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Barcelona, Plaza Cataluña, 28 marzo 2018. Foto JPQ. Assemblea Nacional Catalana presentando a Puigdemont como Saiyan / Saiyajin.
Carles Puigdemont ha retomado hoy, en Bruselas, los argumentos expuestos días pasados por Íñigo Urkullu:
[ .. ]
«Estamos hablando de que si hay acuerdo, este tiene que ser un acuerdo histórico, un compromiso histórico como el que ningún régimen ni gobierno español no ha sido capaz de hacer realidad desde la caída de Barcelona el 11 de septiembre de 1714 y el Decreto de Nueva Planta que abolió las instituciones y las constituciones catalanas, e inició la persecución de la lengua catalana. [ .. ] No hay una receta autonómica para resolver los problemas de Catalunya. Aquello determinante es el reconocimiento nacional de Catalunya, y por lo tanto de su derecho a la autodeterminación. El pueblo catalán tiene el derecho a hacer realidad de manera democrática la decisión que tomó en el referéndum del 1 de octubre del 2017 de convertirse en un estado independiente en forma de república. [ .. ] Los resultados finales de todo este proceso tienen que servir para que el pueblo de Catalunya que se ha movilizado de una manera ejemplar durante una década se pueda reconocer, pueda ver cristalizadas sus esperanzas construidas con paciencia y resistencia, hoy desorientadas por la división interna y la desmovilización pero tozudamente intactas. No hemos aguantado la posición todos estos años para acabar salvando una legislatura sino defender el encargo recibido de los ciudadanos, una parte de los cuales hoy nos mira con recelo y desconfianza, y a los cuales habrá que tener siempre presentes cuando nos tengamos que sentar, si es que eso acaba pasando, con los que nos vengan a pedir nuestro apoyo. Bruselas, 5 septiembre 2023.
Las negritas son mías.
Como Urkullu, Puigdemont propone para el siglo XXI el modelo de la «España plurinacional» de la Casa de Austria (1581 – 1700), la de Carlos V, Felipe II y la Inquisición, que terminó con una guerra civil, tras un siglo largo de pobreza creciente y decadencia, glosada con melancólica precisión por Cervantes, Quevedo, Lope de Vega, Tirso de Molina, entre todos los clásicos del canon secular. «Madrid, Babilonia de naciones no bien alojadas» escribía Baltasar Gracián.
El lehendakari Íñigo Urkullu ha presentado la sempiterna “crisis territorial” desde una perspectiva histórica:
“El cambio anunciado en 1978 se quedó en una descentralización, pero no fue más allá. [ .. ] Las elecciones generales del pasado 23 de julio ratificaron la diversidad y pluralidad en el Estado. Ahora, en el inicio de la legislatura, es oportuno volver a formular dos preguntas básicas que siguen vigentes: ¿por qué en un Estado sólo puede haber una nación? y ¿por qué el Estado español no puede ser plurinacional, como lo fue en la práctica hasta el siglo XVIII?…”. El País, 31 agosto 2023. Íñigo Urkullu, lehendakari.
En su día, John H. Elliott, hispanista emérito, subrayó los paralelismos de gran calado entre la España descentralizada de los Austrias, en el siglo XVII, y la España descentralizada posterior a 1978.
“Decíamos ayer…”
The Revolt of the Catalans, La rebelión de los catalanes (1963, 1977, 2014), de John H. Elliott, reconstruye la gran historia de la Sublevación de Cataluña (1640) / la Guerra dels Segadors.
Siglos más tarde, Elliot nos ayuda a comprender, con una precisión entomológica, el origen último de las crisis de Cataluña y España, a principios del siglo XXI:
“En cierto modo esta España plural puede considerarse como un regreso a la Monarquía compuesta de los Austrias, con el reconocimiento de la identidad distintiva de las varias comunidades ibéricas y la creación de un espacio político muy distinto del de la época franquista. Es un espacio que promueve y reclama, exactamente como en la época de los Austrias, un diálogo constante entre Madrid y las comunidades autónomas, un diálogo que hoy, como antes, está sujeto a tensiones, y que exige para su buen funcionamiento una voluntad de compromiso entre ambas partes”.[ .. ]“[A Cataluña] le faltaba la cohesión social y la unanimidad política que son absolutamente necesarias como base de un sistema de gobierno estable. [ .. ] A causa de sus divisiones internas, Cataluña se destruyó a sí misma”.
