Boulevard Saint-Germain, 20 marzo 2023. Foto JPQ.
«Macron Asesino». «Guillotinamos a Luis XVI. Podemos volver a empezar…». Apocalípticos minoritarios, con raíces muy profundas en la historia y mitología nacional:
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Macron / chalecos amarillos 1º de mayo … “el Presidente, a la guillotina”.
Suma y sigue …
Los sindicatos han convocado una nueva jornada de huelgas y manifestaciones, este jueves, como prueba de fuerza y rechazo contra las declaraciones de Emmanuel Macron prometiendo «ley y orden» para hacer respetar el decretazo que permitió aprobar su reforma del sistema nacional de pensiones, sin debate parlamentario.
Se trata de un duelo inflamable. Los sindicatos siguen pidiendo la retirada del proyecto de Ley, que todavía debe ser ratificado por el Tribunal Constitucional, antes de su promulgación definitiva.
Si las huelgas y manifestaciones de hoy tuviesen un éxito importante, la crisis nacional se agravaría. Si la movilización es menos importante de lo esperado por los sindicatos, la crisis podría ir «diluyéndose», aunque las reacciones políticas, de la extrema izquierda a la extrema derecha, pasando por una parte de la derecha tradicional, son brutales, criticando con severidad excepcional la «soledad absoluta» del jefe del Estado.
Saliendo al paso de las huelgas, manifestaciones y estallidos de vandalismo que han continuado, tras la aprobación, con un decretazo, de su reforma del sistema nacional de pensiones, Emmanuel Macron se dirigió a la Nación a las 13 h del miércoles en estos términos: «El proyecto de Ley debe seguir su proceso democrático. El Tribunal Constitucional debe pronunciarse. Después, la Ley será promulgada. Y debe entrar en vigor entre septiembre y diciembre. La reforma es necesaria. Una parte de la oposición ha sido responsable. Otra oposición ha preferido manifestarse en la calle. La cólera, expresada libremente, es aceptable. Las manifestaciones de protesta pacífica forman parte de las libertades democrática. Pero es inaceptable el triunfo de la multitud anónima contra la expresión popular a través de su representación elegida democráticamente…».
«No existe ninguna mayoría parlamentaria de alternativa», había comentado el presidente de la República, dirigiéndose a los diputados de su mayoría relativa, en el Elíseo, agregando: «La multitud, la muchedumbre, sea la que sea, no tiene ninguna legitimidad ante el pueblo soberano que se expresa a través de sus diputados y senadores».
Clarificada con precisión su posición de principios, institucional, Macron criticó con severidad el comportamiento de una parte sustancial de la oposición social y política: «Debemos escuchar la cólera expresada libremente y sin violencias. Por el contrario, desde hace días, se han multiplicado las violencias intolerables, las amenazas físicas contra los diputados, el vandalismo callejero. Los facciosos, los revoltosos, los perturbadores de la paz pública, las facciones facciosas, son intolerables. No será tolerado ningún desbordamiento».
Sentados los grandes principios de su respuesta presidencial a las protestas, tras el decretazo, Macron recordó los principios básicos de su proyecto: «Es una reforma imprescindible. Debemos reformar Francia para no caer en el inmovilismo. Tras la reforma del sistema nacional de pensiones, debemos seguir reformando».
Ese lenguaje y declaraciones atizaron llamaradas de reacciones verbalmente muy violentas.
En el terreno sindical, Laurent Berger, secretario general de la CFDT, reaccionó en estos términos: «El presidente ha mentido de manera descarada. Ha ocultado nuestras proposiciones. Desprecia a quienes no piensan como él. Trata a los franceses con una altivez lamentable». Philippe Martinez, secretario general de la CGT, declaró: «El presidente vive en la luna y pretende tomarnos el pelo. Dice que todo va bien. No se entera. Todavía no ha comprendido que una inmensa mayoría de franceses están contra su reforma. Las manifestaciones y las huelgas continuarán hasta que se retire ese proyecto sin debate democrático».
En el terreno político, las reacciones fueron más brutales. Marine Le Pen, desde la extrema derecha, declaró: «Macron insulta a los franceses que no quieren su reforma. Trata a los franceses con un desprecio de monarca absoluto. Está atizando una guerra de franceses contra franceses». Jean-Luc Mélenchon, desde la extrema izquierda, respondió en estos términos: «Vive en la luna, y habla con desprecio. Es necesario que las manifestaciones sigan para demostrar que nadie quiere su reforma». Sandrine Rousseau, portavoz ecologista, hizo este comentario: «El presidente parece pensar que quienes se oponen a su política son una horda de salvajes. No ha comprendido que su lenguaje es insultante. La cólera popular debe manifestarse y crecer, hasta conseguir la retirada de una reforma anti social y anti democrática». Raphaël Schellenberges, portavoz de Los Republicanos (LR, derecha tradicional), comentó: «El presidente debiera comprender que su lenguaje atiza un incendio. Debiera aprender a discutir con quienes no piensan como él».
