![](https://unatemporadaenelinfierno.net/wp-content/uploads/2020/11/20k15-Crown-vista-por-el-New-Yorker.jpg)
Eleanor Taylor, The New Yorker, 15 noviembre 2020.
El New Yorker lo cuenta así →
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→ “The show depicts not only how the Empire has crumbled but its descent into a kind of domestic crumminess…”. The New Yorker, 15 noviembre 2020, Royal Competition in “The Crown”.
Traducido libremente, al murciano coloquial: la historieta no solo cuenta el derrumbamiento del Imperio, si no su caída en una suerte de cutrez doméstica.
Cutrez doméstica que ilumina la histórica fragmentación del Reino Unido que culmina con el Brexit:
Brexit ilumina un paisaje de ruinas inglesas, escocesas, irlandesas, europeas.
Inglaterra / Brexit y España / Cataluña tienen muchas cosas en común, nacionales y europeas 2.
Cutrez doméstica que Martin Parr, Ken Loach y Stephen Frears, entre muchos otros, han fotografiado y filmado de manera canónica:
El Brexit, visto por Martin Parr y Quiñonero 2 → El Brexit, visto por Martin Parr y Quiñonero.
Brexit contado por Martin Parr, Paul Graham, Chris Killip, Miles Aldridge y …
Ken Loach y la perversión del Estado providencia.
Historietas que tienen muchos otros rostros:
Aislamiento y descarríos individuales, destruyendo lazos sociales e institucionales.
Descomposición de las familias.
Descomposición del tejido social.
Fragmentación de las sensibilidades individuales, familiares, sociales, colectivas.
Empobrecimiento de los individuos, las familias, los antiguos gremios y profesiones.
Ataques de soledad, incertidumbre, angustia, incluso locura individual y colectiva, presentes en The Crown, en cierta medida, tras el engañoso glamour de los descarríos principescos & familiares de la familia real.
Fantástica como siempre la ilustración del New Yorker. Repite un plano del tercer capítulo de la temporada actual de The Crown que me impactó , incluso para dar marcha atrás y volverlo a ver : la salida de Diana desde su jaula de oro ( nunca esta expresión fue más afortunada como en este caso ) hacia lo que va a ser su anunciado fracaso.
Pero sobre todo destaca el silencio y la soledad en la que abandona su aposento y con esa cola inmensa que más que embellecerla, la carga de un peso excesivo para su juventud y fragilidad .
Además el New Yorker lo mejora con el añadido del retrato de la reina mirándola de reojo con recelo y siendo su única y fria compañía en ese momento.
Me gustó la definición que oí el otro dia sobre la Familia Real en un comentario sobre la cuarta temporada, con Balmoral, Thatcher y Diana como grandes protagonistas: «Bárbaros, snobs y maleducados».
Flâneur,
Bueno … lo que yo «veo» es un rosario de crisis, íntimas, familiares, políticas, sociales, culturales… que hablan… de proceso histórico que el NY evoca cuando habla de caída en una cutrez doméstica de padre y muy señor mío…
Vaya usted a saber…
Q.-
Desde luego. Que más cutrez doméstica se puede lograr que, como recuerda New Yorker, jugar al Ibble Dibble toda la familia reunida, con Thatcher de asombrada testigo, para así tener un pretexto para irse a dormir con la borrachera habitual y palaciega.
El Imperio muriendo o el Imperio muerto.
Flâneur,
Amén, claro.
Si … es un estado de decrepitud inglesa y … mucho más allá, europea, española, qué se yo …
Q.-
No había caido en todo eso que usted dice, ni por los forros. Pero, bien pensado, como para comparar Spain y el tal Reino Unido. Dan, damos pena, penita pena, qué amarga tristeza, oiga.
Carole,
Creo adivinar que llevas razón, claro,
Q.-