Buck e Inés. Caldetes, 21 agosto 2005. Foto JPQ.

Fue el primero y mejor compañero de JF y PJ.

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Hace tres años, Buck me ladraba cuando amenazaba a mi hijo Pedro con darle un palo en el culo; solidario, a su manera, sin miedo a mis posibles represalias. Tres años más tarde, Buck ladra a Pedro y Juan Florencio cuando mis hijos, de doce y quince años, me contestan en un tono que un yorkshire de su noble condición considera impropio hacia el amo de la casa.

Con cuatro hijos nacidos el 29 de diciembre, Inés ladra amenazante a los amigos o amigas que vienen a casa, porque teme que puedan hacer daño o robarle a sus cachorros. Y corre incontenible a morder a quienes se aproximen con intenciones que ella desconoce… Nobleza de Buck e Inés.

Cuando me veía cansado y triste, recaído en un sillón, rumiando mis heridas, Buck venía, se recostaba a mi lado, y me lamía con cariño. En él pensaba cuando escribía la historia de otro Buck, fiel hasta la muerte a un amo pobre, vencido y desterrado, asesinado en nombre de las ideas victoriosas… Buck buscará a los asesinos de su amo.

Nos ha dejado.

Ahora vive en la tierra celeste evocada por Ahmed al-Raisuli, despidiéndose de Mrs. Perdicaris:

“Se que volveremos a vernos. Un día. Como dos nubes unidas en un cielo estrellado”… John Milius, al-Raisuli, el waldgänger y los seres celestes.

• Personal, en este Infierno.