Constance Quéniaux. Foto André-Adolphe-Eugène Disderi (1819-1889). René-Gabriel Ojéda / RMN-GP-
Constance Quéniaux fue la modelo que Gustave Courbet inmortalizó en “El origen del mundo” (1886).
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L’origine du monde, 1866. Óleo sobre tela, 46 x 55. Paris, Musée d’Orsay.
Se sabía que Courbet realizó esa obra por encargo de un diplomático turco – egipcio, Khalil – Bey. Durante más de un siglo circularon varios nombres de posibles modelos, Joanna Hiffernan, amante del pintor, y Jeanne de Tourbey, señora de mucho mundo. Ninguna de ellas convenció a los especialistas.
Claude Schopp, especialista en Alejandro Dumas, padre e hijo, ha hecho por azar el descubrimiento quizá definitivo, descifrando una carta íntima de Dumas (hijo) a George Sand. Enemigo acérrimo de la Comuna de París y de Courbet, pintor revolucionario, Dumas dejó caer en una carta… “No se pinta con pinceles el más delicado y sonoro interior de la Señorita Queniault…”. En el original de la carta de Dumas a George Sand, “interior” era incomprensible, parecía leerse “entrevista”. Siguiendo esa pista, Schopp ha podido llegar a la conclusión aparentemente definitiva: la modelo del sexo pintado en muy primer plano, en “El origen del mundo”, fue una antigua bailarina, retirada a los 34 años, Constance Quéniaux.
Sylvie Aubenas, directora del departamento de estampas y fotografías de la Biblioteca Nacional de Francia (BNF), cree poder confirmar el descubrimiento de Schopp, aportando un dato que apoya la tesis que pudiera ser definitiva: “A la muerte de Constance se descubrió, entre su legado, un cuaderno de Courbet, un ramo de flores … en ese ramo hay una planta muy bella cuya corola roja se expone espléndida y abierta… ¿qué mejor homenaje del artista a su modelo..?”.
El descubrimiento de Claude Schopp abre una nueva página en la historia de la leyenda de “El origen del mundo”, descrito con apasionada precisión por vez primera por Maxime Du Camp, cuando lo descubrió, cubierto por un velo, en un salón privado de su primer propietario, el diplomático turco – egipcio Khalil – Bey.
El penúltimo propietario del cuadro de Courbet, el psiquiatra Jacques Lacan, terminó donando la obra al Museo de Orsay, que lo expone desde 1995 con gran éxito cosmopolita, pero sin poder aclarar con precisión definitiva la identidad de la modelo. Se pensó muy pronto en Joanna Hiffernan, amante de James Whistler y de Courbet (que la inmortalizó en otra obra célebre, “Jo, la belle irlandaise”). Mucho más tarde, varios historiadores llegaron a pensar que otra señora de mucho trapío, Jeanne de Tourbey, condesa de Loynes, pudo posar para Courbet, en la intimidad. Ninguna hipótesis terminó de satisfacer completamente.
Erudito, académico, Claude Schopp, estudioso poco dado a los escándalos y la controversia, cree haber descubierto un misterio que pudo ser un secreto a voces para muchos de los contemporáneos de Courbet, como parece probar la correspondencia entre Dumas hijo y George Sand. Andando el tiempo, la antigua bailarina, amante de un diplomático oriental, entre otras aventuras, terminó instalándose en el pedestal de la señora respetable, piadosa y dada a la filantropía social. “Agua pasada…”.
A juicio de Schopp, Dumas hijo dejó caer el nombre de Constance Quéniaux en un gesto de rencor y odio contra Courbet, censurando su osadía, realizando trabajos de encargo de esa naturaleza. El regalo de Courbet a su modelo, ofreciéndole un ramo de flores, entre las que destaca una corola roja y abierta, en todo su esplendor, quizá ilumine unas relaciones íntimas de muy otra naturaleza, carnal y espiritual. ABC, ¿Misterio resuelto? Revelan quién fue la modelo que posó para «El origen del mundo» de Courbet.
