París. Petit Pont, 18 septiembre 2010. Foto JPQ.
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Dialogando con Ricardo Lanza, muy al fondo del hilo de las Puntualizaciones de Blanca Andreu sobre Juan Benet, escribí unas apresuradas líneas que comenzaban así: “Está por escribir la historia de la destrucción de la industria editorial española…”
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Y seguía…
Grandes editores, como Josep Vergés, José Janés, Mario Lacruz, Jaime Salinas, Carlos Barral, entre otros, construyeron colecciones y editoriales que forman parte indisociable de la cultura española.
Poco más tarde, llegaron… dos tipos de nuevos editores: los interesados por la moda y lo “moderno”, y los capaces de vender “libros” con las páginas en blanco… ese doble cáncer lleva años socavando y destruyendo los cimientos de la cultura española.
-Los interesados por la moda y lo “moderno” cada temporada descubren el Mediterráneo de algo nuevo, genuinamente a la moda, dejando en la estacada todo lo demás. La plumifería del ramo se traga todos los burros muertos que el echen. Un escritor extremeño no puede nada contra un plumífero francés o californiano tocado del aura de las ventas y la moda.
-Los capaces de vender cualquier objeto en forma de libro impusieron la lógica de la pasta y los premios… A más premios, más pasta y más basura, en cantidades industriales. Con gran apoyo de batallones de solaperos e ignorantes.
Lo “moderno”, la moda y la pasta atizaron nuevas ambiciones mercantiles, iniciando a una generación de jóvenes trepadores, curtidos en el marketing y el lanzamiento de modas, movimientos y otras basuras empaquetadas con publicidad.
Ni que decir tiene:
-El proceso está arruinando o ha arruinado ya lo que en otro tiempo había de valores, principios, vagos cánones enterrados en los nuevos pozos de basura.
-Publicitarios, solaperos y plumímeros del ramo contribuyen activamente a la desertización en curso.
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… Ufff, dirá el atónito lector.
En verdad, claro está, la cosa es infinitamente más compleja. Aporto yo mismo algunos matices:
-Solo me refería y refiero a la edición de novela, creación literaria. La edición y la cultura española tienen muchos otros horizontes.
-Muchos y muy buenos libros consiguen colarse entre los torrentes de basura distribuidos.
-Han aparecido muchos y grandes pequeños editores que confieren carta de nobleza a su oficio y profesión.
La cosa sigue teniendo muchos otros flecos, claro está. Pero me aparece oportuno insistir en ese primer rosario de catástrofes, que siguen su propio y endemoniado curso.
Last but not least… en la más negra noche franquista, los escritores hablaban, discutían y polemizaban sobre su trabajo y oficio: la literatura y la cultura, eran indisociables de la vida cívica. Unos y otros enarbolaban las banderas de sus ideas. Hoy solo se enarbolan las banderas de las marcas comerciales.
Jordi says
Quinyo, hablas de literatura o de (alta) costura?
Jesús says
Muy oportuno, aunque no sé aún si estoy de acuerdo en todas las descripciones. Solo me tomo la libertad de apuntar, aprovechando la polisemia del gentilicio hecho glotónimo y vuelto adjetivo de nuevo:
Latinoamericanos, por ejemplo, y afortunadamente.
JP Quiñonero says
Jordi, Jesús…
Jordi,
En materia de modas… la alta costura me parece mucho más creativa, claro.
Jesús,
Latinoamericanos, sin duda. Incluso carpetovetónicos… con todos los matices y prudencias de rigor, la edición de libros de historia, las ediciones críticas de clásicos, creo que son sectores menos afectados que la creación literaria, a mi modo de ver,
Q.-
PS. Este verano, por ejemplo estuve cenando con el director de una reputada colección de ensayo, que me pintó una situación catastrófica, tras la venta de su colección a una empresa con pasta. Tengo a la mano el caso del hijo editor de un escritor de fuste… condenado a no poder publicar las cosas de su propio padre, por razones comerciales. Sobre editores y solaperos que no leen los libros que editan y comentan se me ocurren muuuchos casos.
maty says
Quiño, no lo achaques todo a cuestiones comerciales, también ha cambiado substancialmente el tipo de lector, mucho peor que el de veinte años atrás -cuando se aprobó la LOGSE.
De ahí la necesidad que otras entidades cubran el espacio, asumiendo las pérdidas.
La única salida es que los autores minoritarios se agrupen y utilicen las nuevas tecnologías para darse a conocer y comercializar sus libros, porque el circuito convencional ya no contará nunca más con ellos, al menos en España.
Con cada nueva generación de estudiantes, el nivel de exigencia cae. No están capacitados para tales lecturas, pues han rehuido el esfuerzo intelectual desde siempre.
Es como el cine no comercial o la versión original, inexistente en casi todas las ciudades y pueblos españoles. No sólo es problema de oferta, lo es, principalmente, de demanda.
Ante ello suerte tenemos de Internet.
El problema es que la mayoría de los autores son de letras y detestan la tecnología y el mundo de la empresa, y sólo desean que alguien les publique. Vamos, que comparten el sentimiento funcionarial cada vez más extendido en España.
Así que, si no espabilan ellos mismos, su inacción significará su muerte editorial.
