El Economist, el semanario más influyente de Europa, con mucho, no tiene nada claro que Liz Truss, primera ministra, pueda «salvar» al Reino Unido:
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The Economist, 9 / 10 septiembre 2022.The new prime minister must eschew pantomime radicalism if she is to succeed. Can Liz Truss fix Britain?
Muy groseramente, el Economist parece temer que Truss no sea capaz de afrontar con éxito colosales problemas de fondo histórico:
Crisis de la energía más grave que en otros países.
Inflación de dos dígitos.
Crisis global del sistema de sanidad nacional: más de mil pacientes, al día, debe esperar más de doce horas para ser atendidos.
Crisis social, económica, política, divisiones, fragmentación profundas.
Promesas difíciles o imposibles de cumplir.
Tensiones duras con la UE, para aplicar o no aplicar los acuerdos del Brexit.
Irlanda del Norte: motivo de confrontación con Europa.
Pantomima de radicalismos.
Inglaterra no puede permitirse seguir viviendo en el limbo político.
Elizabeth II / Isabel II, su familia y su Reino, en otro tiempo Unido, a la luz de Shakespeare.
Catástrofes familiares, desaparición del Imperio, guerras atroces, alejamiento de los EE. UU y Europa, Brexit, fragmentación social, crisis económicas, populismo devastador…
BBC, She became for many the one constant point in a rapidly changing world as British influence declined, society changed beyond recognition and the role of the monarchy itself came into question, Obituary: Queen Elizabeth II.
The Economist, The death of Elizabeth II marks the end of an era. It deprives Britain of a thread that wove the nation together, and linked it to its past.
“… Hasta en la década de los ochenta, Margaret Thatcher y Nelson Mandela mostraban la categoría de la vida política en el marco del antiguo imperio. Desde entonces, el declive de la calidad de la clase dirigente es palpable, hasta llegar a un momento de desesperación, cuando el Reino Unido no pudo hallar a nadie mejor que Liz Truss y Rishi Sunak –tipos desdeñables– como candidatos a primer ministro. Mientras bajaba la popularidad de los políticos, la de la Reina subía, por su larga experiencia, su comportamiento constitucional impecable y la simpatía que se debe a una persona mayor, madre de hijos desengañadores.
Y es allí, en su papel de madre de familia, donde se puede decir que el rol de la Reina fue una desilusión.
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Isabel II presidió no sólo la ruina de su familia, sino también la de su imperio y la decadencia de su país. En cierto sentido, el desastre era personal, ya que la Reina, a pesar de alejarse correctamente de la política, se identificó con el Imperio e invirtió emoción profunda en la esperanza de que los británicos mantuviesen su lugar histórico entre los grandes pueblos de la Tierra. Pero el Imperio se disolvió entre lágrimas y crueldades, con guerras sangrientas en Kenia, Malasia y Aden, una debacle histórica en Suez en 1956, tragedias raciales en Sudáfrica y Rodesia, instancias horripilantes de la tradicional ‘perfidia de Albión’ en Diego García –la isla del océano Índico donde los británicos expulsaron a su población entera– y Hadramaut, donde se sacrificó a rebeldes marxistas en 1967 sin respetar los tratados internacionales. En Irlanda, la violencia volvió a estallar. En gran parte del Imperio, los sucesores de los imperialistas eran dictadores. El único éxito imperial –la reconquista de las Malvinas por el valor temerario de la señora Thatcher– pareció poco más que una farsa al lado de tantos fracasos.
A pesar de la encuestas del ‘U. S. News and World Report’ y otros parecidos, varios de los pocos países del antiguo Imperio británico que mantienen su relación histórica con la Corona inglesa han propuesto convertirse en repúblicas, en parte por el asco provocado por los escándalos de la Familia Real y en parte por la manía de renunciar a su pasado colonial. El imperio se convirtió en la British Commonwealth, que ya ni es ni británica –ya que países como Ruanda y Mozambique, que no tienen nada que ver con la tradición británica, la integran– ni comunidad, ni nada digno de ser tomado en serio. Algo parecido ha sucedido con la otra gran institución con la cual la Reina se identificaba, la Iglesia anglicana, de la cual era titularmente la ‘Gobernadora Suprema’. Por la mala gestión de sucesivos arzobispos, esa secta queda económicamente empobrecida, con pocos creyentes y menos prestigio. De la nación británica –entre el secesionismo en Irlanda del Norte, Escocia y Gales, el malestar económico, la tragedia del Brexit, y el caos social– ni hablar. Cuando murió la Princesa Diana, la Reina dejó de reconocer en sus súbitos el espíritu que ella misma –hija de una guerra mundial, de la retórica churchilliana, de la resistencia heroica frente a Hitler– pensó como entrañablemente inglés. Los ingleses, en lugar de ser un pueblo de ese ‘sang-froid épatant’ histórico, vinieron a ser como todos los demás, empalagosos, excitables, exagerados y poco fiables.
Es difícil resistir la conclusión de que la vida real de Isabel II ha sido un fracaso…” ABC, 9 septiembre 2022, Felipe Fernández Armesto, Memoria de Isabel II.
Brexit ilumina un paisaje de ruinas inglesas, escocesas, irlandesas, europeas.
Brexit… voto enfrentado de los países / naciones del antiguo Reino Unido.
El Brexit, Boris Johnson y las raíces nacionales / “patrióticas” del Terror populista.
The Crown, espejo chic / choc del Brexit y otras crisis del Reino Unido y Europa (España incluida).
Ay, Quiño!!!
¿Qué pasará con los Reinos (mal) Unidos…?
En fin, así es la historia, mientras unos Imperios desaparecen otros nacen…
Y así es el hombre, mientras unos mueren otros nacen y la vida sigue igual…
Me da la impresión de que, después de tantos años, hasta es posible que una Reina se canse de reinar y de vivir…
Que descanse en paz.
Fina,
Los ingleses están muy divididos, el Inglaterra tienen problemas colosales … A ver …
Q.-
Se ha acabado la historia. No hay alternativas. La sociedad no existe solo hay individuos. Y como todos los días algunos individuos se mueren. Unos van a la fosa común otros arden los hay que tienen palacios mortuorios para descansar hasta que el polvo los alcance a no ser que estén momificados para ser contemplados como en Palermo en las catacumbas con sus mejores vestidos colgados y saludando a los turistas que los visitan. La muerte iguala pero la lucha por representar la diferencia intenta ir más allá. Que cruel destino el que quiere igualar los cadáveres hay que luchar para que los vivos no admitan esa igualdad y se mantengan las diferencias que tenían en vida. Los entierros las tumbas las pirámides…tienen que mantener el negocio de los vivos que administran la muerte. Si los muertos resucitasen la galaxia se quedaría pequeña para recibirlos. Nos tenemos que conformar con el espectáculo del entierro de los individuos que se lo pueden pagar. Un gran viaje en el que no se necesitan alforjas y todo se queda donde estaba. Las cosas se quedan y los vivos se van. Buen viaje a todos los que ayer hoy mañana se van. Y todo continúa con los que quedan como si nada.
José,
Bueno … la historia no se acaba nunca: sigue, sigue … el horizonte inmediato parece pasablemente negro … hubo tiempos muuuucho peores… a ver …
Q.-
Bueno, Josep,
Es un consuelo pensar que en el último y definitivo viaje no será necesario hacer maletas…😀
Venga, palanteee…!!!