Saint-Sulpice, 4 septiembre 2020. Foto JPQ.
Quizá se trate de la fe y esperanza más altas.
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La noche del 4 de septiembre, el Coro internacional Hugues Reiner ofreció en la iglesia de Saint-Sulpice un concierto en recuerdo de la inmensa tragedia sufrida por el pueblo libanés, Explosions au port de Beyrouth de 2020.
El Requiem de Mozart, Panis Angelicus de César Franck y el Kyrie de Ziad El Rahbani (arreglos de Yves Matar), entre otras obras interpretadas en recuerdo de los muertos, como solidaridad espiritual y material con un pueblo herido.
Recordé a lo largo de toda la noche, hasta las tantas, un legendario artículo de Marcel Proust, sugiriendo, en vano, claro está, la subvención estatal de la interpretación de misas cantadas en las grandes catedrales de Francia…
“On peut dire qu’une représentation de Wagner à Bayreuth (à plus forte raison d’Emile Augier ou de Dumas sur une scène de théâtre subventionné) est peu de chose auprès de la célébration de la grand’messe dans la cathédrale de Chartres.
“Sans doute ceux-là seuls qui ont étudié l’art religieux du moyen âge sont capables d’analyser complètement la beauté d’un tel spectacle. Et cela suffirait pour que l’Etat eut l’obligation de veiller à sa perpétuité. Il subventionne les cours du Collège de France, qui ne s’adressent cependant qu’à un petit nombre de personnes et qui, à côté de cette complète résurrection intégrale qu’est une grand’messe dans une cathédrale, paraissent bien froides. Et à côté de l’exécution de pareilles symphonies, les représentations de nos théâtres également subventionnés correspondent à des besoins littéraires bien mesquins. Mais empressons-nous d’ajouter que ceux-là qui peuvent lire à livre ouvert dans la symbolique du moyen âge, ne sont pas les seuls pour qui la cathédrale vivante, c’est-à-dire la cathédrale sculptée, peinte, chantante, soit le plus grand des spectacles…” Marcel Proust, “En mémoire des églises assassinées / La Mort des Cathédrales”, artículo publicado en Le Figaro el 16 en 1904.
El gran arte, el Requiem de Mozart, en este caso, entre otras obras mayores, interpretado en una iglesia barroca, Saint-Sulpice, en esta ocasión, a la memoria de los muertos y en recuerdo del sufrimiento de los vivos, tiene algo de sagrado, en el sentido más cívico y estricto.
París en tiempos del coronavirus … Saint-Sulpice, Sábado Santo, Domingo de Resurrección.
Que Jose says
Se subvencionan guerras desde siempre. Las tragedias en las polis no solo eran gratis sino que pagaban para que fueran a verlas y disfrutasen y superasen sus miedos. Los sermones y los actos religiosos fueron populares hasta la separacion Iglesia Estado. Las religiones compiten por sus clientes. Creo que tenemos que volver a las polis para curar nuestros miedos con las artes. La unica catarsis que puede continuar humanizandonos un poco en una epoca inundada de propagandas de todo tipo eso si gratis subvenciodas por las cosas que nos rodean y nos aplastan con sus mentiras piadosas.
JP Quiñonero says
Jose,
Qué decir… bueno… con frecuencia, las mentiras que nos «aplastan» y / o envenenan temo que sean mentiras desalmadas…
Q.-