“Jorge Semprún ha muerto…” me anuncia N*.
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RESISTENTE Y KAPO ROJO
Hombre de cultura y acción política, Jorge Semprún (Madrid, 1923 – París, 2011), escribió novelas, guiones, memorias, ensayos, crítica literaria, memorias políticas; siendo sucesivamente resistente, militante stalinista, dirigente histórico del PCE, comunista reformista, ministro de cultura en un gobierno socialista, memorialista fallecido, tras varios años de melancólico aislamiento, sin contar la historia íntima de las relaciones entre stalinismo y nazismo en el campo de concentracion de Buchenwald.
Hijo de un político demócrata cristiano, fiel a la República, José María Semprún y Gurrea, profesor y jurista, y nieto de Antonio Maura, Jorge Semprún fue el más famoso de todos sus hermanos, con quienes vivió la tragedia del exilio, seguida de íntimas desavenencias familiares.
Estudiante de bachillerato y filosofía, en París, fue detenido y deportado en 1942. Su padre todavía era amigo del embajador de Franco en París quién “tranquilizó” a su familia sobre su situación en Buchenwald, donde los nazis habían entregado la gestión de la “mano de obra” a los comunistas alemanes. Semprún trabajó como “kapo rojo” en el servicio de la Arbeitstatistik de Buchenwald (servicio de “gestión” de la mano de obra deportada).
COMISARIO POLÍTICO
Tras la guerra, esa experiencia provocó una ruptura brutal de Semprún con el más íntimo de sus amigos, Robert Antelme, que hizo públicas sus profundas reservas morales sobre el comportamiento de los stalinistas que gestionaban para los nazis el campo de concentración. Antelme contó aquella ruptura en una legendaria autocrítica dirigida al bureau político del PCF.
Militante del PCE, Semprún ascendió pronto hasta la cúspide burocráctica del partido, donde ejerció como comisario político para asuntos culturales, censurado con severidad extrema a novelistas como Carmen Laforet.
José Manuel Lara contrató para el premio Planeta el libro de memorias en el Semprún cuenta su versión de su ruptura con el PCE, para comenzar una carrera política de nuevo cuño, que culminaría como ministro de cultura de Felipe González, entre 1988 y 1991.
NAZIS Y STALINISTAS
Toda la obra literaria de Semprún está centrada en la experiencia del campo de concentración de Buchenwald. Pero ninguno de sus libros abordó de frente y con claridad moral la cuestión esencial: los nazis ofrecieron a los comunistas stalinistas la gestión de ese campo de concentración. Eran los comunistas stalinistas, los “kapos rojos”, quienes entregaban a los nazis los compañeros de campos condenados a trabajos forzados de los que no se volvía nunca.
Semprún noveló otros temas. Pero toda su narrativa gira en torno al compromiso comunista, presentado desde una visión “heroica”, libro tras libro. El largo viaje (1963), El desvanecimiento (1967), La segunda muerte de Ramón Mercader (1969), quizá sean sus novelas más justamente famosas, ganadoras de varios premios.
Federico Sánchez se despide de ustedes (1993) es la “novela” de su ruptura con el PCF. Con el tiempo, Semprún nunca deseó reeditar sus críticas literarias stalinistas, muy numerosas. Y prefirió seguir una nueva carrera de ensayista preocupado por los temas europeas.
Semprún también fue un guionista de cierta relevancia. Son famosos sus guiones de Z (1969) y La confesión (1970) de Costa Gavras. Trabajó con Resnais (Stavisky, 1974), Joseph Losey (Las rutas del sur), Mario Camus (Los desastres de la guerra), Jacques Deray (1991).
SEDUCCIÓN Y DEROGACIÓN DE TODA MORAL
En el terreno íntimo, personal, Jorge Semprún fue un gran seductor. Personaje brillantísimo, gran conversador, casado en tres ocasiones con mujeres de cierta influencia en la sociedad parisina, como Loleh Bellon (la madre de su hijo Jaime, fallecido hace algún tiempo) o Colette Leloup, cuya muerte agravó el ensimismamiento del escritor, cuando su última biógrafa volvió por vez primera, en detalle, a la historia de las relaciones entre stalinistas y nazis, en Buchenwald, ya cumplidos los 80 años. La ruptura brutal de su hijo Jaime, años atrás, agravó unas diferencias familiares que tomaron un cariz trágico con su hermano Carlos Semprún Maura, novelista, dramaturgo y escritor comprometido, igualmente.
Durante sus últimos años, Semprún escribió varios ensayos sobre el destino de Europa, evocando en escorzo las heridas cancerosas abiertas en Buchenwald, jamás cerradas. Evocando, por vez primera, lo que nunca contó durante medio siglo de escritura y vida cívica, ante la última de sus biógrafas, Franziska Augstein, Semprún intentó justificar su posición de “kapo rojo”, en Buchenwald, evocando los soliloquios morales de Jacques Maritain, el teólogo cristiano, intentando razonar la “derogación de la moral” cuando las sociedades han caído en la barbarie.
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He contando en distintas ocasiones la historia de Jorge Semprún en Buchenwald, que sigue pareciéndome una historia canónica en materia de “derogación de la moral”, maquillada, hoy, con los fúnebres afeites de la mentira por ocultación y la falsificación perversa de la historia:
–Semprún, nazis y comunistas, en Buchenwald.
–Jorge Semprún sigue maquillando mentiras y crímenes.
–Semprún sigue mintiendo sobre Buchenwald y los comunistas.
–Testimonio de Stéphane Hessel sobre el trabajo de Jorge Semprún en Buchenwald.
–Las reservas morales de Robert Antelme sobre Jorge Semprún y los comunistas, en Buchenwald.
–Semprún calla lo que él hacía en Buchenwald.
–Wikipedia está ocultando páginas negras de la vida de Jorge Semprún.
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Carlos Semprún Maura fue mi amigo, como ambos dejamos sentado, por escrito: In Memoriam, Carlos Semprún Maura.
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