Barcelona. Avinguda del Portal de l’Àngel, 20 agosto 2016. Foto JPQ.
Comentando las guerras que culminaron con la descomposición de la antigua Yugoslavia -tras la descomposición fáustica de la antigua URSS- el Economist temía (6 de julio de 1991) que el “tribalismo étnico” y los conflictos étnicos / nacionales, se transformasen en un “virus” amenazante para el futuro de la construcción política de Europa…
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Meses más tarde, Arthur M. Schlesinger, Jr., uno de los patriarcas del ensayismo norteamericano de su tiempo, publicó un libro célebre, The Disuniting of America: Reflections on a Multicultural Society (1991), defendiendo una tesis que provocó en su día un debate muy vivo.
A juicio de Schlesinger, el multiculturalismo étnico se estaba transformando en una amenaza para la unidad de los EE. UU.
Tres años más tarde, el mismo Schlesinger subrayaba que, en verdad, el multiculturalismo / tribalismo étnico también era una amenaza creciente para el futuro de Europa, por estas razones: “If we cannot de-ethnicize the concept of citizenship, provide jobs for the mass of the people and develop machinery for the protection of minorities, it is hard to see how the descent into tribalism can be stopped and the dream of European unity revitalized…” Three Steps to Tame Tribalism and Unify Europe.
Veinte o veinticinco años después, los EE. UU. de Donald Trump confirman en cierta medida las tesis de Schlesinger: “On the 25th anniversary of Arthur Schlesinger’s The Disuniting of America, the liberal historian’s worst fears are coming to pass”.
Y Europa -el conjunto de las viejas naciones que participan en la larga marcha de la empantanada construcción política de Europa- no cumple ninguna de las tres condiciones básicas que Schlesinger consideraba imprescindibles para evitar el “tribalismo” político de la civilización europea, víctima de crisis bien conocidas: demografía declinante, estancamiento económico, precariedad social generalizada, deudas crecientes, fragmentación social, política y cultural…
Sin duda, la lectura apocalíptica de las tesis de Schlesinger me parece fuera de lugar. Los EE. UU. y Europa viven crisis profundas. Pero parece poco razonable imaginar / temer el hundimiento fáustico de la República imperial americana (Aron dixit), a la manera de la difunta URSS. Las crisis europeas quizá puedan agravarse. Pero la balcanización de las naciones / sociedades europeas quizá no sea comparable a la balcanización militar de la difunta Yugoslavia.
Nuestra angustia social, nuestras crisis, nos hablan de una incertidumbre y agonía propias:
El problema común de Alemania, Reino Unido, Francia, España y…
Eros / sexo siguen siendo el primer problema de España: orígenes de la crisis.
El burkini y el estado de crisis económica, social, política y cultural de Francia.
txema says
Le leido los textos de Arthur S. y Fred S. ; no los conocia y son muy interesantes aunque necesitaria leerlo al menos un par de vces mas el de fred S. para captar todo su significado. Pero si me parece que las crisis son distintas entre la UE y los EEUU. Parecen que son inversas como sus iniciales pero mas compleja en la UE a pesar de ser mas reducido su acronimo.
Todavia nos queda el verano indiano como le dicen por alla.
salud
JP Quiñonero says
Txema,
El artículo de Schlesinger en el NYT creo que resume bien el problema. Y sus condiciones para evitar la agravación de las crisis me parecen razonables: crear riqueza, distribuir mejor la riqueza, dialogar y evitar los guetos… Francia no ha sido capaz de responder con eficacia a esas cuestiones.
Quizá más profundo, el Lévi-Strauss de la Antropología estructural 2… cito de memoria: un cierto nivel de multiculturalidad y diversidad es muy positivo; cruzado un cierto umbral, comienzan los problemas. En esas estamos,
Q.-