Céline y Lucette Almanzor, Montmartre, años 30.
Sesenta años después de su muerte, ochenta años después de su redacción, se han descubierto más de mil páginas de inéditos Louis-Ferdinand Céline (1894 – 1961), uno de los dos escritores franceses más grandes del siglo XX, quizá el más subversivo desde François Rabelais (1483 / 1494 – 1553).
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Se trata de uno de los grandes descubrimientos literarios de los últimos cien años, por una razón muy simple: esos inéditos están llamados a “matizar”, “agravar”, “modificar” o “limpiar” una obra descomunal que oscila entre los libros capitales de la historia literaria contemporánea y los panfletos más atroces y desesperados.
Autor de una decena de novelas, Céline ocupa un puesto capital en la historia literaria con “solo” dos libros, “Voyage au bout de la nuit” (1932) y “Mort à crédit” (1936). Esos libros son, con la “Recherche” de Marcel Proust, dos de los más grandes monumentos de la novela francesa de todos los tiempos. Su uso de la lengua y la introducción del “argot” ha sido comparada con Rabelais.
El estallido de la Segunda guerra mundial y la Ocupación alemana (1940 – 1944) “transforman” la vida y la obra de Céline en un esperpento atroz.
Antes de convertirse en un “colaborador” patibulario de las autoridades militares alemanas, Céline había comenzado a publicar unos panfletos antisemitas sencillamente vomitivos: “Mea Culpa” (1936), “Bagatelles pour un massacre” (1937), “L’École des cadavres” (1938). En el París ocupado por la Wehrmacht, Céline todavía publicó otro texto racista, “Les Beaux Draps” (1941). Ernst Jünger cuenta en sus diarios de París su desprecio olímpico, como oficial alemán, el comportamiento miserable de Céline.
Al final de guerra, cuando todo estaba perdido para la Wehrmacht y Hitler, Céline y su esposa, Lucette Almanzor, antigua bailarina, una mujer muy bella, decidieron huir, como muchos otros colaboradores. Y abandonaron en su piso de Montmartre una cantidad considerable de inéditos…
Pocos años más tarde, cuando los blindados de la División Leclercq entraron en París, iniciando la liberación de la capital con una legendario grupo de desterrados españoles, comenzó un rosario de ajustes de cuentas, traiciones, robos, incluso asesinatos … Céline sospechaba que un viejo “colega” pudo entrar en su piso de Montmartre y apropiarse de sus escritos, con fines crapulosos. Otros especialistas pensaron que resistentes fieles al general de Gaulle pudieron ser quienes “expropiaron” el “material” que pudieron encontrar en el antiguo piso de Céline, que nunca pudo recobrar sus escritos personales.
Céline y Lucette Almanzor vivieron el resto de su vida en una legendaria casa de Meudon, en la periferia oeste de París. Pasados algunos años de purgatorio, su obra comenzó a reeditarse con los más grandes honores, en la monumental Bibliothèque de la Pléiade de Gallimard. Se publicaron nuevos libros. Y comenzó una lenta e inconclusa revisión global de la vida y la obra del escritor.
El carácter odioso de los panfletos antisemitas está fuera de duda. Por el contrario, durante los últimos cuarenta años, esa dimensión de su obra ha sido revisada, matizada y “puesta en perspectiva”. De Julien Gracq a Michel Winock, numerosos estudiosos, especialistas, escritores de muy distinta sensibilidad, han intentado “comprender” esa dimensión saturnal de una obra incomparable.
¿Modificarán de alguna manera los inéditos el puesto de Céline en la historia literaria francesa y europea?
Hace unos años, Gallimard anunció una edición crítica de los panfletos. Proyecto rápidamente abandonado, como consecuencia de una resistencia sin falla contra su dimensión racista, antisemita.
La historia del descubrimiento de los inéditos tampoco invita a ningún “optimismo”. Sus penúltimos “propietarios” (¿?) no desean contar por lo menudo el origen último del descubrimiento. Se espera que Gallimard termine publicando ese material, que tiene muchas dimensiones puramente literarias. Varias novelas quizá deban ser “revisadas” o anotadas. Otras páginas pudieran editarse “libremente” con un indispensable material crítico.
Algunas profecías negras de Céline terminaron “cumpliéndose”. En el “Voyage au bout de la nuit” (1932) el escritor llegó a imaginar un “incendio” de Notre Dame de París… las llamas de la catedral eran percibidas como una “crisis de la civilización europea”. Incendio literario, el de Céline, finalmente, “consumado” el mes de abril del 2017, “continuado” con la inmensa tragedia universal de la pandemia … en ese marco, el legado apocalíptico del escritor tiene algo de profecía negra, que el descubrimiento de millares de páginas de inéditos viene a recordar.
Sabemos que Céline fue un genio. No sabemos si fue un genio endemoniado. O un genio visionario. Su único gran “rival” en la historia literaria del siglo XX, Marcel Proust, fue un profeta convencido del gran arte: la literatura, el arte, nos “salvan” de los infiernos de la historia. En su día, cuando se publiquen, los inéditos celinianos deberán descubrirnos nuevos rostros del genio subversivo. La salvación de esos millares de páginas manuscritas quizá tenga algo de “milagroso”: y han sido rescatada en un momento “bisagra” de la historia de Francia y la historia de Europa. ABC, Salen a la luz miles de inéditos de Céline, un genio subversivo + PDF.
Notre Dame, Jünger, Céline y las crisis de Europa y nuestra civilización.
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Un monumento: la Correspondencia de Céline.
La Porte de Montmartre, Céline y la tierra de nadie de la banlieue.
Jose says
Que terror tuvo que vivir el escritor en el siglo pasado. Como muy bien recuerda Celine en su tesis de medicina. En Viena tenían más posibilidades de vivir las que parían en la calle que las que parian en el hospital. De la morgue se pasaba al paritorio sin lavarse y todos o casi todas llenaban la morgue. La guerra las guerras se mataba por cualquier cosa con tal de estimular la economía y por higiene para limpiar los sepulcros blanqueados y llenarlos de nuevos cuerpos inertes. Las armas instrumentos que creaban y crean futuro. Un cañón o lo que sea puede predecir el estar aquí o irte cuando el otro quiera. No entiendo porque tantos remilgos por publicar unas hojas que describen lo oscuro real del ser humano no todo es lujo calma voluptuosidad también hay calles que se inundan de mierda ruido y agresividad. Los que solo hablaban de Bambi solían ser los lobos que se querían comer a las Caperucitas Rojas. La única censura para la bazofia de los que solo leen anuncios propaganda documentos oficiales de los sin oficio y no para la inteligencia imaginación y sensibilidad de los que intentan hacer arte para salvar la poca alma que queda en la época de Celine y en la actual donde se produce mucha bazofia y se censura lo poco o mucho de valor que se produce. Miedo mucho miedo a los textos auténticos como los de los trágicos griegos o incluso al Eclesiastes del Antiguo Testamento o los textos antiguos escritos con palabras vivas. Valor para publicar lo inédito de los pocos genios que nos precedieron aunque sea para poderlos disfrutar antes de la conflagración apocalíptica personal o colectiva.
JP Quiñonero says
Jose,
Amén, vaya.
Céline, ah … profeta del Apocalipsis… tan actual, siempre, claro …
Dicho eso, recuerdo a Aron, cuando decía que lo peor no es siempre inevitable… a ver …
Q.-
Fina says
Josep,
Tendré que leer más «textos auténticos» antes de que llegue la «conflagración apocalíptica».
Ya no estamos para perder el tiempo… 🙂