Café de Flore, 13 julio 2021. Foto JPQ.
Señoras literatas, currando.
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Editar libros en Francia se ha convertido en cosa de mujeres. Sin duda, los hombres siguen controlando la gestión financiera de los grandes grupos. Pero una veintena larga de mujeres, jóvenes, menos jóvenes, solteras, casadas y “en pareja” han comenzado a dirigir los destinos literarios de la edición francesa.
Desde su fundación, en 1919, Gallimard, uno de los sellos emblemáticos de la edición parisina, estuvo dirigida por hombres. Al patriarca fundador, Gaston Gallimard, le sucedieron su hijo Claude y su nieto, Antoine, que ha comenzado a reflexionar en la incorporación de sus cuatro hijas, Charlotte, Laure, Margot y Louise a la gestión y dirección del grupo, que lleva año “absorbiendo” a editores en otro tiempo importantes, “incorporados” finalmente a un grupo más poderoso. Charlotte Gallimard ya dirige desde hace años las Ediciones Castermann. Sus hermanas ya trabajan en sectores próximos a la edición, de la investigación a la edición audiovisual. El futuro de Gallimard será femenino.
Ex ministra de Cultura de Emmanuel Macron, Françoise Nyssen volvió hace meses a Arles (región PACA, Provenza-Alpes-Costa Azul), donde su padre, Hubert Nyssen, fundó Actes Sud en 1978, una de las grandes revelaciones de la edición francesa de finales del siglo XX. Una personalidad femenina al frente de un grupo altamente influyente.
Hay muchos otros casos de mujeres que han escalado, durante la última década, todos los puestos que culminan en la dirección literaria o la dirección editorial…
Anna Pavlowitch, ha sido presidenta de Flammarion, uno de los grandes grupos nacionales. Cécile Boyer-Runge dirigió la primera y más célebre de las colecciones de bolsillo francesas. Hélène Fiamma ha dirigido grandes proyectos editoriales compatibles con la gestión de colecciones célebres, como J’ai Lu y los Clásicos Garnier. Stéphanie Chevrier ha fundado editoriales y dirigido La Découverte. Marie-Christine Conchon asumió hace años la dirección de uno de los grandes grupos nacionales de libros de bolsillo, Univers Poche. Emmanuelle Vial ha dirigido con mucho brío Editions Points. Noëlle Meimaroglou ha dirigido una editorial con gran historia, Cherche Midi, antes de incorporarse a Fayard, en compañía de Sophie de Closets (apellido célebre) y de Sophie Charnavel…
Héloïse d’Ormesson, hija de Jean d’Ormesson, uno de los grandes maestros de la literatura francesa de la segunda mitad del siglo XX, fundó hace años la editorial que lleva su nombre, culminando una carrera muy brillante, al frente de colecciones importantes en Gallimard, Flammarion o Denoël. Media docena de mujeres decidieron abandonar sus cargos en editoriales para fundar sus propias editoriales, durante la última década. Es el caso de Anne-Marie Métailié, Viviane Hamy, Joëlle Losfeld,Sabine Wespieses, entre otras.
¿Tienen algo en común esas mujeres que han comenzado a “copar” la dirección literaria de las grandes editoriales parisinas?
Anna Pavlowitch, que ha dirigido Flammarion, responde a esa pregunta de este modo: “La edición es un oficio de intuición. Se trata de una virtud que tiene algo de femenino. Sin generalizar, claro está, los hombres, con frecuencia, pueden ser más “racionalistas”. Las mujeres quizá estamos más abiertas al descubrimiento de nuevos mundos”.
Dos casos, entre muchos otros, de “intuiciones” que dieron mucho juego. A finales de los años 70, fue una editora, Françoise Verny, quién “descubrió”, se “inventó” y lanzó a la generación de los “nuevos filósofos: André Glucksmann, Bernard-Henry-Levy, entre otros. Una intuición intelectual, acompañada de un genio comercial envidiable. Años más tarde, Teresa Cremisi, número dos de Gallimard, no solo “modernizó” la “vieja editorial”, descubrió valores que no han dejado de crecer, como Michel Houellebecq y Christine Angot, entre otros.
Hay otro tipo de “intuiciones”: abrir la edición a terrenos poco explorados: el puesto de las mujeres en el deporte, la biografía de grandes personalidades desconocidas, la revelación de nuevos “géneros”, etcétera… Sin duda, las mujeres no tienen el “monopolio” de la intuición ni los “descubrimientos”. Quizá también influyan otros factores, que Anne Pavlowitch comenta de este modo: “La edición intenta seguir y acompañar el aire de los tiempos, las modas que vendrán… y la ascensión de las mujeres ha coincidido con un mismo fenómeno universal. Tras el virtuosismo de reproducir lo convencional y conocido, las mujeres hemos ido ocupando cargos de responsabilidad. No por ser mujeres y jóvenes. Fuimos acogidas y nos dieron cancha porque trabajábamos bien. No se trataba ni se trata de discriminación positiva, ni de “sexismo” al revés. Es una suerte de feminismo asumido y positivo. Y funciona. Nuestros accionistas están contentos”. ABC, Las mujeres conquistan la edición francesa.
Los editores franceses piden a los escritores que no envíen más manuscritos.
Saint-Germain by night, librería abierta, bares cerrados … la rentrée del coronavirus.
La lectura ayuda a ser feliz, permite vivir más y mejor.
Dicho de otro modo…
Chica descubriendo el misterio de la lectura callejera.
Avanza la desertización cultural / espiritual que nos amenaza… vista por Allan Bloom y Octavio Paz.
“La civilización del Libro está amenazada, víctima del inquietante acoso de temibles enemigos: la aparición de “multitudes lectoricidas”, la proliferación de implacables industrias de la incultura y la incomunicación, acelerando la desertización espiritual de los pueblos, amenazando la antigua morada íntima de la condición humana, cuando el comercio industrial con las palabras socava los antiguos fundamentos del alma y la conciencia de los últimos hombres libres…” Philip Roth y el Taller de la gracia de Quiñonero 2.
La crisis de la lectura amenaza nuestra identidad de hombres libres.
Lectura y resistencia contra la desertización espiritual del mundo.
Bloom, Internet y las Amenazas que pesan sobre la lectura, el arte, la cultura y las humanidades.
“Libros”, “lectura”, “literatura” y prostitución.
Jovellanos y Lucas Mallada llevaban razón:
Españoles que leen menos para mejor incrementar la incultura y pobreza de mañana.
Fina says
Quiño,
Me alegra saber de la ascensión de la mujer en él mundo editorial.
Gracias por estar siempre al pie del cañón…
JP Quiñonero says
Fina,
Es una realidad que está ahí, profunda y con mucho futuro, claro, creo,
Q.-