París, La Cigale, 8 abril 2013. Foto JPQ.
Blanca Li (Granada, 1964), una de las grandes coreógrafas de nuestro tiempo, bailarina, cineasta, realizadora, renovadora histórica de géneros, creadora total única en nuestra historia reciente, toma hoy posesión de su sillón en la Académie des Beaux Arts.
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Primicia histórica, por partida doble: una española, universal y «subversiva», en la más venerable de las instituciones culturales de Francia; y una academia que tiene varios siglos de historia, dejándose «iniciar» en las artes callejeras en comunión perfecta con el gran arte de la escena clásica.
–De su Granada andaluza y el flamenco rap de las Xoxones (rap flamenco), entre Nueva York y Madrid, a la Academia… qué carrera …
-(Risas) … una vida de trabajo, oiga.
–Entre las grandes ciudades de su formación y carrera, Granada, Nueva York, Madrid y París … ¿qué ha aportado cada una a su formación y obra creadora?
-Granada es mi infancia, la belleza, la luz, la familia, la fiesta. Madrid fue mi casa, los primeros estudios, los primeros amigos. Nueva York, fue muy importante: mis estudios con Martha Graham, el descubrimiento de muchas cosas, en la calle, en Harlem, y con grandes maestros, como Alvin Ailey o Merce Cunningham. En Nueva York aprendí muchísimo. Allí nació el grupo las Xoxonees, con unas amigas geniales. Nos presentamos en un bar de Broadway. El grupo dio muchas vueltas. De vuelta a Madrid encontré una ciudad divertidísima. Y las Xoxonees tomaron otros rumbos. Tras esos viajes y experiencias, París me dio la oportunidad y los medios para consagrarme como creadora.
–Entre las creaciones de su compañía, de «Macadam Macadam» a «Robot», pasando por «Elektro Kif» ¿cuales son las grandes etapas y jalones de su historia personal como creadora?
-Me resulta difícil responder a esa pregunta… todas mis creaciones son como mis hijos. A todas las quiero igual. Todas dicen cosas íntimas de mí y de mi vida. Toda mi obra es un diálogo permanente con el día a día y mis relaciones con la creación, el arte.
–El descubrimiento del hip-hop, en el Harlem de los primeros 80 del siglo pasado ¿influyó mucho en su carrera?
-Mucho. Era la irrupción de la calle en el arte, la creación. Ese diálogo, esa relación, entre la creación callejera y la creación tradicional fue muy fecunda.
–Su versión escénica del «Poeta en Nueva York» de Lorca quizá sea una síntesis entre sus orígenes culturales, granadinos y españoles, y su descubrimiento y celebración de las nuevas culturas neoyorquinas…
-Claro, claro … quizá fue un diálogo íntimo… creí comprender lo que sentía Lorca ante paisajes y realidades que yo descubría a mi manera… un descubrimiento de cosas muy íntimas que se confunden con la vida.
–A través de su versión escénica del Falla del «Amor brujo» ofrece una visión actual de esa tradición clásica española.
-Bueno. El «Amor brujo» es una obra esencial. Cada creador, cada generación debe interpretarlo a su manera. Cada generación encuentra algo nuevo. Es una obra indispensable que todo creador debe descubrir desde su vida y trabajo. Y sigue enriqueciéndonos, siempre.
–El diálogo entre varias culturas también está muy presente en su obra, dialogando con músicas, tradiciones musicales y artísticas, muy distintas: del flamenco granadino al hip-hop neoyorquino, pasando por las músicas y danzas árabes, africanas, mediterráneas, europeas.
-El artista, el creador, es universal desde el momento en que es capaz de dialogar con otras culturas. Esa diversidad es muy enriquecedora… la gran diversidad de culturas y músicas, artes escénicas, mediterráneas, africanas, asiáticas, nos descubren otros mundos que nos ayudan a enriquecer nuestras culturas españolas, europeas, americanas.
–Usted es una creadora total, que hace arte con el cuerpo, el baile, la fotografía, el cine… ¿Cómo ve usted una institución tan clasicota como la Academia?
-La Academia se abre, está viva. Y dialoga con el arte de nuestro tiempo, que es una manera vivir en su tiempo, que es el nuestro. ABC, Blanca Li: «Toda mi obra es un diálogo permanente con el día a día».
Blanca Li y el Poeta en Nueva York.
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