La metáfora del origen del mundo tiene un puesto sensible en mi visión personal del misterio de la creación:
De la lucha contra el Estado, en el lecho.
Gustave Courbet… Esplendor y gloria de la carne inmortal.
Gustave Courbet… historia de una joya del arte erótico universal.
Courbet, Duchamp, el sexo de la mujer y el origen del mundo.
Marcel Duchamp, el sexo de la mujer y el arte que vendrá.
Courbet, Chillida y el origen del mundo.
Ella, las formas clásicas y el origen del mundo.
Arte.
De Courbet a Henri Miller. Del Eros al Thanatos . De la vagina con dueña a la vagina cósmica. Todos salimos del claustro materno por la vagina y volvemos a lo inorgánico a través de la vagina cósmica. Del Paris de la Comuna al Paris del Reich. Del obsceno poético y prometedor al obsceno pornográfico . Los artistas crean con materiales con los que intentan ver aquello que permanece oculto. El siglo XIX es el siglo del origen . Nunca había habido tanta gente buscando el origen . El único origen que conocemos de la materia que se piensa a si misma es el origen de nuestro mundo personal nadie se libra de no salir por una vagina. Este es nuestro origen. Azar amor contrato transacción y creación. Todo artista intenta imitar la vagina creativa. El XXI puede que sea el siglo escatológico de la vagina cósmica. El afecto hijo del sexo nos acompaña toda la vida de mamíferos y es el origen y final de nuestro origen del mundo. Courbet se merece nuestra admiración por ser uno de los que creían en un mundo mejor. Y que mejor que pintar la vagina de las vaginas. Mucho sabia de esto Lacan.
Jose,
Me quedo con la continuidad Courbet Henry Miller, tan olvidado… Lo de la vagina sexo cósmica se me escapa una miqueta, pero bueno, llevo unos días fatal.
Sí, Courbet era un señor grande, cuya obra sigue intrigándonos, que no es poco… Lacan, pues vaya usted a saber… hace siglos, estuvo muy de moda. Te haré una confesión… nunca llegué a entender sus escritos… tanto da…
Avanti..!
Q.-
Creo que se precisa mucho talento, valentía y audacia para representar con pinceles esta gran Obra de Arte.
Su contemplación no puede dejar indiferente, quizás por ser nuestro origen y cobijo. Según mi modesta opinión, quizá tenga mucho de erótico, pero también de íntimo y sagrado.
¡Ay, el gran Courbert! Realista, naturalista, revolucionario y provocador…Sin duda, uno de los Grandes Maestros de la Pintura.
Gracias, Quiño.
Fina,
«… íntimo y sagrado…» Creo que a Courbet le hubiese encantado esa visión tuya. A mi, también…
Más allá de la basura que cubre esas cosas con su miseria podrida, esas dos palabras nombran lo esencial, la parte de comunión íntima y sacra que se consuma… cuando se consuma…
Avanti..!
Q.-
¡Ay, Quiño!
Esa comunión íntima y sacra…!!!
En mi opinión, lo mejor de este mundo…
La plenitud!!!
Bona nit!
Plenitud solas, sí, Fina,
«Lo mejor del mundo…», mujer, qué cosas dices…
Algo así, claro, digamos que la matriz esencial, o una de las matrices esenciales,
Q.-
Quiño,
Quizá esta comunión de la que hablamos, estos instantes de plenitud, sólo sean un reflejo de otra plenitud más espiritual y trascendente.
No he llegado a tanto…todavía.
Seguimos caminando…
Avanti..!
Como tú sueles decir…
Fina,
Sin duda.
Antonin Artaud decía, cito de memoria, que no hay nada más profundo que la piel…
… la embriaguez tiene muchos rostros, y todo pasan por la piel y el alma, digámoslo así, finamente, oye.
A vivir…
Q.-