvía, vacío, que me llevaba renqueante hasta la puerta del Cementerio de Campo Verano, que es un lugar majestuoso, donde también está enterrado Garibaldi, que nació en Niza, no lejos de donde murió Garcilaso.
Un señor muy amable me condujo en ¡coche eléctrico! hasta la división 51, donde la generosidad italiana ha guardado unos palmos de tierra para enterrar a unos españoles muy mayoritariamente abandonados de la mano de Dios, de una pobreza absoluta.
Y allí estaba la tumba de don Jorge… límpida, cuidada, incluso con una reciente maceta de humildes florecillas, que tanto le hubieran gustado. ¿Quién cuida esa tumba? ¿La embajada? ¿Los italianos? ¿Las “monjas azules” que lo atendieron hasta la muerte?
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Para mi sensibilidad, Santayana -madrileño de la calle de San Bernardo, aunque sus paisanos lo ignoren de manera tan penosa- quizá sea el filósofo “español” más universal del siglo XX. Menos soberbio y más hondo que Ortega, por momentos. Tan atormentado aunque mucho más apolíneo que María Zambrano, con la que tiene tantas cosas en común.
Su vida terminó por confundirse con el destierro. Su obra está toda escrita en un inglés luminoso. Antonio Marichalar lo descubrió muy pronto, entusiasmado, en la primera Revista de Occidente. Tan entusiasmado que suscitó la envidia sorda de Ortega, que no podía soportar su genuina universalidad y sus relaciones personales con una cierta élite filosófica anglosajona. Sir Bertrand Russell le dedicó en sus Memorias unas frases malévolas.
Santayana vivió y murió solo. Los últimos años de su vida lo convirtieron en un monumento objeto de peregrinación. Robert Frost le dedicó un poema memorable. Ferrater Mora habla de él con inmenso respeto. Si no me equivoco, en España, la única crónica de su muerte la escribió Julián Cortés Cabanillas. La visita y los instantes de recogimiento personal, ante su tumba, me llenaron de una alegría, íntima, solitaria, que -me digo- a él no le hubiera disgustado completamente. Santayaya, una mañana de abril.
- Autorretrato nocturno.
- Autorretrato ante la tumba de la literatura.
- El samurai, el héroe, el asesino, el wadlgänger.
- Helmut Newton y mi autobiografía.
- Personal e Imprescindibles para sobrevivir en este Infierno.
J. Moreno says
Quiño…la próxima vez que pase por Roma visitaré la tumba de uno de los maestros que más han influido en D. Antonio Trevijano. Es un gran admirador de la obra filosófica de Santayana. Trevijano ha sido el que me dió a conocer a este heterodoxo espanyol, que como tantos otros, ha sido llevado al ostracismo más vil. Tenía lo peor que un nacido en Espanya puede tener: amor a lo universal y tormenta interior heterodoxa.
Me quedaré con el nombre del cementerio y será otro de los que cada vez que acuda a Roma visite.
Ya sabes que el pasado Junio visité tres tumbas en el sur de Francia: las de Montauban, Colliure y Port-Bou. Padezco algo de necrofilia.
Buenos días desde el Baix Llobregat, hoy con un calor sofocante a las 8.30 h.
JP Quiñonero says
J.Moreno,
Qué puñeteramente bien vives. Santayana fue esencialmente un desterrado. En fin,
Q.-
MMarie says
Esos autorretratos, Mr Q., esos autorretratos, ojo…
JP Quiñonero says
Mme Marie,
Ojo, ojo… si yo le contara… ayayay…
Q.-
Vicente Carreño Carlos says
¡Pues casualidades de la vida!, hace un par de días que me han avisado de la Librería Gonzalez Palencia de Murcia porque han recibido el libro que les pedí días atrás (LA VIDA DE LA RAZON O FASES DEL PROGRESO HUMANO, de G. Santayana). Una de estas tarde pasaré a recogerlo.
Y, así es, AGT tal y como dice Juan Moreno, es admirador de su obra y nos lo ha dado a conocer. Y ahora también tú J.P.
Un abrazo desde Totana
JP Quiñonero says
Vicente,
Saludos parisinos… una calorina…
Q.-