Collage de Jorge Rodríguez de Rivera, portada de la primera edición de Una primavera atroz (2008).
«Todo lo que cuentas es cierto…», me dijo Eduardo San Martín, tras leer el libro que contaba por vez primera las historias confirmadas hoy por los archivos personales de Emilio A. Manglano, Consejero del Rey y Director del CESID del 23F a la caída del felipismo:
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«Los papeles de Manglano». El jefe de los espías. Roca Editorial. El archivo secreto de Emilio A. Manglano, Roca Editorial, Juan Fernández Miranda Javier Chicote Lerena.
Mi libro Una primavera atroz reconstruía, por vez primera, la historias confirmadas en los Papeles de Manglano y los Papeles del Cesid, la Transición, los GAL, etcétera, en estos términos, que Eduardo San Martín y yo conocíamos de primera mano:
“… es un relato épico y fantástico: la historia de una ciudad endemoniada, Caína, tras una cruenta guerra civil.
Los últimos hombres que soñaron con liberarla son condenados al destierro, para convertirse en delincuentes, proscritos, mártires, por haber creído en la ilusión de un Mundo Nuevo.
Las modernas técnicas de manipulación de las conciencias permiten a las bandas de lobos que llegan a Caína, disfrazados de corderos, conquistar el poder a través de la música endemoniada de una orquesta audiovisual al servicio de carismáticos líderes que sueñan con un Estado caribeño.
En el nuevo Estado imponen su Ley mafias filantrópicas que decretan la Ley marcial contra las viejas creencias seculares, sustituidas por las banderas de modernas empresas versadas en usura y corrupción, para traficar con sexo, hogares hipotecados, y la droga dura de las ideas muertas o endemoniadas, con sucursales en París y Roma.
Caína está habitada por una fauna de pesadilla: gobernantes atacados por la licantropía, héroes descarriados, políticos corruptos, empresarios venales, furcias radiofónicas, serpientes ideólogas, distribuidores de basura, mafiosos filantrópicos, etc., celebrando sonámbulos el Entierro de la Sardina. A las puertas del Infierno, una adolescente, empuñará una estaca, para dirigirse hasta el lecho donde la espera su padre…” → Una primavera atroz.
Suma y sigue:
Los Papeles de Manglano, a la luz de Valle Inclán y los misterios de Caína.
En la historia de la novela española, El ruedo ibérico es la matriz canónica de todas las visiones esperpénticas de nuestra historia contemporánea.
Los Papeles de Manglano parecen llamados a tener un puesto significativo en nuestra historia más recientes, por razones que saltan a la vista:
Paradójicamente, esas historias, de los GAL a la financiación de la joven democracia con dinero negro llegado de Kuwait, Arabia Saudita y los Emiratos, han tenido por ahora un eco “literario” y “novelesco” muy modesto, siendo páginas esenciales.
El segundo volumen de mi trilogía de Caína, La locura de Lázaro (2006), Una primavera atroz (2008) y La dama del lago (2015), recuerda aquellos años, los años de los Papeles de Manglano y los Papeles del Cesid, la Transición, los GAL, etcétera, en estos términos:
“… es un relato épico y fantástico: la historia de una ciudad endemoniada, Caína, tras una cruenta guerra civil.
Los últimos hombres que soñaron con liberarla son condenados al destierro, para convertirse en delincuentes, proscritos, mártires, por haber creído en la ilusión de un Mundo Nuevo.
Las modernas técnicas de manipulación de las conciencias permiten a las bandas de lobos que llegan a Caína, disfrazados de corderos, conquistar el poder a través de la música endemoniada de una orquesta audiovisual al servicio de carismáticos líderes que sueñan con un Estado caribeño.
En el nuevo Estado imponen su Ley mafias filantrópicas que decretan la Ley marcial contra las viejas creencias seculares, sustituidas por las banderas de modernas empresas versadas en usura y corrupción, para traficar con sexo, hogares hipotecados, y la droga dura de las ideas muertas o endemoniadas, con sucursales en París y Roma.
