Carmen Sánchez Quiñonero, Pierrette Gargallo, Ramón Gaya, Galerie Azahar, rue Stanislas, París. Primavera 1999. Foto JPQ.
Pierrette murió el jueves 28 de marzo pasado, en Issy-les-Moulineaux.
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Pintora, escultora, memorialista, crítica de arte, a su manera, fue una mujer luminosa, solar, hija de uno de los patriarcas de la escultura contemporánea, Pablo Gargallo, y madre de un maestro de la escultura de nuestro tiempo, Jean Anguera.
A caballo, desde niña, entre Barcelona, París, las periferias de París, los campos de concentración para refugiados españoles, Barcelona y París, siempre, Pierrette fue durante muchas décadas una suerte de rompeolas y encrucijada parisina donde se cruzaron sucesivas generaciones de artistas y desterrados españoles; catalanes, en particular. Su marido, Jordi Anguera, fue víctima de la violencia física, falangista, de Eduardo Chillida y Pablo Palazuelo, en el Colegio de España de la Ciudad Universitaria parisina.
Entre los mejores amigos de Pierrette, de toda una vida, se encontraban, entre muchos otros, Josep Llorens i Artigas, Jaume Sunyer, Josep Palau i Fabre, Fin, Vilató, Xavier Valls, Marianne Vilató, Luisa Galfetti – Valls, Mercedes Gómez-Pablo, Juan Antonio Cremades (sus vecinos, durante un tiempo, en Issy-les-Moulineaux), autor del mejor estudio biográfico de Pierrette: PIERRETTE, OBRA DE PABLO GARGALLO.
Marianne Vilató y Luisa Galfetti – Valls la siguieron visitando, hasta el fin. “Pierrette está muy mal. Ha perdido la cabeza”, me dijo Marianne a mediados de enero.
A su manera, Pierrette también era una gran crítica de arte. A la pregunta “¿qué quedará de Gargallo?” me respondía así:
“La modernidad de lo bello. Quedará como quedan las tanagras. Las tanagras tienen dos o tres mil años. Y ahí están. Hay una autenticidad que responde a la arquitectura global de la creación. Los desnudos de mi padre hablan de esa arquitectura del cuerpo y del alma. Cuando ves un des- nudo de mi padre toda la obra participa de la geometría, la arquitectura interior de la creación. La arquitectura espiritual, decía Juan Ramón Jiménez. La dulzura, la elegancia, cosas que hoy en día están un poco rechazadas y son cosas esenciales del gran arte clásico. Quizá no haya nada más moderno y duradero que el gran arte clásico, contemplado con los ojos del hombre de nuestro tiempo, el hombre de ayer o de mañana..” ABC, 29 enero 2004, “Gargallo inventó una técnica que abrió muchos caminos”.
Gargallo y la escultura que vendrá.
Irene says
Gracias por este recordatorio, Q.
JP Quiñonero says
Irene,
Pierrette merece mucho más, claro, Queda la intención,
Q.-
Carmen Royo Guiance says
Conocí a Pierrette Gargallo en el Museo Pablo Gargallo de Zaragoza. Era una gran mujer y escultora, que alzó hasta lo más alto la gran y maravillosa obra de su padre
JP Quiñonero says
Carmen,
Sí … «Pierrette Gargallo … una gran mujer y escultora, que alzó hasta lo más alto la gran y maravillosa obra de su padre»
Amén,
Q.-