Segovia, 26 mayo 2016. Foto JPQ.
“Quiño, lo esencial es conocer a tus padres”.
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Cosas de Luis Rosales: saber de donde vienes para intentar comprender hacia donde caminas: Reconstrucción de la arquitectura no solo constitucional de España: el modelo Luis Rosales.
En nuestro caso, en Segovia, todo comenzó con Larra: Larra ilumina la relación entre el periodismo y las crisis de España.
Quiñonero evoca a Larra tras ganar el “Cirilo Rodríguez”.
«Me gustaría asociar a Mikel y Xavier a este premio».
Segovia, Cirilo Rodriguez y otros conjurados… Tomás Alcoverro, Felipe Sahagún, Alfonso Armada.
En Segovia, tras las huellas del Cántico, Cirilo Rodríguez y otros conjuntados…
Y…»Modos de vivir que no dan de vivir». Larra ya se muere, ¿lo mata España?, ¿lo vulnera esa sensibilidad hiperestésica y paradójica que acopla en un Cajón de Sastre a ese pueblo que sirve en los cafés, lleva las recuas de trajineros, dispara tiros en un regimiento…; por otra parte, se queja y truena contra esa injusticia que da garrote al delincuente pobre, analfabeto… ¡Nuestro Larra!, estimado
Ricardo,
Pues, si, Larra.
Hoy como ayer.
Por otra parte, tan nuevo y moderno como siempre: no lo lee nadie, qué quieres,
Q.-
Estimado: aún conservo en casa las Obras Completas de Don Mariano José de Larra, regaladas a mi tío Gumersindo (militar de «cuchara», fusilado en la Sevilla del 36, y eso que vivía en Palencia). De vez en cuando, echo un vistazo. Las leí ¡de cabo a rabo! a los 12 años, incluyendo «El Doncel de Don Enrique el Doliente» y «Roberto Dillon, el Católico de Irlanda». ¿Deberé releerlas por todos?
Un saludo.
Ricardo,
Bueno… yo me quedo con los artículos, esencialmente, de entrada.
«Todos» no sé quienes son. A título personal, vuelvo a Larra con relativa frecuencia, para alimentarme en lo más hondo, qué quieres,
Q.-
«Todos», son los que gustan de lo antedicho, también quienes oyeron hablar de ello pero no han llegado a conocerlo. En mi caso, coincido contigo, y no cesa de asombrarme-entristecerme ese pistoletazo a los 27 años, habiendo tanto camino que recorrer.
Ricardo,
Bueno… la locura humana tiene infinitos rostros: el suicidio quizá sea uno de los más impenetrables. «Basta de palabras. Un gesto…» Etcétera.
Q.-