Caína está habitada por una fauna de pesadilla: gobernantes atacados por la licantropía, héroes descarriados, políticos corruptos, empresarios venales, furcias radiofónicas, serpientes ideólogas, distribuidores de basura, mafiosos filantrópicos, etc., celebrando sonámbulos el Entierro de la Sardina. A las puertas del Infierno, una adolescente, empuñará una estaca, para dirigirse hasta el lecho donde la espera su padre…” → Una primavera atroz.
Ricardo+Lanza says
Lástima que ya no lea, mi estimado, porque no solo viven el alma y el cuerpo del arte de escribir sino también de las noticias (Enterarse, siquiera, de si irrumpen los bárbaros en tu propia habitación, habilitar las defensas pertinentes), Gracias a que tu -como hoy- me informas, me avisas, me das a conocer ese presente que existe de un pasado tormentoso y nauseabundo en el cual nos obligaron (o de grado lo hicimos) a hozar a todos. Deje de ser Caína la zona reticente, quede en secuela literaria, páginas bien escritas.
Saludos a ese Infierno en que muchos nos acoplamos y sentimos, ya casi vemos la temporada entre el azufre, las llamas y la pez curiosas vacaciones, fuesen de atrezzo teatral y no de fuego, sea el cadalso escena de los títeres, romance que emociona.
Fina says
Don Ricardo Lanza,
Admirable y acertado su LOGOS, como siempre…
Es un privilegio tenerlo entre nosotros en este INFIERNO.
A su lado me quedo acomplejada, sin palabras…
JP Quiñonero says
Ricardo,
Que pequeñas maravillas tus comentarios… romance de lobos, en este caso, hay, por retomar y recordar a Valle Inclán, tan actual, siempre, ay…
Q.-
Irene says
«Una primavera atroz», sí. Una novela dura y cristalina, que gana más y más con el tiempo. Cuando vuelvo a ella se confirma, y más con lo que cuentas aquí.
JP Quiñonero says
Irene,
«Dura y cristalina…» ah …
Q.-
Jose says
Desde Herodoto hasta Manglano historiador a pesar suyo pasando por Suetonio el poder corrompe y en una democracia liberal democrática a todos. Cuando se da el voto a unos representantes sus fechorías se reparten a todos aquellos que votan. Mientras funciona el secreto no pasa nada pero en el panoptico democrático se saca el smart y si lo sabes manejar te puedes enterar de cosas ocultas y secretas. Y en un sistema que se basa en los vicios y no en las virtudes las posibilidades de barbarizarte son múltiples. Todos somos poder y nos corrompe mos según nuestras posibilidades. Los vicios privados nos han llevado a los vicios públicos. Como neo faraones tenemos las puertas abiertas en esta guerra spenceriana permanente de practicar todo lo prohibido por los tótems y tabús que estuvieron vigentes en otras épocas para aquellos que vivían en pequeñas comunidades. Hoy de arriba abajo la barbarie lo inunda todo . Barbarie nueva diseñada por los civilizados de ayer.
JP Quiñonero says
Jose,
Honradamente, no se si la «barbarie nueva» lo inunda todo … lo que tengo claro es que los «romances de lobos» de ayer se parecen muy mucho a los «romances de lobos» de hoy… y, y… las almas púdicas y filantrópicas prefieren mirar a otra parte, cuando no forman parte eminente de esa corrupción institucionalizada de la vida pública…
Q.-
Fina says
Josep,
El estar entre eruditos, enriquece sin duda alguna, pero también requiere su esfuerzo… 🙂
Menos mal que puedo encontrar información en Wikipedia, para poder seguiros…
La búsqueda de Herbert Spencer y su expresión «supervivencia del más apto» me condujo a la teoría de Lamarck «herencia de los caracteres adquiridos», que explica cómo la vida evoluciona a consecuancia de mutaciones aleatorias en el ADN fijadas por la selección natural.
Por lo visto, Lamarck tenía una capacidad impresionante de comprensión de la Naturaleza y una visión bellisima de ella…Creo que tú también, Josep.
Me pregunto si no quedará alguna virtud entre «la herencia de los caracteres adquiridos», o todo será corrupción, vicio y barbarie.
Veremos, o no… ¡Quién sabe!