“Donde quiera que la comunidad de intereses reclamaba, y aún reclama, la necesidad de unión, las amargas memorias que sobreviven a los siglos solo sirven para dividir. La revuelta de los catalanes compendiaba, y al mismo tiempo perfilaba, la tragedia de España”… → Las tragedias de Cataluña y España, vistas por John H. Elliott y Quiñonero.
Las negritas son mías.
Las elecciones del 23J volvieron a confirmar que 462.883 + 392.634 electores catalanes (ERC y Junts) no siempre se entienden entre ellos, ni con el resto de los catalanes no nacionalistas. Por su parte, 333.362 + 275.782 electores vascos (PNV y Bildu) tampoco se entendiendo entre ellos ni con los vasco no nacionalistas.
En su propuesta, Urkullu recurre al modelo de la España plurinacional de la Monarquía Hispánica de la Casa de Austria (1561 – 1700), que tuvo un fin dramático, tras cien años de histórica pobreza creciente y muy mal repartida; decadencia, sufrida con dolor y glosada con amargura por los clásicos de la época: “Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes, ya desmoronados…” sentenció Quevedo, que escribía a mediados del XVII.
Desde entonces, hasta hoy, la cuestión territorial sigue irresuelta. El deseable diálogo entre Sánchez, Feijóo, Puigdemont, Junqueras, Urkullu, Otegui, Abascal y Yolanda Díaz debiera demostrar la posibilidad de articular un puzzle más o menos inestable.
Tengo mis dudas.
España … ¿Invertebrada? ¿Por construir? ¿Inexistente? ¿Cuál de ellas..?
23J ¿España? ¿Cuál de ellas..?
23J … los resultados finales confirman las previsiones de Goya.
23J España, víctima de sus demonios.
España / Cataluña, cinco siglos de crisis, institucionales o larvadas 6.
El Duelo a garrotazos, matriz política y cultural de las Españas.
Qué te digo, Quiño, no entiendo nada, qué esperar de España, no sólo del pueblo, en el que estoy, más de dos semanas pendientes de besos y consentimientos, sino también los rotativos, las portadas.
Una inflación galopante y un muro político de dos bloques, así cómo vamos a conseguir nada.
Sí sumamos votos las derechas ganaron a las izquierdas con claridad, sumados pnv y junts, pero no se trata de eso.
Y entonces nos queda, en un Estado de CCAA en reivindicar también la república popular andaluza.
Ya sé, insistes en esa vía cultural, que yo deseo, cómo articularla.
Creo que aquí se trata de a ver quién mea más lejos, falta cordura, seso, templanza y voluntad de defender los derechos para todos.
En fin, hoy estoy pesimista y poco lúcido, no doy para más, deploro los dos bloques.
Ay, Pablo,
Ya ves en qué situación se encuentra el paisaje político: duelos a garrotazos, a muy varias bandas. La tradición cainita y el modelo electoral «impiden» acuerdos globales… España, convertida en puzzle inestable.
Andalucía… si no recuerdo mal, en su día decidió llamarse «nacionalidad voluntariamente convertida en CA»… algo así…
País Vasco y Cataluña problemas que tienen siglos de historia: sin comprender el «origen» del problema, es imposible entender nada. Nada.
¿Qué hacer? Ante el problema de hoy mismo … lo razonable sería una vaga «unidad» de alguien con alguien: mal lo veo. ¿Los catalanes? Tan divididos como el resto… y una parte sustancial apoyando el «cuanto peor, mejor…»
Para colmo, las riadas de basura opinológica multiplican la confusión cainita…
A título personal… intentar comportarse con honradez y sin fanatismo,
Q.-