Laurent Touboul, 19 mayo 2017. Foto JPQ.
Las chapuzas de Fillon pueden ser un desastre histórico para la derecha.
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“Si François Fillon hubiese utilizado los servicios de mi sastre, no hubiese sido una catástrofe para la derecha y quizá sería hoy presidente de la República”, me confía Philippe Baudis, ingeniero aeronáutico, con el que coincido en la angosta escalera del taller del sastre de Emmanuel Macron, presidente de la República.
Baudis trabaja en Toulouse, en el consorcio Airbus, pero viene a París varias veces por año, por razones familiares, turísticas y amorosas. Votó Macron en la segunda vuelta de la elección presidencial, el 7 de mayo. Y se viste en la misma sastrería que el nuevo jefe del Estado, por razones eminentemente prosaicas:
“Candidato de la derecha a la elección presidencial, Fillon vestía trajes de lujo, con un precio de 4.000 a 6.000 euros. Luego se descubrió que muchos de esos trajes eran “regalos” de amigos millonarios. Por el precio de uno de esos trajes yo puedo comprar diez o doce trajes, a semi medida, en la misma sastrería que Emmanuel Macron utiliza desde hace años”.
El sastre de Baudis y del presidente de la República es Laurent Touboul, gerente de “Jonas & Cie.”, una diminuta sastrería, sin escaparate, instalada en el primer piso (sin ascensor) de un viejo inmueble en la frontera del Sentier, el viejo barrio judío del textil y la confección, con una población muy multi cultural, desde hace décadas.
“Menuda publicidad”, le digo a Touboul, que me responde con lacónico orgullo: “Pues si, qué quiere que le diga. Dicho eso, Emmanuel Macron es nuestro cliente desde hace años, cuando estaba muy lejos del Elíseo. Desde su triunfo nos llegan muchos nuevos clientes”.
Un traje en “Jonas & Cie.” cuenta entre 340 y 380 euros. Retoques incluidos. Con paños italianos. “Es una relación calidad precio excepcional”, me comenta Philippe Baudis, agregando: “Hoy nadie se gasta mil euros en un traje. Y pagar 4.000 o 5.000, como los amigos de Fillon, es cosa de rusos o musulmanes ricos que quieren tirarse el pegote. Laurent Touboul corta unos trajes muy elegantes, muy “haut de gamme”. Y, en mi caso, me los envía a Toulouse. Paso por París, hacemos unas pruebas. Mi chica elige los colores. Y quince días más tarde tengo tres o cuatro trajes por el precio de la mitad de un traje de los que se hacía regalar Fillon”.
En el Sentier, donde su padre instaló su sastrería, en 1977, “Jonas & Cie.” viste a mucha gente famosa e influyente, desde hace años. De izquierda, derecha, banqueros, periodistas, cantantes. Dominique Strauss-Kahn (DSK), ex presidente del FMI, es un viejo cliente. Como Jean-Pierre Elkabbach o Christophe Dechavanne, periodistas influyentes. Como Bernard Cazeneuve, ex primer ministro socialista.
En el caso de Emmanuel Macron, es su esposa Brigitte la que escoge tejidos y colores. “Muchos azules en diversos tonos, “dark blue”, “petróleo”, “azur”, entre otros”, matiza Touboul, que no piensa modificar su estilo ni cambiar de local, convertido en sastre del presidente de la República. Seguirá recibiendo a su clientela en un primer piso, al fondo de un oscuro pasillo, en un salón de apenas 50 metros cuadros, donde varios sastres jóvenes atienden a una clientela que oscila entre políticos, banqueros, estudiantes de escuelas de negocios, tecnócratas, ejecutivos, periodistas y hombres de mundo que desean vestir bien a un precio con poca competencia en la alta costura masculina.
Moda.
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