Casi fue ayer…
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Jesús era un hombre de convicciones, tímido, firme, hijo, nieto y tío de grandes periodistas que ocupan un puesto eminente en la historia del periodismo español.
En mi caso, le debo casi todo. Él me sacó del archivo de INFORMACIONES para darme un largo rosario de oportunidades: reportero de sucesos, columnista de chismografía audiovisual, reportero cultural, enviado especial a la URSS, EE. EE., México, Europa.
Le pedí una excedencia para largarme a California. Él habló con mi madre para tranquilizarla: no dejaría que me dejase llevar de mis locuras. Me impuso seguir a Suárez, durante su primera gran gira europea. Y me dijo que el puesto de corresponsal en París me “curaría” la locura californiana. Así fue.
En cierta medida, Jesús cambió mi vida.
Fue un director bueno, honrado, generoso, que mandaba con la tranquilidad y el nervio de los hombres justos, fieles a su familia, sus amigos, sus convicciones. La última vez que mi a Maria Pura nos dimos un abrazo grande, cuando yo le pregunté “¿Cómo estás Jesús?”.
Su obra y la obra de Víctor, aquel INFORMACIONES, ocupa un puesto importante en la historia de la gran transición política y cultural de España.
- INFORMACIONES y una década prodigiosa.
- INFORMACIONES y la delincuencia periodística.
- De la delincuencia periodística.
- Periodismo y Personal en este Infierno.
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