La prensa de la mañana parece confirmarlo.
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“Decíamos ayer…”
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La guerra civil vista por Baroja. “Utopía“, escribe Máximo al pie del dibujo presentado por Mingote, ABC, 11 marzo 2007.
Quizá el desarraigo endemoniado sea ya una realidad inmediata en Caína y otros pueblos. Es posible rastrear las huellas de ese hundimiento del hombre moderno en el Infierno de la historia.
Baudelaire (Les Fleurs…) todavía podía escribir:
Encore la plupart n’ont-ils jamais connu
La douceur du foyer et n’ont jamais vécu!
Que Alain Verjat y Luis Martínez de Merlo traducen así:
¡Aún la mayoría no ha conocido nunca
El dulzor del hogar, y no ha vivido nunca!
Esa nostalgia de un foyer / hogar, una casa común, una patria íntima, donde compartir el pan y la palabra con otros hombres, está en el origen último de la Comuna de París. Ilusión dramática.
Siglo y pico más tarde, Wolf Biermann [wiki fr.] escribe:
Ich suche Ruhe und finde Streit
A pesar de su sencillez escolar, no daré una “traducción” de ese verso, el primero de Heimat, el poema que da título al último libro de poeta alemán. Basta la literalidad más prosaica:
Busco paz [descanso, reposo, silencio, calma, tranquilidad, quietud] y encuentro querella [conflicto, riña, pendencia, disputa, controversia].
Tengo hambre de un hogar, añade Biermann más adelante [Hab ich nach Heimat Hunger…].
El círculo se ha cerrado: la ilusión, la esperanza, el anhelo de construir una casa común, un hogar, un pueblo, una patria, se ha convertido en una pesadilla, donde el hombre (acomodado) tiene ahora hambre de heimat, patria, patria chica, país natal… Heimat también es en el lenguaje filosófico heideggeriano el hogar, la casa común de un pueblo, reconciliado con su arquitectura espiritual más íntima.
En las canciones de Biermann de los años sesenta / setenta del siglo pasado es posible encontrar una huella de tal transición de la esperanza a la nostalgia del hogar perdido en la maleza de la historia. “La Stasi es mi Eckermann…”, cantaba el poeta. La Stasi, la policía política comunista. Eckermann, cuyas conversaciones con Goethe son el documento espiritual bien conocido en la historia de las culturas germánicas. En nuestro tiempo, son las policías políticas y las mafias filantrópicas quienes nos imponen su “conversación”, obligada, a través de los medios de incomunicación de masas, envenenando la conciencia pública.
¿Es necesario “traducir” todo eso a la más inmediata realidad cainita? No es otro el tema central de mi De la inexistencia de España. Ese libro se termina con una esperanza: la construcción de una casa común, La casa encendida de Luis Rosales. Me pregunto si no vivimos en una casa endemoniada. “Decíamos ayer…” 11 marzo 2007, La casa endemoniada.
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Heimat
Ich suche Ruhe und finde Streit
Wie süchtig nach lebendig Leben
Zu kurz ist meine lange Zeit
Will alles haben, alles geben
Weil ich ein Freundefresser bin
Hab ich nach Heimat Hunger – immer!
Das ist der Tod, da will ich hin
Ankommen aber nie und nimmer
Tief schlafen, träumen ohne Schrei
Aufwachen und noch ein bißchen dösen
Schluck Tee, Stück Butterbrot dabei
Leicht alle Menschheitsfragen lösen
Im ewig jungen Freiheitskrieg
Das Unerträgliche ertragen:
Die Niederlage steckt im Sieg
Trotz alledem die Liebe wagen!
Zur Nacht ein Glas Rioja-Wein
Weib! Weib, du bist mein Bacchanalchen
Laß Tier uns mit zwei Rücken sein!
Flieg du noch mal und ich nochmalchen
Dir bau ich den Balladen-Text
Wenn meinem Salamander wieder
Der abgebissne Schwanz nachwächst
Und so, ihr Lumpen, macht man Lieder
Ich suche Ruhe und finde Streit
Wie süchtig nach lebendig Leben
Zu kurz ist meine lange Zeit!
Will alles haben, alles geben
Weil ich ein Feindefresser bin
Hab ich nach Rache Hunger – immer!
Das ist der Tod, da will ich hin
Ankommen aber nie und nimmer
Wolf Biermann, Heimat, Hoffmann & Campe Verlag.
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Mingote/ABC, 4 febrero 2007. De la inexistencia de España.
- Anales de Caína y España en este Infierno.
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