Rajoy y Mas están de acuerdo en lo esencial: el duelo a garrotazos goyesco.
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Duelo nada solitario: cada duelista arrastra, tras si, como el flautista de Hamelín -conduciendo a los niños del pueblo, como antes hizo con las ratas, hasta el río de la muerte, para saldar un agravio-, una tropa de creyentes de buena fe en las razones de su héroe, cuya derrota o victoria tendrá consecuencias catastróficas para todos, muy semejantes a las de un choque de trenes: habrá muchas víctimas entre los más débiles, a quienes se pondrán vender medicinas averiadas y basura patriótica.
PS. Cauto, Mique Roca i Junyent, uno de los padres de la Constitución de 1978, miembro eminente de CDC (donde cohabita con muchas personalidades partidarias de la secesión e independencia de Cataluña), cree que Mas y Rajoy si pudieran estar «intercambiando cromos». Y aconseja «esperar varios meses», aparentemente convencido de un final ¿pactado? (¿?) del duelo a garrotazos. Agregando, sibilino: «Históricamente, a Cataluña no le han ido bien las rupturas«. Veremos.
- Cataluña, España y Anales de Caína en este Infierno.
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