JP Quiñonero says
Maty,
La industria de la incultura y los best sellers maneja miles de millones de euros y dólares en concebir, producir y distribuir basura. Esos torrentes de basura son una grave amenaza para la cultura.
Quienes denunciaron por vez primera, en castellano, ese proceso de sabotaje y destrucción de la cultura, a través de la producción de basura envasada en forma de libros, fueron Ramón Gómez de la Serna y Octavio Paz.
Fue Ramón quien acuñó el concepto de “multitudes lectoricidas”. He sido yo quien ha rescatado ese concepto que me parece intelectualmente esencial, hoy.
Octavio Paz denunció esos mecanismos perversos de este modo:
Ganar dinero es legítimo; también lo es producir libros para el “gran público”, pero una literatura se muere y una sociedad se degrada si el propósito central es la publicación de best-sellers y de obras de entretenimiento y consumo popular. [ .. ] Sin embargo, es imposible olvidar que la historia de la literatura de Occidente, especialmente en la edad moderna, ha sido y es la de las minorías: escritores rebeldes y novelistas inventores de nuevas formas, artistas considerados herméticos y difíciles. La lógica del mercado no es la lógica de la literatura” [ .. ] Octavio Paz, la muerte de la literatura y la degradación de España a través de la industria editorial.
Es para mí un gran honor ser lector y divulgador de Ramón y de Paz. Fueron ellos los primeros en denunciar el proceso de desertización en curso. Es cierto, por mi parte, que sus análisis me parecen hoy más pertinentes que ayer.
Añadiré algo de mi coleto:
-Periódicos, publicistas y críticos literarios están jugando un triste papel, con su silencio y colaboración en el proceso de destrucción y desertización de la cultura.
-En todas partes cuecen habas: pero el problema tiene en España unas proporciones muy inquietantes,
Q.-
maty says
«En todas partes cuecen habas: pero el problema tiene en España unas proporciones muy inquietantes»
¿En qué sobresale España en estos años? En el desastre de su sistema educativo, sin parangón a nivel mundial -al menos entre países de similar nivel socioeconómico.
Ahora se cosecha lo poco y mal sembrado décadas atrás.
Antes teníamos que pasar obligatoriamente por el filtro de los medios para informarnos, pero ya no, al menos los interesados realmente en la buena información.
Internet es la oportunidad para romper el círculo vicioso. Si no la aprovechan que no se quejen.
En Tarragona estoy rodeado de medianía, mucho más que en Barcelona. No les interesa probar cosas nuevas y mucho menos esforzarse intelectualmente. Prefieren consumir mero entretenimiento y, lo que es peor, basura. De lo demás, cero.
Tal es mi cruda realidad. Allá ellos, mi elección es bien otra.
Nota: ahora mismo estoy escuchando un disco descargado hoy y que recomiendo:
AvaxHome Chucho Valdes – Canciones Ineditas (2004) {Egrem 0396}
No creo que en mi entorno sea apreciado, como tantas otras músicas. Si eso pasa con la música, mucho más asequible, ni te cuento con los libros!
Javier L. says
Demasiado inquietantes, don Juan Pedro. En mi caso, opté hace tiempo por descender un peldaño en el escalafón y ocuparme de todas esas tareas que los editores con título de máster no saben hacer. Vista entre bambalinas, esa feria de las vanidades irrita un poco menos y queda el consuelo de que, dentro de lo que cabe, uno se mantiene al margen.
Phil Blakeway says
El dedo en la llaga…
Mira, benvolgut Q, recién llego de Barcelona. Gasté una hora muerta entre una vista y una reunión metiendo las narices en una pequeña librería, da igual el nombre. Compré un ejemplar de la Noticía de Catalunya de Jaume Vicens i Vives (que me he ventilado en el AVE, por cierto y sobre el que hay que volver), y al pagar, absorto por la abrumadora presencia del último «ladrillo» de Follet que todo lo inundaba, me comentó el librero: «nos hemos tenido que rendir…»
JP Quiñonero says
Maty, Javier, Phil…
Maty,
La lectura, en efecto, también es víctima de…
Javier,
Quítame la barba de ese don que no es lo mío, anda. Con Quiño voy que me mato. Graciassssssssssssss
Phil,
Si, la Noticia de Cataluña de Vicens Vives es un libro importante. De hecho, la ausencia de VV tiene algo de drama, para todos. Así, a vuela pluma, él pensaba que era indispensable un diálogo de fondo entre Castilla y Cataluña… lo han desenterrado con motivo del centenario; sospecho que para enterrarlo más hondo y olvidarlo ya mismo, ya.
Q.-
Javier L. says
Quiño, no sólo a Vicens Vives. Entre funcionarios y «modernos», la literatura catalana está casi enterrada. A día de hoy, es muy difícil dar con ciertas obras de Villalonga, Estellés o el propio Gimferrer.
En cuanto al mamotreto de Follet, lo ocurrido con la edición en catalán da una idea bastante acertada de lo que ocurre en el sector.
JP Quiñonero says
Javier,
Es muy cierto lo que dices sobrelossilencios que pesan sobre la literatura catalana.Tengo varios ejemplos, a cual más lamentable. Y más lamentablespor elsilencio podrido que cae sobreellos, claro,
Q.-