Les Deux Magots, 1 septiembre 2020. Foto JPQ.
Sin saber con quién estaba hablando, le pedí a un señor que me tapaba la perspectiva que se quitase de en medio.
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Era el marido. Un señor elegante, que tuvo el buen gusto de no responderme con una impertinencia.
“Luxe, calme et volupté…” dice Baudelaire (L’Invitation au voyage). Sin turistas y con pandemia, lujo y calma asegurados, hasta las tantas. Voluptuosidad… bueno… la del champagne, propia de una tercera edad acomodada.
Pablo Eugenio Fernández says
También los maridos tomamos champagne con nuestras mujeres, Quiño, jejeje
JP Quiñonero says
Pablo,
Claro, claro…
Ya lo decía San Isidoro de Sevilla, justamente: «Contigo pan, aceitunas y fino…».
Q.-
Fina says
Si están casados de verdad y conviven juntos…la cosa tiene su mérito.
Vaya mi admiración para ellos…😀
Volveré en cuanto pueda, para estar al día de lo que se cuece en este INFIERNO…👏👏👏
Buen día a todos/as.
JP Quiñonero says
Fina,
«De todo hay en la viña del Señor..»
Palanteeee..!
Q.-
Fina says
¡Ay, Quiño!
Ciertamente «De todo hay en la viña del Señor…»
Pero que bien que captures e inmortalices ese «glamour francés»…especialmente en épocas tan inciertas y cambiantes como las que vivimos.
Imágenes como esta, alegran el ánimo y ayudan a seguir palanteeee…
Gracias!!!
JP Quiñonero says
Fina,
Bueno… París tiene muuuuchos rostros y, con frecuencia, son mucho menos amenos y glamour, pero, qué quieres, «la cabra tira al monte» … voy de aquí para allá… es una suerte de historia de amor, mía, con esta ciudad y sus muy distintos rostros, sí,
Q.-
Fina says
Quiño,
Nos transmites tu amor por París al mostrarnos el fruto de tus búsquedas…
Puede que unos rostros nos atraigan más que otros, pero pienso que toda historia de amor conlleva un conocimiento profundo de lo amado. Supongo que por eso vas siempre «de aquí para allá», incansable, constante, atento a tu querida ciudad…descubriendo alguno de sus muy distintos y cambiantes rostros.
JP Quiñonero says
Fina,
Ah, qué bien …
Y qué finura / generosa … incluso intento «hacer un esfuerzo» intentando cambiar de perspectivas… y, el resultado no me sorprende pero me recuerda la evidencia: París ha cambiado y cambiar a un ritmo «vertiginoso»… y los cambios tienen «rostros» que incluso pueden «inquietar»…
Venga, palanteeeee…
Q.-