Buena parte de la opinión pública, por su parte, silenciosa, atónita e inquieta, parece compartir muchas de esas críticas de fondo y forma.
Según un sondeo publicado por el matutino conservador «Le Figaro», a última hora de la tarde del miércoles, Macron no convenció a un 59,78 % de sus lectores, aunque si consiguió convencer a un 40,22 %. Esa división traduce con precisión la tragedia personal del presidente de la República: dirigiéndose a la Nación para intentar explicar su política, su decretazo, su reforma del sistema nacional de pensiones, consiguió agravar el rechazo sindical y el rechazo de casi todo el abanico político parlamentario, sin conseguir tranquilizar a su gobierno y su mayoría política, relativa y dividida.
Ante ese panorama de crisis nacional, con muchos flecos inflamables, las manifestaciones de protesta callejera comenzaron a multiplicarse, en París y en muchas ciudades de provincias, la tarde / noche del miércoles. Desde hace días, muchas de esas manifestaciones nocturnas han terminado todos los días con numerosos actos de vandalismo.
Los sindicatos, por su parte, esperan dar este jueves un gran aldabonazo de huelgas y protestas. Se anuncian perturbaciones importantes del tráfico ferroviario. Los transportes públicos solo funcionarán de manera «aleatoria». Se teme la penuria de combustible en muchas gasolineras. Un tercio de los vuelos nacionales serán suprimidos en los aeropuertos. La huelga de recogida de basuras, en París, se ha prolongado hasta el próximo lunes, dando a la crisis una melancólica dimensión sanitaria y maloliente. ABC, Macron defiende la ley, el orden y la mano dura contra el vandalismo + PDF.
Sindicatos, pensiones … Macron: la democracia es mía.
Macron, sindicatos, pensiones… Fracasan las mociones de censura, noche de vandalismo callejero.
Macron, sindicatos, pensiones … Fracasan las mociones de censura … “La calle es mía”.
Macron impone su reforma de las pensiones con un decretazo que abre otra crisis de fondo.
Macron, sindicatos, pensiones…
José says
El estado ha perdido el monopolio de la violencia y el control del relato. Sin relato ni violencia no hay poder. Se ha repartido todo menos la riqueza en manos de individuos y grupos que dirigen la vida de la mayoría. Muchas de estas vidas vaciadas de casi todo se convierten en un nihilismo selvático. Una vez que las jaulas del zoo se abren y se mezclan todo tipo de animales llega la extinción de los menos oportunistas. Los países se convierten en casas muertas . Encerrados con puertas abiertas no son capaces de encontrar su lugar. Los primeros en darse cuenta en el diecinueve fueron los escritores rusos y los últimos quizás sean los franceses. Los pueblos siberianos de los condenados desde aristócratas sacerdotes burgueses chorizos asesinos revolucionarios…todos mezclados como ocurre en la mayoría de las ciudades rodeadas por nieve fuego agua vientos…nadie puede salir con posibilidades de sobrevivir no hay posibilidad de poder encontrar una casa viva donde vivir. No hay autoridad que se pueda imitar en un mundo rodeado de cosas que se mueven. Hemos pasado de Mozart a la música del tubo de escape del deportivo. De la filosofía de Kant a la de Soros. Los franceses y después todos los demás se hacen conscientes del progreso inverso no vamos al encuentro de lo mejor de la vida comunitaria con sus instituciones sino al caos del individualismo psicopático con armas de todo tipo. Los submarinos nucleares ni los misiles ni los portaaviones nucleares ni las bases militares sirven para llevar la vida a las plazas de las ciudades.
JP Quiñonero says
José,
Bueno … la violencia tiene muchos rostros, la angustia social también …
La Brimo tiene una violencia muy suya. Lo de pegar fuego a las basuras es otra cosa …
Una madre soltera, cajera, en la periferia de una ciudad modesta, sufre de cosas muy íntimas… que no sé si son las mismas que las de un joven de 23 años, estudiante que vive con sus padres poco aventureros…
Vaya usted a saber,
Q.-
Fina says
Josep,
Parece tan lejana una vida comunitaria, confiada y pacífica que llego a preguntarme si habrá existido alguna vez…
Pandemias, guerras, amenazas nucleares, crisis, manifestaciones, vandalismo, inseguridad, temor, angustia…¿cómo mantenerse cuerdo frente a tanto caos?
En estas condiciones, parece lógico que triunfe el individualismo y el sálvese quién pueda…
Veremos…
Fina says
Quiño,
Nunca había estado tan bien informada de la actualidad francesa. Gracias por explicarnos día a día, de manera entendible, la situación…
Esperemos que las aguas puedan volver a su cauce…y no arda París.
JP Quiñonero says
Fina,
París estuvo ardiendo, ayer noche … La crisis parece agravarse, qué quieres. Más allá de las pensiones, es una crisis más profunda … a ver…
Q.-