El Aquelarre, detalle.
La prensa de la mañana lo dice a su manera; pero se entiende todo.
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“Decíamos ayer…”… demonios de taberna audiovisual, que todo lo niegan y son la encarnación pigmea de Mefistófeles, en el Segundo Fausto de Goethe. “Ich bin der Geist, der stets verneint!” “Soy el espíritu que siempre / todo lo niega”.
Los colegas traducen este modo esa referencia clásica:
“El PSOE teme que el acercamiento de Rivera a Rajoy dificulte su no.”
“Los socialistas piden a Ciudadanos que respete su no.”
“Las “coincidencias” de PSOE y Ciudadanos que no aparecen en el documento del PP.”
“El PSOE pide a Ciudadanos que respete su no a Rajoy como ellos respetan que negocie con el PP.”
“Homs se jacta de que nadie del PP será presidente del Gobierno.”
“No a Rajoy és no a Rajoy és no a Rajoy és no a Rajoy és no a Rajoy.”
“Podemos pide a Sánchez que elija entre “la vieja guardia del PSOE” o el cambio.”
“Podemos opta por una coalición “a la catalana” que no convence a En Marea.”
Malas traducciones de taberna audiovisual del Segundo Fausto:
Ich bin der Geist, der stets verneint!
Und das mit Recht; denn alles, was entsteht,
Ist wert, daß es zugrunde geht;
Drum besser wär’s, daß nichts entstünde.
So ist denn alles, was ihr Sünde,
Zerstörung, kurz, das Böse nennt,
Mein eigentliches Element.
–
Soy el espíritu que siempre niega.
Y lo hago con pleno derecho,
pues todo lo que nace merece ser aniquilado,
mejor sería entonces que no naciera.
Por ello, mi auténtica naturaleza es eso que
llamáis pecado y destrucción,
en una palabra, el Mal.
En la historia de las culturas españolas, es Bécquer quien descubre ese espíritu del Mal oculto en las entrañas de una tierra poblada de espíritus malignos, demonios, en el Moncayo:
… pero no son los lobos los huéspedes más terribles del Moncayo. En sus profundas simas, en sus cumbres solitarias y ásperas, en su hueco seno, viven unos espíritus diabólicos que durante la noche bajan por sus vertientes como un enjambre, y pueblan el vacío y hormiguean en la llanura, y saltan de roca en roca, juegan entre las aguas o se mecen en las desnudas ramas de los árboles. Ellos son los que aúllan en las grietas de las peñas; ellos son los que forman y empujan esas inmensas bolas de nieve que bajan rodando desde los altos picos y arrollan y aplastan cuanto encuentran a su paso; ellos los que llaman con el granizo a nuestros cristales en las noches de lluvia y corren como llamas azules y ligeras sobre el haz de los pantanos. Entre estos espíritus que, arrojados de las llanuras por las bendiciones y los exorcismos de la Iglesia, han ido a refugiarse a las crestas inaccesibles de las montañas, los hay de diferente naturaleza y que, al aparecer a nuestros ojos, se revisten de formas variadas. Los más peligrosos, sin embargo, los que se insinúan con dulces palabras en el corazón de las jóvenes y las deslumbran con promesas magníficas, son los gnomos… espíritus diabólicos…” 4.6. Bécquer descubre un pueblo de demonios, De la inexistencia de España.
Las negritas son mías.
Porcel, Quiñonero contra Caín.
Antonio Fontana sobre la España endemoniada de Quiñonero.
Recurrir a la psiquiatría para tratar la retórica política endemoniada.
España de todos los demonios, descrita por Goethe y Gil de Biedma.
Ricardo Lanza says
Y el miedo que me transmiten esa España y las españas, devuelve, entero, casi tan ominoso como entonces (tarde que me llegaban las madrugadas, siempre aguardando la primera luz del alba que borrase a los espectros), el corazón de las leyendas becquerianas, pobladas de terrores teleológicos, con mucho del infierno jesuítico y su horrorosa boca que se abría para tragarse, sin remedio, al pecador. Solo hubo marcha atrás cuando acudí a la esperanza de la acracia, estimado, creyente en un rosado amanecer, que aún conservaba mucho de la sangre derramada; y eran los mártires del duelo a garrotazos, olvidados por todos, grotescos para muchos, improcedente casi su memoria, tan larga y extendida como para ir aún más lejos de Sargón y de Ramsés, hube yo de sentirla cual Biblia de malditos. ¿Hacia dónde apuntan ahora las previsiones del provenir de España?
JP Quiñonero says
Ricardo,
Bella reflexión… nunca sentí ninguna devoción por Bécquer. Por esa y otras razones, claro. Siempre me pareció un poco añejo. Rosalía es muy otra cosa. No necesité de la acracia para abandonar unos territorios que solo he frecuentado a título «entomológico»… esa imagen de una tierra poblada de demonios me parece muy gráfica sobre los orígenes de todas las crisis de España…
Avanti..!
Q.-