Nos cruzamos el día que su futuro esposo me echó una bronca, en París.
Temo que la fortuna y originalidades personales de la futura tercera esposa (quinta relación sentimental importante) no faciliten, en Barcelona, una carrera municipal brillante que Manuel Valls no tuvo en Francia → Valls en Évry: más policía, más impuestos, más deudas, líos amorosos.
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Instituto Cervantes de París, 17 enero 2019. Foto JPQ.
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Retrato improvisado de Nadia Calviño.
Ah, mis retratos improvisados, en un orden muy aleatorio:
Doña Letizia, Reina de España.
Entre muchos otros Retratos improvisados.
Pablo Eugenio Fernández Jiménez says
Esto de improvisado cada vez menos, es auténtico magisterio, Quiño.
Son fotos muy especiales, esta en concreto, de Susana, establece, con su mirada, una complicidad contigo, con todos, desde el momento que la das a conocer.
No mienten tus fotos. Saben mostrarnos lo que no vemos.
A mí me parece que Susana es un encanto, qué le vamos a hacer, Quiño, parece decirte. Tiene suerte Manuel
JP Quiñonero says
Pablo, Pablo… que te pierdes…
Agradeciéndote el cumplido, no estoy muy contento de esa foto. De mis retratos, prefiero los de Claudia Cardinale y Karl Lagerfeld,
Q.-
Pablo Eugenio Fernández Jiménez says
Ya…pero puestos a elegir, Ségoléne me cautivó.
Sobre MP y su acuchillamiento, me extrañó, por lo que luego leo entre líneas, que era displicente con algunos periodistas, aunque como lector me cautivó.
Nunca supe, Quiño, por qué despareció de pronto de España. No me han pasado desapercibidos tus recuerdos sobre él estos días, parece una intriga.
Sobre Raul Morodo, mi padre, de estudiante de Derecho en Salamanca, me hablaba del personaje
JP Quiñonero says
Pablo,
Sobre gustos…
A MP lo ajustició su gran patrón, que también fue el mío, por los mismos años: es una historia con muchos flecos muy oscuros, incluso sexuales, que sería largo evocar. Los necrólogos asistieron en silencio cómplice a su asesinato profesional. Limpiando los zapatos de quien le clavó la navaja por la espalda.
Morodo iba para socialista auténtico… y está terminando como está terminando: curioso que nadie desee entrar en su historia, más que torcida, esperpéntica…
Corto, que me pierdo.
Q.-